¡Auxilio! Mi bebé no acepta comer sólidos
Este es un artículo sencillo para orientarte en la transición del pasaje de la leche materna a los alimentos sólidos. La hora de la comida puede ser desesperante cuando tu bebé se niega, pero lograrlo será más...
Marta Martínez Aguirre
Entre los cuatro y seis meses, los bebés empiezan la alimentación sólida. Y si bien es cierto que algunos aceptan todo tipo de alimentos con rapidez, otros simplemente no se apasionan por la comida sólida. Yo no he sido madre y no sé de estas experiencias bellísimas, pero como tía y amiga he podido participar y aprender de estos momentos.
La transición entre el pecho y la alimentación sólida requiere paciencia, humor y ternura para algunas madres cuyos bebés reclaman la supremacía de la leche materna. No saber cómo acompañarlos en esta transición, puede generar, tanto a ti como a tu bebé, angustia y frustración.
Algunos principios básicos que hay que saber son los siguientes: La mayoría de los bebés pueden empezar con alimentos sólidos en forma de puré o papilla. A menos que el médico pediatra determine lo contrario, no hay evidencia médica que indique que introducir ciertos alimentos sólidos en determinado orden será más saludable para tu bebé, aunque hay sustancias que, por ser alérgenos, deben ser ingeridas hasta pasado el año. Generalmente se empieza con frutas y verduras en forma de purés o papillas, puré de banana (plátano), de manzana, papa y zapallo (calabaza). Siempre es bueno comprar un plato y una cuchara especial para iniciar la transición. Si es posible, asegúrate que la cuchara tenga la punta blanda para evitar que se lastime sus encías.
Empieza colocando en la punta de la cuchara sólo una pequeña cantidad del alimento sólido que hayas preparado. Si notas que no hay mucho interés, deja que primero huela el aroma de la comida, y dale a probar y espera a que su curiosidad lo lleve a desear. He visto cómo algunos bebés cierran sus bocas y gritan y se quejan reclamando el pecho y tirando la comida. Estas conductas pueden ser interpretadas desde la lógica adulta como desobediencia o mal genio. Sin embargo puede deberse a otras causas:
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La textura del alimento, en un inicio prefiere las texturas suaves como los purés.
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La temperatura. Puede que esté o muy fría o muy caliente.
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Cansancio. Un niño con sueño no responde bien a ninguna situación.
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El tamaño de la porción. Quizás las porciones no son las adecuadas y estás dándole más de la cuenta y piensas que no se ha alimentado lo suficiente.
Una vez que has verificado estas posibles causas, te sugiero que intentes con algunos de estos consejos:
Crea un entorno agradable. Pon música suave que le agrade, que no existan elementos que los distraigan y háblale con naturalidad de lo rico y sabrosa que está la comida que le has preparado
Ármate de paciencia y entusiasmo. Los bebés son expertos en captar las emociones, si te nota sobreexcitada o angustiada es muy probable que le irradies esas emociones negativas y de alguna manera relacione el comer con algo negativo.
Crea un hábito. Tal vez hoy coma solo tres trocitos de pollo, o cuatro cucharadas de puré pero mañana aumenta la dosis y resiste, si cedes lo notará y habrá ganado su deseo de tomar pecho.
Siéntalo a la hora del almuerzo en su sillita con su plato y dos cucharas. Con una irás tú dándole de comer y con la otra dejarás que tu bebé experimente llevar comida a la boca.
Déjale que juegue con la comida. Eso significa que deberás aceptar que su plato de comida y el comedor no serán nominados durante estos momentos a los premios de prolijidad y aseo.
Elabora papillas cada vez más gruesas. Comienza con papillas casi líquidas.
Prepara alimentos que pueda comer con los dedos. Arroz, pan, pollo, cereales.
Amplía la gama de alimentos para comer con las manos a medida que el pediatra te lo indique.
Incluye a tu bebé a la hora de la cena familiar, eso permitirá que desee de esos momentos y observará lo que ustedes tienen hasta desearlos.
Celebra cada logro y llénalo de besos. Eso siempre resulta.
Recuerda tener paciencia y ten presente que la ternura y el amor deberían ser siempre los primeros bocados.