Cinco consejos para no abandonar la lactancia materna antes de tiempo
Si como madre imaginaste una lactancia perfecta y ahora tienes miedo de no poder amamantar a tu hijo, o si estás en plena lactancia y se te hace difícil mantener el ritmo de la misma, no desesperes. Aquí encontrarás cinco ideas que pueden animarte.
Fernanda Gonzalez Casafús
Amamantar a nuestro hijo es una de las cosas más maravillosas que pueden sucedernos como mujer. Esa conexión madre-hijo es única e inigualable. El mundo se detiene cuando nuestro bebé se alimenta de nuestro pecho, y las mujeres nos sentimos poderosas y plenas ante la satisfacción de saber a nuestro hijo tan feliz y tranquilo en el pecho de mamá. Sin embargo, esta imagen de película a veces puede verse empañada por varios factores propios o ajenos que nos hacen desistir y optar por dejar de amamantar gradual, o totalmente, e ir pasando poco a poco a la leche artificial, que nunca va a igualar las propiedades benéficas de la leche materna.
Si eres de esas madres que imaginó una lactancia perfecta y tienes miedo de no poder amamantar a tu hijo, o si estás en plena lactancia y se te hace difícil mantener el ritmo de la misma, no desesperes. En este artículo encontrarás algunos consejos para amamantar todo el tiempo que quieras y no sucumbir en el intento.
Es sabido que la leche materna es el mejor alimento que podemos darle a nuestro bebé. La Organización Mundial de la Salud recomienda amamantar en forma exclusiva hasta los 6 meses y continuar hasta el año de vida de nuestro pequeño aún si se incorpora alimentos complementarios. Nuestro estómago está especialmente diseñado para digerir la leche humana, y las fórmulas artificiales han hecho de todo para poder asemejarse a la leche materna pero sólo han reunido algunas cualidades, no pudiendo superarla. En el intento de amamantar a nuestro bebé muchas madres tienen miedo de quedarse sin leche o que su hijo siga con hambre luego de haber hecho una toma.
Los primeros meses son claves, y probablemente sea el período donde mayor cantidad de madres optan por complementar la alimentación con un biberón de leche artificial, tal vez sin darse cuenta que esto puede influir negativamente en la producción de leche materna porque altera la ecuación: “a más succión más producción”.
Muchas madres, ante el llanto desconsolado de su bebito lo primero que piensan es que se ha quedado con hambre. Probablemente sea así, pero no siempre. Los bebés lloran, y necesitan de nuestro contacto y contención, y el mejor regalo que podemos hacerle a nuestro hijo cuando es bebé es ofrecerle el pecho, que brinda no sólo alimento físico sino espiritual. Un bebé se prende al pecho de su madre no sólo cuando tiene hambre, sino cuando tiene sueño, cuando le duele algo, cuando quiere mimos, o cuando quiere demostrarte cuánto la ama.
Sigue estos 5 consejos y podrás amamantar a tu bebé sin abandonar la lactancia antes de lo esperado.
Pega tu bebé al pecho lo más que puedas
Probablemente el primer mes de vida de tu bebé sientas que te la has pasado literalmente “con el bebé a la teta”. Y puede que así sea. ¿Recuerdas la ecuación?: a más succión, más producción. Somos productoras de leche, no almacenadoras. Mientras tu bebé más succione más leche generarás. Siempre hay reservas, es un mito eso de que “me he quedado sin leche”. Si el bebé chupa constantemente cuando él lo pide (o cada 3 o 4 horas) —día y noche— producirás leche sin problemas. Éste es el punto más importante, ofrecer el pecho a libre demanda.
Asegúrate que esté succionando bien
Una lactancia exitosa tiene que ver con una succión exitosa. El bebé debe chupar no sólo el pezón sino también parte de la aréola. Si sientes que no se ha prendido bien, ingresa el dedo meñique en su boquita para que se suelte y acércalo nuevamente; cuando abra su boca en forma de “o” acerca tu pecho y asegúrate que lo haga de la forma adecuada. También es importante que su barriguita esté pegada a la tuya, que su cabeza no esté más baja que su cuerpo, y no escuchar chasquidos durante la toma.
El ambiente ayuda mucho
Alimentar a tu hijo es un momento mágico. Un buen ambiente tranquilo, con una luz tenue y tal vez un cómodo sillón con almohadones ayuda a que la mamá y el bebé estén relajados a la hora de la lactancia.
Utiliza sacaleches
Si debes volver pronto al trabajo y temes no poder seguir alimentándolo, una gran solución es utilizar un sacaleches para armar un banco de leche propio. Así, quien esté al cuidado de tu bebé mientras trabajas podrá alimentarlo con tu propia leche. Hay sacaleches manuales y eléctricos. Sea cual fuera que elijas, ten en cuenta que puede llevar algún tiempo en adecuarte a sacarte leche. Ve armando el banco de leche al menos unos 15 días antes de comenzar a trabajar. Vienen bolsitas especiales para el almacenamiento de la leche materna, y en el refrigerador dura hasta seis meses.
No incorpores leche artificial
O al menos si ya lo has hecho, ve eliminando esas tomas poco a poco y suplementándolas con tu propia leche. Mientras más biberón le des a tu bebé, menos veces lo amamantarás y así menos leche producirás. Recuerda siempre el consejo número uno, ¡y la ecuación!
Por otra parte, no olvides alimentarte bien, y seguir una vida tranquila y equilibrada. Amamantar nutre desde cualquier punto de vista. Desde hace miles de siglos lo hacen todas las mamíferas. Tú puedes hacerlo, le estarás asegurando un gran futuro lleno de salud a tu hijo. Adelante, ¡amamanta a tu bebé! Olvídate del reloj, y dale tu pecho a libre demanda. Esa conexión es única y, al establecerla, disfrutarás de un vínculo que durará toda la vida.