Cuida que tu pasado no marque tu futuro

Si deseas saber la manera más efectiva de superar las malas experiencias del pasado y que te sirva para ser más feliz, entonces debes leer este artículo.

Erika Otero Romero

Cansada de equivocarse una y otra vez y de no saber la razón por la cual siempre “tropezaba con la misma piedra”, Andreina lloraba desesperada. Tenía dos días encerrada en su pequeño apartamento sin querer hablar con nadie y su hermana Rocío estaba muy preocupada porque no respondía al teléfono.

Esta no era la primera vez que Andreina se alejaba del mundo envuelta en un mar de amargura tras la pérdida de una relación y, aunque sabía cuáles eran sus errores, se negaba a cambiar. Como muchas personas, había caído en el error de considerar que si alguien la quería, debía aceptarla como ella era.

Como Andreina, muchas personas fallan una y otra vez en sus relaciones sentimentales y en otras facetas de su vida debido a que se niegan a cambiar aspectos de su persona que saben con claridad no les ayudan ni ayudarán a mantener a quienes quieren en sus vidas o a ser exitosas.

Rocío insistió hasta que Andreina habló con ella y llegaron al acuerdo de ir juntas en busca de alguien que ayudara a Andreina a cambiar y a aceptar aquellos aspectos de su vida que le estaban haciendo tanto mal.

¿Qué implica aprender del pasado?

Aprender del pasado involucra aceptar las malas experiencias pero no usarlas como excusa para estancarse y no progresar. En su lugar, es mejor usarlas como impulso para subir un escalón tras otro en busca de la felicidad.

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Entonces, ¿cómo puedes ayudarte a superar y aprender del pasado?

1. Perdónate

Sea cual sea tu experiencia difícil, esta ha quedado en el pasado y ya no hay razón para permitir que obstaculice tu vida. Para empezar a perdonarte y olvidar lo que te hiere, puedes hacer un “ritual de liberación mental” que consiste en conseguir un cuaderno y usarlo como diario. Allí escribirás cómo te sientes al respecto de tus recuerdos, fracasos actuales y oportunidades perdidas.

Escribe también una forma que creas efectiva para sanar tus heridas, ejemplo de ello podría ser cortar de raíz las relaciones con personas que sabes son toxicas o solo te utilizan para su beneficio. A veces sanar implica hacer cambios radicales en la vida, por ejemplo, mudarse de ciudad, cambiar de trabajo, cambiar un poco la apariencia con un corte de cabello o ejercicio, estudiar una nueva profesión u oficio.

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2. No te culpes

Es claro que las malas experiencias del pasado pueden venir por culpa de alguien, de nosotros mismos, o simplemente porque la vida tiene su carga de adversidad. No tiene sentido que te castigues o recrimines por lo que te ocurrió. Lo anterior lo digo debido a que hay mujeres y hombres que al haber sido víctimas de violación, vejación o acoso, se sienten culpables. Una persona que no sabe la razón por la cual su hija o hijo tiene ese tipo de comportamientos, puede presionarlo para que no lo haga y lo único que está haciendo es empeorar la situación.

Cuando sientas que te está pasando algo así, busca ayuda profesional porque es probable que no puedas hacerlo por tus propios medios. Una fuerte señal de que has ido superando tus miedos, temores y errores es que sabrás distinguir quienes te quieren de verdad y evadirás con mucha habilidad las situaciones que te pongan en riesgo.

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3. No te niegues recordar

Al contrario de quienes creen que es mejor reprimir los malos acontecimientos para que no hagan daño, yo recomiendo que en lo posible los tengas presentes y los cuentes a alguien de confianza.

Esa actitud resulta depurativa y cuando ya no sientas ni ira, rencor, tristeza o lo que sea, ese será un genial indicativo de que has sanado y que no te volverán a dañar, por lo menos no de esa manera, y en menos de lo que creas serás más fuerte de lo que eras antes.

4. Cuida que tu familia no pague por algo que no ha hecho

En ocasiones tus hijos, pareja, padres e incluso amigos cercanos se convierten en víctimas involuntarias de tu dolor, no hay una razón para hacerlo y menos si ninguno de ellos es culpable de tus males. Es más, tampoco tiene mucho sentido vengarse aun si alguno de ellos fue quién te lastimó. Si un familiar tuyo es quién te ha herido, haz un proceso de perdón o en su lugar, aléjate lo más posible pero jamás calles por vergüenza o miedo. Piensa en el perdón como un favor que te haces a ti misma y del cual saldrás mil veces mejor que si pagas mal con mal.

Perdonarte y liberarte, te tomará algo de tiempo, sin embargo, lo que has aprendido de las cosas del pasado son un tesoro invaluable que no te puedes dar el lujo de poner en saco roto.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.