Así que “metiste la pata”. ¿Y ahora qué? Decisiones que afectan toda tu vida

¿Sientes que has tomado malas decisiones en tu vida y que la arruinaste? El tomar una mala decisión no te convierte en un fracaso, ni mucho menos en una mala persona. Lee esta perspectiva.

Amiel Cocco

“En ocasiones nuestras malas decisiones traen consecuencias a largo plazo. Uno de los pasos esenciales para completar el arrepentimiento es enfrentar las consecuencias a corto y a largo plazo de nuestros pecados del pasado”.

Todos nuestros actos tienen repercusiones, y muchas veces nos equivocamos en lo que hacemos. Claro está que un “tendría que haber estudiado para el examen” tiene implicaciones diferentes a “no debí robarme eso de la tienda” o “no quería embarazarme”. Una mala decisión te puede llevar a optar por peores decisiones, como sucede en la siguiente historia:

Carolina tuvo una discusión con su madre por querer llevar un vestido demasiado corto a una fiesta. Ella decidió llevarlo y además pasar la noche con su novio, porque había peleado con su madre. A consecuencia del embarazo no deseado que se produjo, su relación con su novio terminó. Carolina tuvo que dejar la escuela por su nuevo estado; ella culpa a sus padres por estos problemas, y ya no habla con ellos. Su pequeño se cría sin padre, sin abuelos, y casi sin su madre, porque Carolina debe trabajar casi todo el día para poder mantenerse económicamente. Hay sufrimiento emocional en el niño, en sus abuelos y en su madre.

Como en este caso, ¿sientes que has tomado malas decisiones en tu vida, y que la arruinaste? ¿Crees que te metiste en un callejón sin salida y estás destinado al fracaso y el sufrimiento? ¿Estás sumido en la depresión por algo del pasado? El tomar una mala decisión no te convierte en un fracaso, ni mucho menos en una mala persona. Espero darte perspectiva con los siguientes consejos:

Aprende a perdonarte

Eres una persona imperfecta. No lo sabes todo. Es probable que cometas más errores. Esto es lo más normal del mundo. Todos cometemos errores. No seas más severo contigo mismo de lo que serías con alguien más. Cualquier decisión que hayas tomado no es el fin del mundo. Siempre hay una salida. De seguro, en el momento de optar por esa decisión consideraste que valía la pena y lo hiciste con las mejores intenciones, o sin medir consecuencias. Eso no es algo que no se pueda perdonar. Sé el primero en perdonarte.

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Pide perdón al ofendido

Si afectaste la vida de alguien más trata, por todos los medios, de conciliarte con esa persona. Pide perdón con sinceridad. Verás que la mayoría de las personas están dispuestas a perdonar si demostramos un franco remordimiento. Sentirás que se te quita un peso de encima al simplemente admitir tu error.

Restituye en lo posible

Además de unas palabras sinceras, demuestra con hechos que te sientes mal por lo que hiciste. Si lastimaste, sana; si robaste, devuelve; si ofendiste, ama. Trata de que la parte afectada no tenga más razón de recordar tu error; eso no siempre es posible, pero en los casos en que puedes restituir, debes hacerlo. Eso ayudará a que te perdonen con más rapidez y a que tú descargues ese peso que llevas.

Aprende a vivir con tus decisiones

Enfrenta las consecuencias de tus decisiones con entereza. No trates de culpar a alguien más o vivirás con resentimiento hacia otras personas o hacia la vida misma. Tú eres responsable de tu propia vida. Saca el mejor partido posible de cualquier situación.

Mira en perspectiva eterna

Si tomaste una mala decisión no significa que tus actos subsiguientes deben ser todos errados. Aprende la lección y sé más sabio en las siguientes decisiones. Mira en perspectiva eterna cualquier elección importante que debas tomar, y verás que podrás distinguir con mayor facilidad lo que debes hacer.

Recupera tu amor propio

Eres una persona única. Hay gente a tu alrededor que te estima y se preocupa por ti. Tú debes ser el primero en mostrar amor hacia tu persona. Mírate al espejo y repite cada día, en voz alta, cinco cualidades que tienes. Agrega nuevas cada semana.

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Llena tu vida con servicio a los demás

Los actos altruistas tienen cierta magia que te sanarán de cualquier sentimiento negativo hacia ti mismo, hacia otras personas o el mundo: ofrece ayudar a algún vecino con su jardín, visita un asilo de ancianos, pasa tiempo con algún desconocido, ofrece tu asiento a alguien mayor, limpia la vereda (banqueta o acera) de alguien más, dale un cumplido a una persona con baja autoestima, reconoce el esfuerzo de tus compañeros de trabajo sin esperar nada a cambio, sé cortés al manejar, regala flores cuando menos lo esperen de ti.

No repitas

Si ya sufriste las consecuencias de una mala decisión, no la vuelvas a tomar. No tropieces con la misma piedra. Hay decisiones que causan vicio, como el empezar a fumar, tomar, consumir drogas, o ver pornografía. Admite pronto que no es el camino que deseas y toma control de tu vida. Cada día que pasa sin cambiar el curso de tus acciones se hace más difícil enderezar el camino y obtener perdón de los demás y de ti mismo.

Pide perdón a Dios

Ya que has demostrado un arrepentimiento sincero con los pasos anteriores, ponte a cuentas (a mano) con tu Padre Celestial. Confiesa tu error con tu líder religioso y pide perdón a Dios en oración sincera. El sentir el perdón de Dios te traerá la seguridad plena de que en tu vida hay esperanza y de que vendrán tiempos mejores.

Sea cual fuere tu situación cobra ánimo, respira hondo, y decide que puedes tomar control de tu vida y salir adelante, y así será.

1. Richard G. Scott

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Amiel Cocco

Amiel tiene una licenciatura en Marketing y Comunicaciones de la Universidad Brigham Young