Adopción: los hijos que se engendran en el corazón

Muchas parejas se casan con la ilusión de formar una familia y cuando este deseo no se cumple de forma natural, la adopción aparece como una buena opción y es, verdaderamente, una prueba de fe.

Emma E. Sánchez

Cuando una pareja no puede tener bebés, inicia un largo camino en la búsqueda de ese deseado hijo. Comienzan con toda recomendación y remedio casero que amigos y familiares les den, luego se someten a estudios y tratamientos, algunos de ellos hasta dolorosos o costosos. Los años pasan y los bebés no llegan. Entonces, la idea de adoptar comienza a surgir en el corazón y con ella una nueva esperanza.

¿Por dónde podemos comenzar?

Comiencen hablando muy sinceramente en pareja. Con demasiada frecuencia son las mujeres quienes desean los hijos más que los hombres. Para ellos, puede ser más fácil y hasta más cómoda la idea de no tenerlos y apoyan a sus esposas en todo en cuanto a tratamientos y cosas así, pero cuando se trata de llevar a casa al hijo de otros, la cosa puede llegar a ser difícil.

Es muy importante que la pareja esté de acuerdo y en la misma “frecuencia” en cuanto a desear un hijo, pues al iniciar un trámite de adopción será vital el ánimo y la fortaleza de ambos para llegar a concluirlo. Verifiquen que ambos estén resueltos a comprometerse con la idea de adoptar un niño y con todo lo que esto implica. Hablen con sus padres y familiares cercanos, escuchen sus palabras y consejos. Luego, juntos y a solas, tomen la decisión de adoptar o no. Orar juntos, estudiar las opciones que el gobierno y las instituciones privadas proveen es necesario, lo mismo que tomarse tiempo y no precipitarse. Entre las cosas que puedes pensar y expresar es el deseo de tener un niño o una niña y su edad, por ejemplo.

Quisiera advertirles que durante este proceso comenzarán a escuchar voces que les dirán que es malo adoptar, que es muy largo y doloroso el proceso, que se meterán en un grave problema porque nunca sabrán la genética de quien adoptan y los problemas que cargue. Por todo ello, deben tomarse su tiempo y meditar. También va a aparecer la idea, inclusive la oportunidad, de que “alguien les regale un bebé”. Tengan cuidado y decidan hacer las cosas siempre de la manera correcta, pues se trata nada más y nada menos de tu hijo, a quien un día deberás dar explicaciones sobre su origen. Si alguien te quiere dar o ceder un hijo, se debe hacer un trámite legal para evitar caer en un delito. Tengan mucho cuidado en este aspecto.

Los aspectos legales, administrativos y económicos

Para iniciar, comiencen consultando las dependencias de gobierno y particulares de su localidad. Generalmente, te darán una la lista de requisitos que deberás completar: actas de matrimonio, de nacimiento, fotografías, comprobantes de domicilio, de empleo e ingresos y certificados médicos. Cuando entreguen todo lo que solicitan, empezarán las entrevistas y las visitas a su domicilio para verificar la información que han proporcionado, por lo que no deben mentir en sus trámites, eso sería fatal.

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Regularmente, los trámites en las dependencias gubernamentales son gratuitos, pero en las instituciones privadas hay costos que deberán cubrir, por lo que siempre deben pedir toda la información con anticipación. Hay ocasiones en que contemplar el pago de un abogado es necesario, por ejemplo, en el caso de que alguien quiera “regalarles un bebé” o bien, para que les ayude en los trámites legales.

Lo más importante a evaluar: el aspecto psicológico

A ambos les debe de quedar muy claro que las entrevistas que tengan, así como las visitas de los trabajadores sociales, son necesarias y muy importantes. Se realizan para verificar que el niño llegará a un buen hogar y con padres que están dispuestos a amarle. En estas entrevistas y visitas también les estarán observando y estudiando para determinar su salud emocional y psicológica. ¿Por qué tanta prueba y observación? Tal vez no lo creas, pero hay muchas mujeres obsesionadas con la idea de ser madres y que, por lo tanto, no podrían ser buenas candidatas para adoptar; también es un tiempo para verificar que la pareja es sólida y estable, y que el esposo está seria y verdaderamente comprometido con el deseo de ser padre.

Todos estos trámites son largos, con frecuencia gravosos y desesperantes. A veces, también llega a ser doloroso, pues algunos psicólogos o trabajadores sociales pueden ser hostiles o tocan puntos sensibles de las personas. No lo tomen a mal, no es personal y solo buscan comprobar que su deseo es sincero, que no hay razones enfermizas o insanas al querer buscar un hijo. Es bueno someterse a todas estas pruebas, pues a ustedes como pareja también les ayudarán a comprobarse a ustedes mismos que solo es amor el que les mueve por tener un hijo y formar con él una familia.

No pierdan la fe

En este momento de la historia, les confesaré que mi esposo y yo hasta esta parte del proceso llegamos, nuestra historia no concluyó con una hija en nuestros brazos, como lo habíamos soñado. Fue triste, sí, pero haber pasado por todo el trámite fue bueno para nuestra familia y especialmente para mí, por diversas razones. Una de ellas fue que hoy puedo compartirles mi experiencia, para que la suya también sea de éxito, terminen con un bebé o no. Todos los trámites pueden llegar a durar entre seis meses (en el mejor de los casos) y hasta algunos años. Pero créanme: vale la pena esperar y no abandonar el trámite si realmente desean tener un hijo. No pierdan la fe, ésta es el motor que les hará continuar una y otra vez para hacer todo lo que les soliciten, sin desfallecer.

Los hijos que se engendran en el corazón

Ahora aquí te contaré la experiencia de otro matrimonio que sí concluyó su historia con un hermoso niño en sus brazos: ellos iniciaron más o menos por el mismo tiempo que nosotros y durante el tiempo que el proceso duró, los vi crecer y fortalecerse como pareja. También los vi sufrir y no dejar de esforzarse, y fuimos testigos de cómo ese niño se engendró en el corazón de ambos: cómo milagrosamente fueron convirtiéndose en los mejores padres que ese pequeño podría tener. Se esforzaron mucho, y al final vieron recompensados sus esfuerzos y sacrificios.

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Cuando los vimos alejarse con su bebé en brazos, nuestra tristeza se fue, pues tuvimos la confianza de saber que hay padres para todos esos niños que esperan. Solo es cuestión de ser pacientes, guardar la esperanza y nunca dejar que muera la fe, en el sistema de adopción, en la gente y en nosotros mismos. Cuando llegamos a casa y vimos a nuestras hijas correr, nos sentimos humildes y profundamente agradecidos por tenerlas. Hay madres que engendramos en el vientre, otras en el corazón. Nunca lo vayan a olvidar.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.