Breve manual para ser una suegra perfecta
Es frecuente escuchar de suegras como un personaje cruel o ridículo que solo crean problemas entre el matrimonio. Pero si quieres ser una buena suegra, este artículo es para ti.
Emma E. Sánchez
Mi hija mayor lleva algunos meses de noviazgo con un joven. Han manifestado su deseo de formalizar su relación y contraer matrimonio en un tiempo próximo. Independientemente de muchas otras cosas que la familia y los amigos puedan pensar y comentar, es un hecho que un día de estos me convertiré en suegra, un papel que no había considerado representar en esta vida. Créeme, he estado pensando mucho al respecto, pues bajo ninguna circunstancia deseo convertirme en la horrible suegra de los chistes o en la causante de problemas en los matrimonios de mis hijas. Por eso me he dedicado a observar y a platicar con la mejor suegra que conozco: la mía. Estas son las cosas que he aprendido de ella y que deseo emular en mi vida:
Decide hoy amar al hombre que tu hija amará, o a la mujer que tu hijo amará
Nadie viene a quitarte a tu hijo, nadie está robándote nada, y no tienes que competir con su pareja por el amor de tu hijo o hija. ¡Al contrario! ¡Es una persona que ama a tu hijo! Que ha podido ver en él a una persona maravillosa con quien compartir la vida y sus desafíos. Une al equipo desde el principio, la familia crece y no tiene que partirse en pedazos por nuestro egoísmo. El año pasado adquirí una nueva mesa de comedor que incluye los lugares de quienes serán los esposos de mis hijas. No sé si un día se sienten en estos lugares preparados especialmente para ellos, pero a mi esposo y a mí nos recuerdan constantemente que esta también será su familia, que ya oramos por ellos aún sin conocerlos y que los estamos esperando.
Esmérate por recibir con calidez y confianza al nuevo integrante de tu familia
Dedica tiempo para conocerlo, sonríe y menciona que te sientes feliz porque se una a la familia; trátalo con amabilidad, intégralo a la familia de manera natural y hazle sentir aceptado. Si en el pasado hubo problemas o desacuerdos háblalo, y sinceramente perdona u ofrece disculpas. Un futuro maravilloso está por iniciar cada vez que una joven pareja decide unirse, une energías al amor y sé la primera en defender ese futuro.
Reconoce todo lo bueno que hace por tu hijo, por su familia y por quienes le rodean
Mi suegra es una magnífica cocinera, se esmera en la elaboración de los alimentos que prepara para su familia y en las fiestas y reuniones siempre se luce con lo que prepara. Cuando nos casamos yo solo cocinaba platillos sencillos y con frecuencia mi esposo se quedaba con hambre, le costaba trabajo adaptarse a ese tipo de alimentos, muy diferentes a los que le daba su mamá. Un día, mi marido se atrevió a comentarlo y mi suegra al instante le hizo ver mis esfuerzos y elogió mi comida. Eso me permitió esforzarme aún más y aprender más rápido. Muchas veces la escuché hablando muy bien de mí a otros familiares y amigos, y hasta la fecha siempre me presenta a otros diciendo, “Ella es Emma, mi nuera, a quien quiero tanto, y de la que ya te he platicado”. Cuando ella hace eso provoca en mí agradecimiento, por su constante amor y cuidado por mi persona.
No hables mal ni permitas que alguien hable mal de tu yerno o de tu nuera
en tu presencia, y nunca seas tú la primera en hacerlo. Seguir esta conducta solo generará resentimiento, desconfianza y a final de cuentas distanciamiento, y si se trata de elegir sabes que tu hijo siempre optará por su mujer que por sus padres. ¡No te equivoques!
No des tu consejo si no te lo piden y si lo piden, ofrécelo con prudencia
No te ofendas si no te lo piden, o si no lo ponen en práctica. Por muy buenas que sean tus intenciones o por mucha experiencia y conocimientos que tengas recuerda que son tuyos, que cada quien debe obtenerlos por sí mismo, aunque esto en muchos casos implique sufrir la experiencia. Lo que tú crees que es correcto o la mejor manera de hacer algo, no implica que para todos lo sea.
Y, por último, recuerda: “El sol y los parientes, entre mucho más lejos mejor”
Sé prudente en las visitas y reuniones familiares: los recién casados necesitan tiempo a solas, vivir aparte, organizar sus vidas y enfrentar sus propias experiencias. Por mucho que quieras mantener a la familia unida, recuerda que esto no se logra por obligación y deber, sino por deseo y amor. No agobies a los padres jóvenes y no exijas nada de ellos bajo ninguna circunstancia. El chantaje sentimental es el peor fraude en el que una mujer puede caer para obtener amor.
Una gran bendición que tenemos las mujeres es que podemos ayudar a nuestros esposos con consejos, pues para ellos también es difícil aceptar y entender que los hijos harán sus propias vidas. Te recomiendo entonces hablar estas cosas poco a poco con tu pareja y juntos decidan convertirse en buenos suegros, para que el día de mañana tus hijos te permitan y te pidan estar cuando los nietos lleguen. ¡Ah!… pero esa ¡es otra historia!