Cómo convertir una casa en un hogar
Bien dicen que el dinero puede comprar todo, incluso una casa pero jamás un hogar. ¿Qué hace entonces que una casa pueda convertirse en un hogar? Descúbrelo en la siguiente nota.
Diana Cantor Martinez
Bien dicen que el dinero puede comprar todo, incluso una casa pero jamás un hogar. ¿Qué hace entonces que una casa pueda convertirse en un hogar? El secreto para mí no radica en lo lujosa y grande que pueda ser, sino en ese toque mágico que ponen especialmente las manos de una mujer. Encuentra en esta nota algunas ideas que harán de tu casa un refugio donde tus hijos y esposo ansiarán regresar todos los días:
Recibe siempre con amor a tu familia
Lo que hace que un lugar se convierta en ese hogar al que añoramos volver cada día, es saber que siempre hay alguien que nos recibe con alegría y afecto. La hora de la llegada a casa de tus seres queridos (y esta regla puede aplicar para todos en casa) nunca es un buen momento para un reclamo o una mala noticia, deja que tu ser querido se instale cómodamente y cuando esté un poco más tranquilo, podría ser un mejor momento para discutir ese tema pendiente. Una sonrisa, un abrazo, recibir los paquetes, preguntar ¿Qué tal tu día? son sencillos comportamientos que alegran la vida de tu familia y hacen que en casa se sientan como en ningún otro lugar.
Propiciar los encuentros familiares
Reunirse a la hora de la cena, desayunar juntos o conversar en la sala, son hábitos que una familia debe propiciar y jamás perder de vista. El calor humano, las risas, la alegría de compartir, las expresiones de afecto, la construcción de anécdotas y de una historia que contar como familia, son los verdaderos cimientos de un hogar y son los valores que nos dan fuerza para transitar por los días difíciles.
Que tu casa siempre esté limpia y ordenada
Esta es una tarea en la que deben participar todos los miembros de la familia, y sin llegar al extremo de la obsesión, el orden facilita la vida de la familia. La limpieza al contrario de lo que produce el caos y desorden, trae paz y tranquilidad. Aprovechar los espacios, acomodar las cosas de manera que sea fácil encontrarlas, permitir que entre la luz del día y que circule el aire; son algunas de las cosas que hacen agradable un lugar. Algo adicional que podría hacer que el ambiente sea aún más acogedor, podrían ser las flores, sin saturar, un florero adornado con tus flores favoritas en el recibidor de la casa, en la sala, muy cerca de la puerta de entrada, da un toque de vitalidad y alegría. Anímate no hacen falta las fechas especiales para alegrarte los días y los de tu familia.
Que en casa habite la presencia de Dios
Hacer pequeñas oraciones en familia antes de comer, dar la bendición de Dios a tus hijos antes de que ellos vayan a la cama, orar con los niños antes de dormir, encomendarse al Creador antes de salir de casa; son entre otras algunas formas de permitir que la presencia de Dios habite en tu casa. La confianza en un ser supremo alivia las cargas y devuelve la esperanza.
Estas son algunas ideas, de la forma en que tu casa puede transformarse en un refugio, en un remanso, en el lugar que merece ser llamado “hogar”. Y recuerda que No hace falta nada en el hogar donde hay amor