Clases de historia para entender a tu esposo
La mayoría de los hombres actúan, de alguna manera, como les dictan sus “genes masculinos”. Tal vez sea tiempo de repasar algo de historia de la Era de Piedra, que te ayude a comprenderlo.
Marta Martínez Aguirre
Los cavernícolas todavía están entre nosotras e, incluso, pueden tener el mejor iPad. Daniela me escribió preguntando por qué motivo su esposo se encierra siempre y no le cuenta nada de su trabajo. Ella cree que anda “en algo raro” o, peor aún, que le es infiel o tiene un vicio con la pornografía. Lo cierto es que Roque, cuando tiene un problema, simplemente necesita refugiarse en su despacho antes de estar en familia.
La mayoría de los hombres actúa, de alguna manera, como les dictan sus “genes masculinos”. Encerrarse y no hablar, ponerse a mirar la televisión, entrar y dirigirse a darse una ducha sin mediar un abrazo, pueden ser las versiones modernas de encerrarse en la caverna.
El hombre primitivo tenía que luchar por sobrevivir y salía a cazar en clanes. Cazar un mamut no era sencillo. Heridos y agotados, los hombres no retornaban a la cueva hasta no tener el problema resuelto y, si no lo lograban resolver, permanecían días distantes. “La vida en la Edad de Piedra era como vivir en un campamento toda la vida”, plantea Leda Cosmides, psicóloga y docente de la Universidad de California, Santa Bárbara.
Ser médico, policía, enfermero, guardia de seguridad, oficinista o lo que sea, puede ser tan duro como cazar un mamut cuando se tiene un trabajo exigente o se necesita recuperar el autocontrol. Leda Cosmides, sin pudor alguno nos dice que “la manera en que nuestro cerebro interpreta la información que recibe, es la misma que tenían nuestros antepasados de la Edad de Piedra”. Quizá esto te permita entender por qué a veces los hombres actúan como actúan.
1. Necesidad de meditar a solas
A veces encerrarse a solas es una suerte de vestigio ancestral: los hombres necesitan sentir que han cazado el mamut, que han podido resolver el problema. No pongas infidelidades o adicciones dónde tan sólo hay un hombre que está buscando una solución. Quizá no sabe cómo contarte que está harto del jefe, que ya no soporta el tráfico o simplemente que otra vez le han ignorado en el ascenso.
2. Los amigos, antes que tú
También puede suceder que busque refugiarse con ajenos antes que contigo, irse al pool un rato antes de ir a casa, pasar por el gimnasio o conversar con el peluquero son los rituales masculinos que se asemejan a estar en un clan. Estos rituales modernos son tan similares como sentarse alrededor del fuego a conversar de la gran caza, y le permiten recuperar energías para volver contigo.
3. Respeta su silencio
Sé que las mujeres solemos conversar para todo, sin embargo los hombres prefieren estar en silencio, mirar la televisión casi sin sonido (a menos que sea fútbol y películas de acción), a oscuras o quizá dormitando en la sala. Es una forma de tomar distancia y sentir que todo está bajo control. Aprovecha esos momentos de “soledad” para que te extrañe y te valore; quizá tú puedas estar esperándole con la cena pronta, las velas encendidas y ganas de decirle que lo amas.
4. Dale tiempo
Cuando llegaban de la caza, cada uno de los integrantes del clan se dirigía a su “hogar” para compartir la presa y estar con su familia. Si has sabido observar bien, muchas veces, mostrarte el nuevo celular, o contarte los atributos de su auto, pueden ser sus formas de decirte “he llegado”. Seguramente si participas con él de sus trofeos de caza, se sentirá más a gusto y podrás conversar todo lo que necesitas y estar a solas con él.
Esto es muy importante que lo comprendas: el hombre necesita sentirse admirado, saber que lo aprecias por ese “mamut” que ha conquistado (no solo un auto nuevo, o un celular, sino incluso el hecho de que ha traído el sustento para el hogar: ha logrado “traer el mamut”). Parece mentira pero en estos tiempos tan modernos y acelerados, recordar un poco de historia puede hacer maravillas, cuando se trata de hombres. Ten en cuenta estos detalles y seguramente ambos podrán comunicarse y sentir que el amor sincero es, en definitiva, lo que más perdura en el tiempo.
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Marta Martínez Aguirre
Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto:
