Amores patológicos: cómo librarse de una relación codependiente

Amar es bello, pero ¿cuando deja de ser amor y pasa a ser costumbre? descubre lo acá. ¿Es la costumbre más fuerte que el amor?

Erika Otero Romero

A veces nos enamoramos de la persona equivocada. El erdadero problema surge cuando no nos damos cuenta de ello sino hasta cuando estamos por completo atrapados en la relación, ya sea de noviazgo o matrimonio, dañina y patológica. Se trata de una situación compleja: aunque somos conscientes de que estamos inmersos en una relación enferma, carecemos de voluntad y de valor para abandonarla, para salir de esa situación dañina que, a la larga, afectará a toda la familia. Enamorarse es bello, sí, y lo es aún más cuando el sentimiento es compartido y no tenemos una relación de dependencia.

El estar involucrado en una relación enferma ocurre debido a que mucho nos acostumbramos a vivir en medio de insultos, mentiras e infidelidades, y aunque seamos conscientes de ello, nos resulta inconcebible abandonar a la pareja maltratadora, puesto que nos llena de incertidumbre la separación, sentimos miedo a la soledad y al vacío que se pueda llegar a sentir. Pese a todo ello, es posible hacer una elección entre dos: o bien se abandona al maltratador o se accede a acudir a terapia. La elección depende de cada quien.

Relación de montaña rusa

Lo anterior se ejemplifica de manera perfecta en esta historia: una conocida mía se enamoró de un muchacho algunos años menor que ella. La relación, al cabo de un tiempo, se tornó difícil, ya que era la primera vez que ella se enamoraba, pero él ya había tenido algunas experiencias en este campo, de modo que podría decirse que él tenía cierta ventaja por conocimiento; ella se enamoró profundamente de él, pero después de un tiempo él decidió que debían terminar la relación, pues, le dijo, no estaba funcionando.

Ella fue víctima entonces de una profunda tristeza. Las razones por las cuales él terminó la relación fueron por demás absurdas, solo pretextos para dejarla. Él quería que siguieran siendo amigos, a lo que ella accedió, aunque esto le resultara muy difícil. Al cabo de un tiempo retomaron la relación: él decía estar arrepentido de lo que había hecho y por cómo la había ofendido.

La cosa se volvió una montaña rusa: un día todo era afecto y comprensión, y al siguiente todo estaba mal. Él se enojaba y ella trataba de solucionar las cosas; él siempre la hacía sentir que ella era la causante de todos los problemas en la relación, y esto duró bastante tiempo. La familia de ella se preocupaba mucho, pues veían que la relación no era benéfica para ninguna de las partes, al punto de que uno de los hermanos de ella quiso intervenir para poner fin a esa locura.

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Transcurrió el tiempo y la situación siguió igual. Algo interesante es que cuando le preguntaban la razón por la cual no se alejaba de él, no podía responder. Ella me contó que ya no sentía lo mismo que la primera vez que había establecido una relación sentimental con él; sin embargo, no sabía por qué no tenía las fuerzas suficientes para terminar con ese caos.

Un día, ya cansada de las mentiras y los malos tratos mutuos, se alejó de él; borró toda manera de contactarlo y todo lo que pudiera traerle recuerdos de su vida juntos. Él no dejó de buscarla, a pesar de que ya tenía a otra persona en su vida, pero ella le puso un hasta aquí a la situación. Después de un tiempo, le pregunté por todo lo que había vivido: el alejarse de él no fue más difícil que el hecho de tomar la decisión de hacerlo, me dijo; se dio cuenta de que por mucho tiempo permaneció a su lado por costumbre, por temor a sentirse sola, ya que habían sido varios años los que había malvivido con él; pero esa relación poco a poco estaba consumiendo su vida.

¿Es por entregar todo de sí?

Algunas personas toleran situaciones similares creyendo que la causa es que ellas “han entregado todo de sí”, y que ello los hace sentirse vulnerables y temerosas de lo que pueda traer la vida en soledad; sin embargo, el futuro puede llegar a ser mejor junto a una persona sana emocionalmente, o alejados de una pareja violenta. La decisión es de uno mismo. Te comparto este artículo si quieres saber cómo acabar con las tendencias codependientes hacia tu pareja.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.