Echa a perder a tus hijos: Que corran antes de caminar

Todos sabemos que la vida se vive por etapas, pero ¿realmente estamos permitiendo que nuestros hijos vivan sus etapas de manera tranquila y a su ritmo? Cómo echar a perder a tus hijos: enséñalos a correr antes que a caminar.

Camila Ignacia Gómez González

Es un día normal en la casa de la familia Fernández: ambos padres acaban de llegar del trabajo, saludan a sus hijos como es habitual, pero al entrar en la habitación de Mariana se sorprenden. Ella está maquillada a la perfección, con una minifalda que escasamente cubre su ropa interior, lleva una cartera diminuta y unos tacones tan altos que es difícil imaginar cuántos centímetros más grande se ve. A sus 13 años ha comenzado a actuar como si fuera una mujer adulta, independiente, con pleno derecho a salir de fiesta con sus amigas en viernes por la noche, en vez de estar realizando sus deberes y durmiendo las horas necesarias para partir al colegio por la mañana.

Las niñas no son más bonitas si se ven como adultas

¿Qué ha sucedido? ¿Cuándo comenzó a actuar de esta manera? ¿La culpa es del medio que la rodea o de los padres, que no se percataron de sus constantes cambios de actitud? A mi juicio, creo que ellos han abierto los ojos tarde, y sin darse cuenta la animaron a correr antes de enseñarla a caminar. Y desde pequeña le han mostrado lo simpático que es lucir como adulto: le celebraron que a los 5 años besara a los compañeritos en el jardín infantil y para que se viera más coqueta comenzaron a regalarle pequeñas carteras (bolsos) que combinaran con su ropa y esmaltes de uñas para que luciera como princesa, antes incluso que pudiera escribir su propio nombre y apellidos. ¿Por qué debería extrañarnos entonces que hoy, a sus 13 años, gaste la mitad de su mesada en ropa y la otra en el cuidado de sus uñas?

Los niños tienen un capacidad increíble de adaptarse al medio que los rodea, y hoy más que nunca están sobreexpuestos a estímulos que los invitan a ser personas “perfectas”. La publicidad hace un fuerte trabajo para hacerles creer que ser una persona atractiva y delgada es suficiente para ganarse la vida completa, induciéndoles a saltarse las etapas previas a su desarrollo psicológico, físico y emocional.

Es aquí donde entran en juego las habilidades de los padres para lograr proteger su infancia y su derecho a ser un niño que vaya explorando el mundo según las etapas que le tocan y no las que la sociedad, publicidad y paradigmas les impongan. Es por ello que enseguida comparto algunos consejos que podrían serte de utilidad para no tener un caso como el de Mariana en casa dentro de un par de años más, o antes quizás:

1. No apresures sus etapas

Desde que nacen, los pequeños son forzados a cumplir ciertos parámetros: que duerma toda la noche, que se alimente a cada cierto tiempo, que mida o pese lo que está estipulado por el promedio de la sociedad. Dejar el pañal es una etapa, no una obligación apenas se cumplen los 2 años de edad. Tampoco se trata de no estimular, sino de saber “leer” ciertas pautas que nos indican que nuestros hijos están listos para la siguiente fase.

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2. Fija límites

No siempre tendrán todo lo que quieran, pues deben esforzarse para ello. Aprende a decir no cuando sea necesario e inculca hábitos que le permitan desarrollarse de manera armónica con la sociedad.

3. No colabores a que se comporte como un adulto

Evita regalarle productos que no necesita para su edad. Olvídate del maquillaje, los teléfonos inteligentes y de los accesorios de vestuarios que los hacen parecer mini adultos.

4. Controla sus tiempos de ocio

Facilita que tenga experiencias de vida que le ayuden a recordar su infancia como una hermosa etapa. Permítele jugar con tierra, déjalo explorar el jardín, muéstrale cómo funciona el medio en que se desenvuelve. Planifica más actividades familiares, su participación en talleres deportivos y de contacto con la naturaleza.

No permitas nunca que tus hijos corran y luego caminen, porque cada etapa guarda algo maravilloso por la que ser recordada, deben vivirla sin presiones para que puedan crecer paso a paso y ser niños en plenitud.

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Camila Ignacia Gómez González

Camila, es Relacionadora Pública, con orientación en Marketing, actualmente reside en Villa Alemana, Chile. Es esposa y madre, y ama escribir para ayudar a fortalecer los lazos familiares.