Cómo sanar de un divorcio
Nadie quiere pasar por ese angustioso momento, pero si la vida te enfrenta al divorcio, no olvides que detrás de este día tan oscuro hay un nuevo amanecer, lleno de esperanza.
Diana Cantor Martinez
A lo largo de su vida, el ser humano se enfrenta a muchas pérdidas que generan sentimientos de tristeza tan fuertes que en ocasiones parecen insuperables. Una de las pérdidas afectivas más dolorosas y frustrantes es el divorcio. A quien atraviesa este oscuro valle en este momento sólo puedo decirle que a pesar del dolor y el desasosiego que ahora inunda su vida, es posible hallar la paz y recobrar la esperanza.
Hace 19 años atravesé este desierto; yo estaba embarazada cuando el divorcio tocó a mi puerta, me sorprendió un poco más sensible y vulnerable, por decir lo menos. En aquel tiempo no había cursado mi carrera de Psicología, por lo que no contaba con algunas herramientas terapéuticas que ahora conozco; así que, me enfrenté a mi duelo con lo que tenía. No fue fácil para mí y creo que nunca lo será para nadie, especialmente si aún quedan fuertes sentimientos por tu esposo.
A pesar de mi divorcio, creo en el matrimonio y en la familia, y en la lucha por salvarlo cuando se encuentra al borde del precipicio. Pero esa lucha debe ser compartida, porque cuando uno de los dos renuncia de manera definitiva e irreversible, a la otra persona no le queda más que aceptar. Hoy, de corazón te acompaño en este camino para superar tu duelo, con algunos consejos terapéuticos y otros nacidos de mi propia experiencia:
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Aceptar la pérdida. Este es el primer paso a la sanación del dolor. Sin embargo, antes de llegar aquí enfrentarás una dura batalla, que va desde la necesidad de recuperar a tu esposo y tu hogar hasta experimentar fuertes sentimientos, incluso de odio, rabia, impotencia y especialmente culpa. Muchas serán las veces en que te señalarás a ti misma como la culpable de tu divorcio. Entre más rápido abandones la idea de la reconciliación, comprendiendo que no depende de ti, más pronto irá sanando tu corazón. No te aferres a imposibles, simplemente deja fluir en ti la aceptación de algo que por ahora no puedes cambiar.
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Elaborar el dolor. El dolor afectivo tiene diferentes manifestaciones físicas y emocionales; entre las físicas puedes experimentar insomnio, náuseas, dolor abdominal, inapetencia; todas ocasionadas por la ansiedad y el desasosiego propio del estado en que te encuentras. Te sugiero que no descuides tu salud, sería de gran ayuda acudir a un especialista para que te ayude a contrarrestar la ansiedad.
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Con respecto a las manifestaciones emocionales; entre las que se cuentan la misma ansiedad, la perturbación, la inestabilidad, el deseo permanente de llorar, los sentimientos de culpa y el desasosiego constante, no queda otro camino que afrontarlas y elaborarlas: o sea, permite que aflore el sentimiento, rodéate de tus seres queridos que estén dispuestos a escucharte una y otra vez, llora, escribe, habla. Saca al exterior el dolor, es la única manera de permitirle irse. Tres cosas que me ayudaron a caminar hacia el reencuentro con la esperanza y la reconciliación con la vida, después de mi divorcio:
1. Perdonar
Aunque mi matrimonio no duró mucho tiempo, sé que fui una buena esposa o al menos lo intenté. A pesar de ello, me culpaba mucho a mí misma, y lo que más me dolía era saber que mi hijo crecería sin su padre. Ello hizo que un sentimiento de frustración se instalara en mi vida y me llevara al resentimiento; pero eso fue quedando atrás cuando le di paso al perdón a mí misma y a mi exesposo. Me gustaría que leyeras este otro artículo sobre el perdón, especialmente sobre el perdón a uno mismo.
2. Acercarse a Dios
Recién me divorcié, muchas fueron mis oraciones pidiéndole a Dios que restaurara mi hogar. Hoy en día ante las adversidades, pocas veces oro a Dios pidiéndole un cambio en la situación, más bien le pido dos cosas: Que me ayude a aceptar lo que no puedo cambiar y, especialmente, que ponga paz en mi corazón, porque como dicen las Sagradas Escrituras en Filipenses 4:7, “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús”. Acércate a Dios y deja que Él restaure tu alma.
3. Da paso al padre de tus hijos
Puede ocurrir que, si una mujer se siente impotente ante el desamor de su exesposo, quiera manipular de alguna manera la situación usando a los hijos para eso. Es importante recapacitar, porque independientemente de lo que suceda en la pareja, los hijos deben crecer rodeados del amor de sus dos padres. Ante el divorcio, ahora se abre la puerta a nueva relación: quizás como matrimonio fracasaron, pero como padres deben perseverar.
Nadie quisiera transitar por este angustioso momento, pero si inevitablemente la vida te enfrenta al divorcio, por difícil que parezca, no olvides que detrás de este día tan oscuro hay un nuevo amanecer, lleno de esperanza y nuevas cosas por vivir.