Cómo sacar la basura de tu mente y ser más feliz

¿Tienes idea de cuanta basura acumulas por día en tu mente? ¿Sabes cómo reciclarla?

Marta Martínez Aguirre

Una bicicleta oxidada, unas cuantas bolsas de residuos y un televisor destartalado sobresalen del contenedor de residuos. Te acercas con tus bolsas malolientes, miras que no queda espacio y sientes que se te viene el mundo abajo. Otra vez están de huelga los recolectores y no puedes volver a casa con tus desperdicios. Aunque la tarea te desagrada, optas por treparte al contenedor, contener la respiración, mientras el putrefacto hedor llena la atmósfera y haces malabares para no mancharte la ropa.

Los mayores productores de basura a nivel mundial son los Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y Canadá. Dicen que con la basura producida en Estados Unidos se podría formar una línea hasta la Luna formada por camiones cargados de desechos.

Pero ¿tienes idea de cuanta basura acumulas por día en tu mente? ¿Y cómo reciclarla?

Rabietas con el jefe. Discusiones con tus hijos. Trastadas de tu ex pareja. Violencia en el tráfico. Malas caras en el vecindario. Y no digas nada de las cajas con recibos de gastos y expensas, fotocopias del divorcio, notas de desempleo, avisos de la oficina de impuestos y esas notitas en el espejo del baño “me voy para siempre de tu vida”.

Con los desechos materiales del mundo se puede producir energía, reciclar y hasta hacer investigaciones provechosas. Pero con lo que guardas dentro de ti es otra historia.

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En realidad eres libre de hacer con ella lo que te plazca, desde meter la bolsa de residuos de tu vida, bajo la alfombra, a transformarla en ira energética de diez mil kilowatts. También puedes dejar que largue su olor y hieda hasta contaminarte la vida.

Quizás eres alguien más razonable y deseas hacer algo con toda esa basura. Pues entonces aquí te traigo un método sano y reconfortante.

Haz un inventario de cinco columnas.

Primera columna: ¿Quién? ¿Qué?

En esta columna escribe una lista de personas o situaciones con que tienes resentimiento. Tu padrastro por los golpes de la infancia, aquel niño por meterse contigo. El tío que abusaba de ti cada vez que podía. Las discusiones familiares en Navidad.

Segunda columna: ¿Por qué?

Escribe específicamente por qué guardas resentimiento hacia esa persona; escribe las acciones que hizo para dañarte: Porque te humilló delante de todos, quizás porque te ignoraba o porque se fue dejándote sola con tres hijos.

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Tercera columna: ¿Cómo?

En esta columna escribe cómo esa situación afectó tu vida, tanto en el ayer como en el hoy: “No puedo relacionarme”, “tengo miedo a la intimidad”, “me avergüenza hablar en público”.

Cuarta columna: Áreas dañadas

¿Tu integridad personal? ¿Tu seguridad física, emocional? ¿Tus relaciones de amistad, familiares? ¿Tu sexualidad? ¿Tu confianza en la intimidad?

Quinta columna: tu parte

Escribe con honestidad la parte que te toca, en la cual fuiste responsable. “Me dio rabia y me desquité”, “devolví mal por mal”. Pídele a tu alma que te muestre la parte que tienes en ese matrimonio resquebrajado, en ese despido laboral, en esa amistad rota. NOTA: Si han abusado de ti cuando eras niña/o, tienes la libertad en esta parte de escoger el proceso del perdón si estás lista/o, o simplemente poner “ninguna”.

Luego que tengas tu inventario de basura acumulada en tu historia de vida, comienza a reciclarla o transformarla en energía positiva. Para ello recuerda que aceptar no es olvidar, si escondes la basura olerá en tu sala, pero si aceptas tus heridas, miedos, malestares, heridas y pérdidas podrás trabajar en ellas hasta lograr el bienestar. Y no olvides que quiero, puedo, me lo merezco, me pertenece, son expresiones que deben comenzar a estar en tu vocabulario. Ellas son parte de tu limpieza mental y espiritual comienza a usarlas. No te quedes solo con la idea que la felicidad es para los que aparecen en televisión. Tú también mereces, puedes, quieres y es tuyo el deseo de alcanzarla.

Sé que has batallado con quien rompió mil promesas, ocasionó heridas, te robó la inocencia y los helados, pero tienes el poder de deshacerte de esa basura. No acapares en tu corazón aquello que hieda y te quite el gozo. Comienza hoy a limpiarlo.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: