8 cosas que debe saber toda madre primeriza que teme al parto

Es normal sentir miedo a lo desconocido, especialmente al dar a luz un hijo. Son muchas las historias que a veces escuchamos que nos hacen dudar si nosotras seremos capaces de enfrentarlo pero, ¿sabes algo? todas podemos lograrlo.

Emma E. Sánchez

¿Y quién de nosotras no? Todas en alguna etapa de nuestra vida hemos sentido cierto temor al parto. Incluso hay quien ha postergado embarazarse por temor al momento del nacimiento. Hoy quiero compartirte algunas sugerencias que te darán confianza y seguridad para enfrentar uno de los momentos más importantes en la vida de una mujer.

La preparación es fundamental

Siempre he creído en la educación, especialmente en la educación de la mujer. Por lo tanto, creo que si te preparas específicamente para el embarazo y para el parto, no habrá mucho que temer. Comienza por leer acerca del embarazo, las etapas de desarrollo del bebé y sobre lo que te sucederá a ti, a tu cuerpo, a tus sentimientos y emociones. Actualmente puedes tener acceso a muchísima información acerca del parto que te ayudará a entender el proceso, quitarte falsas ideas o creencias y, sobre todo, te dará mayor seguridad para vivir esta gran experiencia.

Toma con anticipación decisiones de qué quieres o no en tu parto

¿De qué tipo de decisiones estamos hablando? Desde el lugar donde quieres dar a luz, la manera de hacerlo y hasta a quién quieres que te acompañe y esté contigo en ese momento tan memorable. Hablar con anticipación y dar a conocer tus decisiones ayudará a los que te rodean a respetar, entender, colaborar y ayudar de manera efectiva, y tú estarás más tranquila. A algunas personas no les gusta hablar de lo que sucedería en el caso de emergencias o inclusive en caso de complicaciones, o hasta el fallecimiento de la madre o el niño. Pero si tú sientes necesidad de hablar de estos temas, hazlo.

Infórmate sobre las diferentes maneras de atender el parto

Contrariamente a lo que muchas primerizas imaginamos, hay diversas maneras de parir y de atender el alumbramiento. Infórmate, consulta profesionales, compara lugares, precios y decide lo que es mejor para ti y tu bebé. Si se trata de un lugar privado y aún de una institución gubernamental, puedes pedir información anticipada sobre sus políticas de la práctica de cesáreas, uso de instrumentales, epidurales, episiotomías y todo aquello que puedas llegar a necesitar.

Conoce tus derechos y no temas el decir lo que piensas

Uno de los grandes secretos a voces de las salas de maternidad, es el maltrato que llegan a recibir algunas mujeres mientras entran o están en trabajo de parto; maltrato verbal, psicológico e inclusive físico de parte de médicos, enfermeras o cualquier otro trabajador en los hospitales. Ninguna mujer debe recibir un trato indigno o degradante y mucho menos en un estado de vulnerabilidad total, como lo es el parto. No temas hablar y exigir un trato respetuoso.

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Da las gracias, reclama o denuncia

Si recibiste un buen trato, agradécelo sinceramente a cada persona que hizo del parto una gran experiencia. Es correcto enviar una nota de agradecimiento, hacer una llamada o simplemente dar las gracias: tanto médicos como enfermeros lo necesitan. De igual manera, si tu experiencia no fue buena, reclama oportunamente y de ser necesario denuncia los hechos incorrectos o corruptos. Piensa que tus acciones pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte de otra mujer y su pequeño.

Vale la pena invertir en un parto

Muchas mujeres y sus familias coinciden en que es conveniente ahorrar y pagar por un servicio particular para el momento de dar a luz. Eso es algo que solo tú puedes determinar. Si has tenido la oportunidad de hacer las cosas con calma y tiempo, de planear tu embarazo y organizar tus gastos, tal vez sea una opción más a considerar. Solo te pido que seas tú quien tome decisiones: se trata de ti y de tu bebé.

Platica tu experiencia con otras mujeres

Más allá de ser altamente terapéutico, platicar tu experiencia te ayudará a procesar lo que has vivido y será una fuente de experiencia para otras mujeres. Yo escribí un diario para cada una de mis hijas. Tan pronto como me sabía embarazada, comenzaba la escritura durante todo el embarazo. Al paso de los años, esos diarios me han ayudado a recordar quién era yo, cómo pensaba y principalmente para recordar que el tiempo es tan solo un breve momento, que los hijos crecen y que debo disfrutar cada etapa que la vida nos proporciona. Sé que pronto esos diarios darán ánimo a mis propias hijas y les ayudarán a entender y disfrutar sus propios embarazos y nacimiento de sus hijos.

Y por último: Confía en ti misma, en tu cuerpo y en Dios

Durante el tiempo que duró tu embarazo no solo se formó un bebé: también se gestó una madre. Juntos nacen en un espacio y momento en común: cuando nace un hijo, también nace una madre. Cuando sientas algún temor, piensa que cuando llegue el momento lo enfrentarás como una mujer fuerte, que la naturaleza y tu cuerpo sabrán qué hacer, porque el conocimiento está en ti. No hay nada que temer, Dios lo sabe y ese día también tú lo sabrás.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.