Crea tu propia red social y fortalece tu comunidad
Con el auge de las redes sociales y sus cuestionamientos, ¿todavía no se te ha ocurrido pensar que puedes crear tu propia red social de "carne y hueso"? Sé creativa y proactiva, y crea vínculos más fuertes en tu comunidad.
Laura Abbott
En estos tiempos en que vivimos invadidos por las redes sociales, muchos son los cuestionamientos. Las redes tienen muchos aspectos positivos, aunque haya quienes las demonicen y las vean como amenazas. Lo cierto es que convivimos con un mundo cada vez más tecnológico y, por lo tanto, debemos adecuarnos a él. La principal crítica que reciben las nuevas tecnologías es que nos desconectan del primer contacto. Y que muchas veces optamos por vínculos a través de las redes sociales en lugar de tenerlos y mantenerlos de carne y hueso. En mi experiencia puedo decir que disfruto de los dos, y que les sigo encontrando más puntos positivos que negativos.
En las redes sociales puedo compartir y acercar a los amigos que tengo lejos, y en el día a día puedo descubrir interacciones provechosas creando lazos más fuertes. Por mi particular forma de ser me pienso a mí misma como parte de una comunidad en la que siempre estoy tratando de crear vínculos que sirvan para un fin. ¿Alguna vez te imaginaste de esa manera? Te cuento algunas de mis experiencias para que te sientas reflejada, o para que empieces a crear en tu vida más ámbitos de contacto e intercambio.
Grupo de madres
En mis primeras experiencias como madre me sentí muy poco comprendida por mi entorno, y con mucha necesidad de intercambiar experiencias. Descubrí que en mi entorno más cercano también había madres que estaban pasando por el mismo proceso que yo. Entonces, no dudé ni esperé que alguien creara la propuesta y formé con una amiga un grupo de crianza para reunirnos una vez a la semana, por un par de horas, para conversar sobre aquellos temas de crianza que nos interesaban. Lo hicimos en nuestras casas y nos sirvió para compartir muchas experiencias, para hablar de nuestras preocupaciones y, a veces, hasta para hacer catarsis.
Festejo del Día del Niño
En cierta oportunidad nos llegó la propuesta de organizar algún acto por nuestra comunidad. En ese tiempo mi esposo y yo no teníamos niños, y nos juntábamos siempre con un grupo de amigos a comer. De ahí surgió la idea de trabajar como grupo y de hacer algo que además fuera productivo para la sociedad. Empezamos llevando regalos el Día del Niño al hospital todos los años, y terminamos organizando un gran festejo para los niños de los barrios más pobres. Muchos se sumaron a la iniciativa y colaboraron con nosotros, y es algo que continuamos haciendo anualmente. Exige de nosotros un esfuerzo, pero nos llena el corazón desde hace siete años. Ahora todos ya tenemos niños y compartimos con ellos esta propuesta de solidaridad.
Con la tribu
De este modo se llamó mi propuesta. Descubrí que por razones económicas muchas mujeres, además de su trabajo, hacían otras actividades para sumar dinero a la economía familiar. Se me ocurrió entonces que podríamos crear un espacio para divulgar todas esas actividades e intercambiar saberes y productos. El primer fin de semana del mes nos reuníamos en casa para que, quien así lo deseara, trajera sus productos y servicios y los diera a conocer, como una forma más de apoyarnos entre nosotras.
Cadena de oración
La creadora de este grupo es una amiga que desde hace años nos informa de las personas que no están pasando por buenos momentos de salud. Vía correo electrónico nos envía los datos a un gran número de personas, quienes nos encomendamos para elevar nuestras oraciones por ellos. Dios se encarga de todo y nosotros ponemos nuestro granito de arena.
Grupo de meditación
Cada luna nueva, con un grupo de amigos, nos juntamos a orar y meditar para pedir por la paz del mundo. Este intercambio nos ayuda a fortalecernos entre nosotros y a no olvidar que la unión es necesaria siempre y en cualquier lugar y en toda circunstancia.
Ya te he mencionado mis experiencias. Con seguridad tendrás las tuyas, y de no tenerlas, ojalá te sirvan como disparador para que las crees. En la unión radica la fuerza y hoy debemos estar unidos para enfrentar todo lo que nos rodea. Como antes, cuando las comunidades trabajaban juntas por un objetivo común. Por eso, disfruta de las redes sociales, pero también crea la tuya cerca de tu casa, te hará sentir más fuerte, más feliz, porque el intercambio siempre enriquece y tus hijos aprenderán que, además de la familia, la comunidad también es un ámbito importante en sus vidas.