¡El dinero no me rinde!
Cuando hablamos de administrar correctamente nuestros ingresos, lo primero que descubrimos es que tenemos malos hábitos y que éstos repercuten directamente en nuestro bolsillo.
Emma E. Sánchez
Son muchas las personas que solamente cuentan con dinero uno o dos días después de haber recibido el pago por su trabajo. Generalmente cuando el dinero llega, ya está destinado en su totalidad al pago de las deudas y a los pocos días de haberlo recibido, ha desaparecido por completo. Es por ello que en el presente artículo encontrarás algunas ideas que, de ponerlas en práctica, te ayudarán a tener en tu cartera dinero disponible todos los días del mes.
1. No gastes más de lo que ganas
Esto es algo que todos sabemos en teoría, pero llevarlo a la práctica es en verdad todo un reto. ¿Misión imposible? No, lograrlo es tan posible como tú lo decidas hacer. El problema radica en que muchos creemos que ganando más dinero podremos cubrir todos nuestros gastos, cuando en realidad es completamente lo contrario: debemos reducir nuestros gastos de tal manera que se cubran con nuestros ingresos. Esto suele irritar mucho a la gente, pues con mucha frecuencia significa rentar un apartamento más pequeño y económico, dejar de comer o cenar en la calle, abstenerse de algunos lujos y eliminar los gastos superfluos. Probablemente muchos piensan que esto significa bajar el nivel de vida que se ha alcanzado, pero en realidad significa lo contrario. Piénsalo, al eliminar tus deudas puedes ahorrar, obtienes paz, autocontrol y una calidad de vida mejor que cualquier estatus social.
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2. No tengas más caprichos que necesidades
¿Puedes notar la diferencia entre un capricho y una necesidad? Por ejemplo: para satisfacer la necesidad de saber la hora, debes tener un reloj. Cualquier reloj puede satisfacer esa necesidad, pero si tú compras un reloj que vale tres veces más que tu salario, y te comprometes a pagarlo en tres años, serás esclavo de un capricho por la misma cantidad de tiempo. Así que antes de hacerlo, considera que no sabes si en esos tres años enfermarás, perderás el trabajo o sucederá cualquier otra cosa que terminará apretando aún más tus pesadas cadenas de la deuda.
3. No acumules deudas que nunca terminarás de pagar
Acumular deudas pareciera ser un deporte para muchos, ya que cuando apenas liquidas una cuenta ya tienes otra en puerta y estás pensando en adquirir una tercera, cuarta o quinta. Estar endeudado no es algo por lo que debamos sentirnos orgullosos, así que procura evitarlas a menos que se contraigan en situaciones de gran necesidad y como última opción.
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4. Lleva un control de tus gastos
Un gran reto que me hizo tomar conciencia de mi forma de gastar y concientizarme de lo mal que lo estaba haciendo, fue anotar en una lista (puedes hacerlo en tu teléfono celular) en qué gastaba cada peso, para así al final de cada mes sumar cuánto gasté en cada rubro. Si puedes hacer una gráfica con estos datos, te sorprenderás como yo cuando descubras que gran parte del dinero lo tiras en cosas vanas que no te llevan a ningún lado.
5. Aprende de los abuelos
Reconsidera estas ideas de administración que a los abuelos les funcionaban muy bien:
Salir de compras es una actividad que no existe
La simple idea de salir a gastar por gastar, es una grave equivocación y un pésimo hábito. Solamente sal a comprar las cosas que necesites, lleva una lista y apégate a esos gastos. No vayas de compras cuando tienes hambre, estés triste o cuando recién te hayan pagado.
Cuida lo que tienes, espera a que se gaste y si se descompone repáralo
En esta época en la que todo se ha vuelto desechable o instantáneo, no nos cabe en la cabeza la posibilidad de reparar algo o ponerle el botón que se le ha caído. Evita caer en la idea de que es más fácil comprar otro artículo nuevo, es más barato que mandarlo reparar y más rápido.
Si se acaba, prescinde de él
No pasa nada si un objeto deja de existir en nuestro hogar, así que piénsalo bien antes de comprar otro artículo para reponer el perdido. Muchas veces verás que ni siquiera lo necesitas ni lo extrañas, entonces ¿para qué gastar en ello?
Aprende a hacer cosas por ti mismo
Por ejemplo, cortar el cabello a tu familia, planchar tu ropa, hacer el jardín, darle mantenimiento a tu hogar o a tu vehículo. Piensa en aquellas cosas por las que pagas a alguien para que las realice por ti. Hace un tiempo contraté a una persona para que instalara el piso en nuestra casa, lo observé durante algún tiempo y luego le pedí que me permitirá poner algunos azulejos. Tiempo después compré algunas herramientas que no tenía y me animé a pegar el azulejo de mi cocina. Resultado: ahorre mucho dinero, desarrollé una nueva habilidad y presumo mi cocina con orgullo.
Compra cosas de segunda mano
Te sorprenderá lo mucho que puedes ahorrar haciendo esto. Hay cosas que no necesariamente deben de ser nuevas para ser útiles, así que busca ofertas y consulta publicaciones donde se intercambien o vendan artículos de segunda mano. Piensa en cómo mejorarlas y pronto te convertirás en un experto.
Reduce, recicla y reutiliza
Mejorar tu economía va de la mano con ayudar al planeta, aunque no lo creas. Acostúmbrate a no abrir la cartera inmediatamente para resolver tus problemas y dificultades, piensa en otras maneras de aprovechar y sacar el máximo de tus recursos. Tu cartera y el planeta te lo agradecerán.
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