Cinco consejos para que no tengas que dormir en el sofá

Discusiones sin argumentos, peleas, rupturas, todo comienza cuando terminas durmiendo en el sofá. ¿Cómo evitarlo? Aquí te dejo cinco consejos bastante útiles.

Diana Brante Morales

Al principio, cada vez que mi esposo y yo discutíamos todo iba de mal en peor: terminábamos gritando y durmiendo en habitaciones distintas. Estuvimos al borde de la ruptura en más de una oportunidad. Pero después de casi diez años en compañía del hombre que amo, he logrado encontrar a su lado soluciones adecuadas a cada uno de los desafíos que la vida nos presenta.

El matrimonio es un compromiso asumido por dos personas adultas, dispuestas a aceptar los defectos y resaltar las virtudes de su pareja. Con cada discusión deterioramos la relación y comenzamos a destruir los sentimientos que nos han unido. Por ello, siempre que sea posible hay que evitar las discusiones en pareja, sobre todo aquellas que nos impiden crecer juntos. En esa difícil labor, quizá te sean útiles estos pequeños consejos, que pueden ayudarte además para no terminar durmiendo en el sillón:

Evita los conflictos

Lo mejor siempre será evitar los problemas. Cuando una discusión toma un rumbo erróneo, la decisión más sabia es detenerla y retomar el asunto una vez que se hayan calmado los ánimos. A veces las interpretaciones de lo dicho o lo escrito no corresponden con lo que realmente se quería expresar; cuando esto ocurra, debes reformular la idea para que no tenga un significado ambiguo para tu pareja. Recuerda: no es lo mismo “Se cae la casa de vieja” que “La vieja se cae de la casa”.

Si te equivocaste, reconoce tu error

Si ya nos equivocamos, no hay vuelta atrás: sólo nos queda aceptar lo que hemos hecho y dejar el orgullo de lado. Debemos evaluar la situación y tomar la alternativa que menos daño cause a nuestra pareja y a la relación. Cuando reconocemos que nos hemos equivocado, también estamos reconociendo que somos humanos, que podemos errar, pero que sabemos poner nuestra relación por encima de nuestro orgullo.

Discúlpate de corazón

Cuando una disculpa es sincera, quien la recibe es capaz de sentirla en la voz, la mirada, las palabras que se eligen para expresar los sentimientos. Si vas a ofrecer una disculpa no sentida, es mejor no decir nada. Siempre sé sincero en lo que sientes, que tus palabras reflejen tu corazón: no exageres, no mientas, no te limites para expresar tu amor. Tampoco te enredes y le des muchas vueltas a las cosas: con frecuencia el camino más directo es la mejor opción.

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Ten un detalle romántico

No es necesario gastar mucho dinero, es suficiente con un detalle. Algo pequeño, pero muy romántico y sincero basta para movernos el piso de nuevo y hacer que las mariposas estomacales vuelvan a mover sus alas. Piensa en algo sencillo, pero significativo y muy personal: una carta escrita a mano, un masaje, una cena que tú hayas preparado, un chocolate o una flor. Un detalle de este tipo puede ser más efectivo que un regalo de mayor valor monetario.

Reconcíliate antes de ir a dormir

El mejor de todos los consejos es buscar siempre la reconciliación. Lo más importante es NUNCA irse a dormir enojados. Disculparse mutuamente, abrazarse, volver a expresar su amor, son requisitos indispensables para retomar y reparar la relación lastimada a causa de una discusión. Busca un momento de intimidad con tu pareja, en el que puedas demostrarle tu amor.

Finalmente, recuerda que en el matrimonio es importante mantener fuertes al menos tres pilares fundamentales: Primero, el amor, ya que sin él, no vale la pena mantener la relación. Segundo, la confianza, elemento fundamental para que ambos se seintan cómodos y seguros de su amor. Por último, una buena comunicación, que les permitirá evitar malos entendidos, sentimientos de frustración y discusiones innecesarias.

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Diana Brante Morales

Me gusta comenzar cada día como un nuevo día, darme la oportunidad de ser feliz y sonreír por las cosas básicas. Dar sin esperar nada a cambio. Siempre sorprenderme.