Si vas a dejar tu país, considera estos puntos de vista
Cuando un espíritu es aventurero no hay cómo frenarlo. ¿Vas a emigrar?, ten en cuenta estos consejos. Si vas a dejar tu país considera estos puntos.
Fernanda Gonzalez Casafús
Cuando un espíritu es aventurero no hay cómo frenarlo. Y cuando uno busca nuevos horizontes viajar casi siempre nos brinda la respuesta a nuestros cuestionamientos. A veces tenemos la oportunidad de emigrar de nuestro país para radicar en otro, y en ese tenor existen diversas cuestiones que hay que saber dependiendo no solo de nuestro lugar de destino, sino también de nuestro lugar de origen. ¿Vas a emigrar? Ten en cuenta estos consejos que pueden ser limitantes.
1. El idioma puede ser un impedimento
Para muchos, el idioma puede convertirse en una limitación. Probablemente te vayas de tu país a otra región donde hablen tu misma lengua, pero no olvides que cada nación tiene sus modismos. Empápate de la lectura de diarios locales, de revistas; revisa sitios en internet y trata de aprehender un poco la cultura del lugar a donde vayas a ir, todo con el fin de hacerte entender mejor.
2. El desarraigo puede implicar mucho dolor
Dejar nuestro país nos llena de ilusiones y ansiedades, movidos ya sea por buscar nuevos rumbos para nuestra economía familiar, aprovechar una buena oferta laboral o solo para cambiar de aire y comenzar una nueva vida en otro sitio. El desarraigo es inevitable, y muchas veces nos golpea apenas nos damos cuenta de que estamos lejos de nuestro hogar y nuestras raíces. Para lidiar con esta situación reflexiona y pregúntate por qué has querido viajar, y si es un buen motivo que traerá cosas positivas a tu vida echa una mirada hacia atrás pero con una sonrisa, sabiendo lo bueno que has vivido en tu vida y lo bueno que está por llegar. Date la oportunidad de experimentar, y si las cosas no salen como lo planeabas, pues ya habrá tiempo de volver.
3. Incluso lo novedoso puede volverse rutinario
Como todo en la vida, las cosas nuevas nos dan alegría y nos entusiasman, aunque luego de un tiempo puede convertirse en rutinario; es parte del juego. No te desanimes si luego de unos meses extrañas mucho tu lugar, o si piensas que nada es como lo habías pensado. Tal vez la rutina te esté jugando una mala pasada. Aprende de las cosas cotidianas: un paseo por algún rincón de la ciudad que aún no hayas recorrido, una charla con algún anciano en una plaza, o un paseo por la noche. Acuérdate de que estás allí por algún objetivo, pero no dejes de apreciar la belleza que hay a tu alrededor, en la cotidianidad.
4. Cuidado con la tramitología
No olvides dejar todo listo antes de partir. Muchas veces es mejor completar la mayor cantidad de trámites posibles antes de salir del país para luego no encontrarnos con complicaciones. Procura ir con un lugar dónde residir, un trabajo fijo (si es lo que buscas), si tienes niños averigua antes por colegios cercanos a tu domicilio, medios y rutas de transporte, etcétera. Actualmente internet nos provee de herramientas que facilitan estas tareas. Ten listo también tu currículum y carta de presentación para cualquier otra oportunidad que pueda surgir. Si vas a un país de habla extranjera procura llevar tu acta de matrimonio traducida, así como tus títulos universitarios. Mientras más resuelvas en casa, menos trabajo tendrás luego; no olvides que mudarse de país no es nada fácil, pero sí muy prometedor.
5. Maneja el estrés familiar
Emigrar supone un gran cambio para toda la familia. Si tienes niños puedes verte envuelto en un conflicto al tratar de explicar por qué dejarán su país, sus amigos, su colegio. Asesórate con un profesional para despejar las dudas de tus niños y hacer frente a los altibajos emocionales que podrían suscitarse. Si viajas solo también puede suceder que estés dejando a tus seres queridos en tu país; conversa con ellos, y explícale tus razones para emigrar. Seguramente lo entenderán.
Por último, cuando emigres, toma en cuenta que estás emprendiendo un viaje más en tu vida. Un cambio radical que te llenará de cosas positivas y en el que aprenderás nuevas experiencias. No te des por vencido antes de saber por qué y para qué has viajado; no te desanimes. Puedes unirte a grupos de personas en las redes sociales o foros de internet que están en la misma situación que tú; nunca estás solo. Aún, si crees que la experiencia no ha servido para cumplir tus metas, puedes volver y tu país siempre te recibirá con los brazos abiertos. Y recuerda que tu futuro no solo depende del lugar donde elijas para vivir, sino de tu propio empeño y ganas de progresar.