Cadena de satisfacciones

Una manera muy satisfactoria de ayudar a la gente y de sentirte muy especial contigo misma es cuando puedes hacer algo por las personas sin que te lo pidan y sin esperar nada a cambio.

Erika Gaytán

Todos los días, en el hogar, el trabajo y la escuela, pasamos por diversas situaciones, algunas más relevantes que otras. Pero cuando muchas emociones se presentan casi al mismo tiempo, se produce un “algo” muy especial en quien las experimenta. A propósito de esto, les cuento una experiencia:

Un día que llovió fuerte por un par de horas se inundaron varios lugares de la ciudad donde vivo, ocasionando fallas en la electricidad y problemas con mi automóvil. Al no poder darle marcha, mi familia y yo decidimos regresar a casa para conseguir herramientas que nos pudieran ayudar. En el camino encontramos a mucha gente caminando entre el agua. Una de estas personas nos preguntó cómo podía hacer para llegar a su trabajo porque no conocía la ciudad y, más que darle una respuesta, decidimos acompañarla. No estaba lejos de su lugar de trabajo, pero como el transporte público se vio obligado a buscar rutas alternas por las inundaciones, se desubicó. Tras dejarla en su trabajo y después de unas horas, fuimos por el coche para empujarlo. Íbamos bien hasta que nos topamos con una calle empinada, que por más que tratábamos no podíamos superar; de pronto, como si hubieran bajado del cielo, muchas manos empezaron a empujar y en pocos instantes ya habíamos logrado subir la cuesta.

Al llegar a casa platicamos sobre ese suceso que nos había llenado de alegría, agradecimiento y esperanza. Nos acordamos de la chica que habíamos ayudado y la situación en general la relacionamos con aquella película, titulada Pay it forward (Cadena de favores), que narra la historia de un niño que busca por todos los medios cumplir con un proyecto: se le ocurrió un sistema para mejorar el mundo, que consistía en pagar un favor a tres personas y éstas, a su vez, tenían que hacer lo propio.

Por ello, en esta ocasión te invito a hacer lo mismo sin que nadie te lo pida y sin esperar nada a cambio, más que obtener tu propia satisfacción. Revisa estas cuatro opciones:

1. Comparte la luz de lo que sabes

Hay muchas cosas que tú conoces o sabes hacer que puedes compartir con otras personas como bailar, cocinar, idear manualidades, tocar algún instrumento, dibujar, manejar, utilizar los aparatos electrónicos, teléfonos celulares… en fin, cualquier cosa de la que tengas conocimientos sirve para transmitirlo a otro.

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2. Conviértete en el doctor Sonrisas

Los problemas o preocupaciones suelen ser el principal obstáculo para que la gente no sonría. Si algún conocido o familiar está pasando por una situación complicada, búscala y róbale una sonrisa contándole alguna anécdota chusca o un disparate que lo haga desentenderse por un momento de su realidad cercana. Y si vas por la calle y percibes tristeza en alguien, si le sonríes puedes conseguir que te responda igual.

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3. Presta oídos, y toda tu persona

Personas conocidas tuyas suelen necesitar que las escuches, acércate a ellas, escúchalas y si te piden tu opinión, ofréceles palabras de aliento. Simplemente con eso, aunque no le soluciones su problema, es más que suficiente para que descarguen sus penas y se sientan aliviadas.

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4. Ayuda sin que te lo pidan

Por lo regular, esto puede hacerse de tres formas: ya sea que la misma persona te comente algún problema o carencia que está padeciendo y le ayude a subsanarla; la segunda sucede de manera indirecta, es decir, por medio de un intermediario que te está compartiendo el pesar de otra gente; y la tercera puede ser que tú, junto con los vecinos, se organicen para juntar una despensa mensual y entregarla a personas necesitadas.

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Cadena de favores impactó en la gente porque pudo tocar sus fibras más profundas y sensibles, gente que, de alguna forma, deseaba ser aquel pequeño y hacer el bien. Por eso te invito a que hoy te atrevas y que entre todos organicen una cadena muy grande y fuerte que pueda llegar a muchas personas más, a fin de ayudar sin esperar nada a cambio, acción que te provee de un bienestar especial.

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Erika Gaytán

Oriunda de la tierra del taco, el mariachi y el folklore. Periodista de profesión y corazón. Por muchos años he tenido la fortuna de colaborar como docente en la educación de niños, adolescentes y jóvenes. La música, la enseñanza, la investigación, lectura y escritura son mis grandes aficiones.