2 consejos efectivos para prevenir que tu hijo se haga adicto a las drogas
Como amigo o familiar, es fácil pasar por alto las acciones de un ser querido, sin darnos cuenta que "hacernos de la vista gorda" nos hace partícipes en la conducta negativa de la persona que amamos.
Raul Alberto Vazquez Sotelo
Cuando niño, me divertía mucho jugando al yo-yo. Me encantaba pasar horas haciendo diferentes trucos con él: la vuelta al mundo, el perrito o el columpio fueron varios de los trucos que pude aprender. Sin embargo, al no ser en realidad un experto, un día, tratando solo de jugar, enredé mi yo-yo de una forma que parecía que jamás tendría arreglo. Los nudos eran tantos, que la labor parecía interminable.
En el momento de tratar de desatar los nudos, parecía como si mis esfuerzos no tuvieran efecto y en vez de estar ayudando a mejorar la situación, parecía complicarse más y más. Estaba frustrado, enojado y perdí la paciencia muy rápido, (a veces pienso que demasiado rápido). Fue en ese momento que busqué la ayuda mi padre. Él, ya mucho más experimentado, tomó su tiempo y poco a poco fue desatando los nudos hasta que de nuevo mi juguete parecía estar como nuevo. Por infantil que esta historia parezca, tiene un parecido enorme con situaciones de la vida en general: en los grandes conflictos de la vida, todo joven debe saber que puede acudir a sus padres, y que ellos sabrán y estarán dispuestos a ayudarle.
La adicción a las drogas y los nudos de la vida
Las drogas, y la adicción a ellas, son cada vez más parte del panorama cotidiano de nuestras vidas. Nos guste o no, es un asunto con el que todo padre de familia de una manera u otra tiene que lidiar. Muchas veces no nos damos cuenta, pero el mejor amigo de nuestro hijo, o alguien muy cercano a nosotros, podría tener problemas con alguna sustancia o alguna situación en su vida que, como me sucedió a mí con el yo-yo, le hace sentir frustración y perder muchas cosas de gran valor.
Al igual que la historia del yo-yo, la mayoría de las adicciones comienzan como un simple juego. ¿Lo has notado? Las grandes tragedias siempre inician con acciones que parecían inocentes por completo. Quien se adentra al mundo de las drogas casi nunca lo hace por maldad: o es curiosidad o es dolor: son personas que se adentran en un mundo extraño en busca de sensaciones y sentimientos que los ayuden a olvidar, por algún momento, la realidad.
La experiencia me ha enseñado que hay un momento en que suelen pensar: “Lo tengo todo controlado” o “No necesito ayuda”, y estos pensamientos vienen cuando, al igual que con el yo-yo, todo parece estar respondiendo de la manera prevista. Pero siempre, sin excepciones, se llega a un punto donde los nudos de la vida poco a poco van complicando la situación. El estrés aumenta y la paciencia se pierde de un día para otro. Es ahí cuando las personas se preguntan: “¿En qué momento pasó?” “¿Cómo llegué a este punto?”
Todo joven que se introduce en este mundo empieza pensando: “A mí no me puede pasar” o “Eso es algo que siempre dicen, y jamás pasa”. Por lo mismo, es vital que te informes y hables con tu hijo al respecto. Es necesario que él sepa que muchas veces no será él el afectado de manera directa. Tal vez es su mejor amigo quien está siendo víctima de las adicciones, por ejemplo. Si este es el caso, te comparto un par de consejos que podrían servirte para ayudar a tus seres queridos, amigos, o conocidos, a fin de que sepan que siempre hay una salida:
1. No hay peor ciego que el que no quiere ver
Un cambio verdadero comienza cuando aprendemos, y aprender involucra un cambio de actitud. Debemos ayudar a nuestro ser querido a reconocer sus errores, a ver que aquello que hace es incorrecto. Ayudarle señalando partes específicas de su vida que están siendo afectadas por su adicción, le da la oportunidad de abrir los ojos a un nuevo mundo, a una nueva vida que quizá le entusiasme vivir.
2. Lo difícil no es decidir, lo difícil es cambiar
Después de tomar la decisión de cambiar, se presentan una serie de obstáculos que nos limitan y presionan. Entre ellos, los amigos o la presión social; las burlas suelen ser uno de los factores más importantes para que una persona recaiga en sus adicciones. Es por esto que, por lo general, alguien en recuperación deja a sus amigos de lado. Esto último es también algo muy serio, ya que la persona se podría sentir sola o abandonada. Ayúdale a ver que tú estarás cerca todo el tiempo, que le amas y que es una persona importante ti.
Tu hijo debe ser consciente de que el proceso de recuperación de las adicciones nunca termina: es un trayecto que continúa toda la vida y si no se cuenta con el apoyo necesario, lo más probable es que se fracase. Sin embargo, una persona que decide vencer su adicción se sentirá motivada y con ganas de salir adelante entre más apoyo de otros pueda sentir. Documéntate, habla con tu hijo y, por encima de todo, dedícale mucho tiempo. Como siempre, el mejor antídoto es la prevención.