Auxilio: Las redes sociales, el Internet y el celular me están robando a mi esposo

El celular y el internet son excelentes herramientas de comunicación, pero también pueden destruir un matrimonio. Descubre la historia de una hombre y su adicción a las redes sociales. ¿Marido adicto a internet? Cúralo y

Myrna del Carmen Flores

Para José Carlos las computadoras nunca fueron fáciles de manejar. Pero debido a su trabajo fue necesario que se adaptara a la tecnología. Y dicha adaptación provocó un cambio en el núcleo familiar.

Al principio él no entendía muy bien todo ese mundo tecnológico, donde desde un teléfono celular puedes estar conectado a las redes sociales. Su hijo mayor le fue explicando la manera de manejar todos estos aparatos electrónicos. Al principio, a su esposa le pareció excelente la forma en que hijo y padre se estaban acercando, pero lejos estaba de imaginar que esos momentos eran solo el principio de una debacle en su matrimonio.

Los primeros problemas

Primero fueron las llamadas al celular

Sus responsabilidades eran muchas, de modo que debía estar disponible siempre, en caso de que hubiese algo que necesitara su intervención. Además, tenía que enviar correos electrónicos con estadísticas o circulares importantes. De este modo, las horas frente a la computadora se multiplicaron.

Las conversaciones en casa quedaban a medias

por mensajes que debía enviar. Los paseos, fiestas, reuniones o cualquier cena se veían interrumpidos constantemente por sus llamadas. Al levantarse, lo primero que hacía era verificar su correo electrónico.

Su esposa lo disculpaba, aludiendo a lo importante de su trabajo

Pero lo cierto era que la comunicación estaba bloqueada dentro de la familia. Los muchachos optaron por no buscar a su padre para platicar. Era molesto que al querer expresar sus ideas, estas se vieran interrumpidas por los mensajes que llegaban a cada momento.

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La dimensión del problema

El que su marido tuviera vacaciones, sin embargo, no cambiaba la situación. Él seguía conectado a las redes sociales, llegando incluso a estar malhumorado si no recibía mensajes. Fue entonces que ella tuvo que aceptar que algo andaba mal: su esposo era adicto a la internet.

Resultaba obvio, además, que los chicos pronto adoptarían la misma costumbre de estar pegados todo el tiempo a los aparatos electrónicos, inclusive en las comidas familiares. ¿De qué manera podría evitarlo si no hacía nada para que su esposo dejara esa adicción?

Enfrentar la adicción

Lo primero que hizo fue hablar de manera directa y honesta con su esposo. Pero él no podía verlo de la misma forma que ella lo hacía. Aludía al trabajo, y a todos los pretextos posibles. Pero ella estaba preparada para esa respuesta, así que le lanzó un reto. “Si ahora que estás de vacaciones puedes vivir dos días con la computadora y el celular apagadas, me convenceré de que no existe ningún problema”. Él lo aceptó.

Transcurrido apenas mediodía los síntomas de abstinencia comenzaron: sentía ansiedad, enojo y desesperación. Al segundo día se enfrentó a una depresión inexplicable. Entonces no tuvo más que aceptar que en verdad existía un problema.

Solución en seis pasos

Los pasos a seguir los decidieron todos juntos, en familia:

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  1. Aceptar la adicción a la Internet. Por fuerza ese tenía que ser el primer paso.

  2. Fijar horarios. Es imposible dejar internet por completo, sobre todo si es una herramienta de trabajo, pero sí es posible fijar horarios para conectarse.

  3. Desconectarte. Trabajar en la computadora, sin estar conectados a cualquier red social.

  4. Buscar una actividad que sustituya el uso de las redes sociales, sobre todo alguna que incluya la convivencia con la familia.

  5. Fijar horarios también para contestar el celular. Si es necesario estar disponible debido al trabajo, se puede hacer una selección de contactos, y contestar solo las llamadas de aquellos que nos darán información urgente.

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  6. Prohibir el uso de aparatos electrónicos a la hora de las comidas. A quien caiga en la tentación, otorgarle una labor extra en casa.

Al principio fue muy difícil para José Carlos adaptarse a las nuevas reglas. No obstante, con el paso del tiempo ha adquirido resistencia para enfrentar su adicción. Con el apoyo de su familia, pero sobre todo con su propia voluntad, ha ido dejando una adicción que muy poca gente conoce que existe.

Si tienes dudas acerca de si tu necesidad de estar conectado te está atrapando cada vez más, puedes realizar un test para conocer hasta qué punto tienes una adicción a la internet. Pero lo más importante, recuérdalo, es tu fuerza de voluntad para dejar atrás esa dependencia.

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Myrna del Carmen Flores

Myrna del Carmen Flores es maestra de inglés y madre de dos jóvenes. Puedes contactarla en