¿Dejar que tus niños jueguen con cuchillos? Tal vez no es tan mala idea
Aunque no lo creas, en ocasiones parece que pensamos que nuestros hijos son inmunes a objetos, acciones e ideas que los ponen en peligro.
Marilú Ochoa Méndez
Sí, tal vez no es tan mala idea darles un cuchillo a tus pequeños, incluso no solamente entregárselos, sino permitir que jueguen con él. Suena descabellado ¿cierto? Y es que día a día asumimos la responsabilidad de evitar al máximo los riesgos para nuestros hijos, especialmente los que son contundentes y pueden provocarles daños irreparables o incluso, acabar con su vida.
Sin embargo, en este artículo quiero platicarte sobre algunos objetos o acciones que pueden causar en nuestros hijos tanto o más daño que un cuchillo y que, sin embargo, no nos percatamos de ello. Sin ser conscientes de esto, muchas veces ponemos en sus manos este tipo de “armas”, poniéndolos en peligro de que salgan lastimados. Quizá lo más preocupante de todo esto, sea nuestra afirmación: “tal vez esto no es tan mala idea”, pues esta frase podría reflejar que se ha desdibujado la línea entre lo que es seguro para nuestros niños y lo que representa un peligro. Es por ello que a continuación enumero algunas de las cosas que a mi parecer, deberíamos evitar para mantener a nuestros hijos a salvo de cualquier peligro.
1. Darles “el mejor” celular de todos
Tu hijo tiene 8 años y ya tiene su iPhone6. En cierto modo te enorgullece que sea responsable, que te llame cuando tiene un problema en la escuela y que tengas siempre forma de localizarlo. Esta situación lo hace atractivo para sus amigos de la escuela y además te has asegurado de que tenga muchas aplicaciones educativas, por lo que: ¿qué puede haber de malo en esto? La vida tecnológica llena de gadgets que nos parecen imprescindibles tiene muchos pros, pero también bastantes contras, esto en función de la edad del niño y de su nivel de madurez y responsabilidad. Lee aquí el testimonio de una mamá y periodista con respecto a los niños y el uso del celular.
2. Acceso a redes sociales
¿A qué edad le permites a tu hijo que entre a Internet, participe en redes sociales o tenga una cuenta de correo electrónico? En mi ciudad, acaba de extraviarse una chica de 15 años, que en vez de entrar a la escuela —donde la habían dejado sus papás— se fue de largo para encontrarse con un “amigo” que había conocido en Facebook tres días atrás, quien se la llevó a otra ciudad. Evidentemente, sus padres estaban desconsolados, pero afortunadamente ya fue localizada y se encuentra con su familia, mientras que lamentablemente muchas otras jóvenes han fallecido o se encuentran desaparecidas.
Personalmente, me da terror pensar que un celular o una Tablet sin supervisión, puedan representar un peligro, ya que de alguna forma es abrir la puerta a desconocidos y a influencias nocivas para nuestros hijos. Mira este experimento realizado por un chico en Estados Unidos, en el que muestra los peligros de las redes sociales para tus hijas e hijos.
3. Apresurar su independencia y desapego
Tristemente, a veces las madres vemos la vida como una carrera: “mi hijo caminó a los 11 meses”, “mi hija sabía leer a los 5” y en este mismo afán de ganar y ser superiores, no notamos cuando estamos adelantando a nuestros hijos a etapas para las que no están listos aun. “Mi hijo ya va solo a la tienda”, “mi hija de 10 salió al cine con su novio”. La tarea de educar es agotadora y es maravilloso cuando crecen y se atienden solos, por lo que algunas veces, por comodidad, les pedimos que asuman responsabilidades y roles que nos corresponden a los adultos, como estar al pendiente de un bebé o ir al cine solos.
Cuidemos mucho los ojos y el corazón de nuestros hijos. Es fácil que alguien allá afuera los ensucie, los empalague con regalos, los conquiste con palabras lindas y los aleje de ti y del camino que has pensado para ellos. Es preciso hacer una pausa en nuestra vida acelerada para mirarlos con amor y permitirles crecer a su ritmo, ¡es más! hasta para detenerlos, ¡se van tan rápido!
4. Creer que basta con hablar
Los papás tendemos a pensar que una vez que hablamos con nuestros hijos sobre cómo deben hacer las cosas, “estamos del otro lado”, y hemos cumplido nuestra parte, sin embargo, esto no es así. Es preciso que siempre tomemos en cuenta la edad y el nivel de madurez de nuestros hijos, para saber si pueden asumir las grandes responsabilidades que depositamos en ellos o aún no. Sea cual fuere el caso, siempre hay que estar al pendiente de ellos para que no se desvíen. Piensa conmigo: tú y yo sabemos el bien que nos hace comer más verduras y pescado, sin embargo, a veces desayunamos, comemos y cenamos pastel, galletas y refresco. Si tú que eres el adulto, a veces no eliges lo mejor para ti ¿qué te hace pensar que nuestros hijos entenderán la dimensión de las decisiones que toman en el día a día? No dejes de estar al pendiente de ellos y de enseñarles la forma correcta de hacer las cosas.
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Poniendo cuidado en estos temas, podemos colocar un cerrojo virtual a nuestro hogar, de manera que sientas la misma seguridad que cuando en casa todos duermen y recuestas la cabeza en la almohada, sabiendo que las cerraduras te mantendrán libre de invasores y peligros externos.