Si tienes problemas con el dinero, estos son los detalles que debes comenzar a resolver
Tener cubiertas nuestras necesidades no es cuestión de suerte, es cuestión de disciplina y mucha honradez personal. Revisa estas recomendaciones y verifica que tú controlas tu dinero.
Emma E. Sánchez
Muchas personas que “viven al día” padecen de estrés económico porque constantemente están preocupados por el dinero. Se la pasan contando los días para recibir su salario y tan pronto el dinero llega, desaparece “como por arte de magia”. Primero, es angustia porque el dinero no llega; luego, un breve tiempo de felicidad porque llega, se gasta y sobreviene después un sentimiento de culpa porque el dinero se acabó y el ciclo de angustia y estrés no tiene fin. Es cíclico. ¿Sabes que esto puede acabar con tu vida?
Es de suma importancia, por lo tanto, que tomes a la voz de ya el control de tus finanzas. Con objeto de compartirte algunas luces en este oscuro tema, te propongo revisar juntos cinco de los errores más comunes que cometemos en el manejo de nuestros recursos y que de corregirlos, harán la diferencia en tu vida y la de tu familia:
1. Debes tener claro cuánto ganas
Aunque parezca increíble, mucha gente desconoce con exactitud cuánto dinero gana por su trabajo. Sí conoce el dato general de su ingreso, pero ignora cuánto y en qué se le descuenta, incluso si esos descuentos son correctos.
2. Y exactamente en qué gastas el dinero
Una vez que conoces tus ingresos exactos, ya sea por quincena o mensuales, te debe quedar aún más claro en qué lo estás gastando. Esto es fundamental para tener éxito financiero, pues, aunque no lo creas, es más fácil ganar el dinero que administrarlo correctamente. Son muchos los que cojeamos de este pie.
En este punto se requiere de mucha honradez de tu parte para reconocer en qué y por qué estas gastando en ello. Entonces, si llegas a tener claridad al respecto tu perseverancia y disciplina te ayudarán a salir adelante.
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3. No tienes idea sobre cómo manejar tu tarjeta de crédito
A mí me pasó no saber manejar mi tarjeta, y ese error me costó muy caro. Eliminar una deuda que crece y crece sin control es terrible, se vuelve una obsesión que te quita el sueño y la calma. Recuerdo esos días y ¡hasta escalofríos me recorren el cuerpo! Por eso, quiero compartirte esa lección: aprende a usar tu tarjeta de crédito correctamente y con sabiduría. No temas ir a tu banco y pedir que un ejecutivo te enseñe a hacerlo; es preferible invertir un tiempo para dejar de ser ignorante, que ser esclavo de las deudas.
De hecho, si aprendes a manejar los créditos de manera adecuada, esto puede llegar a ser un gran instrumento financiero para lograr tus metas.
4. No tienes ahorros
No es imposible ahorrar, y es la mejor evidencia para decir “Soy una persona disciplinada”. Ya sea que asumas el reto de los diez pesos, lleves dinero al banco o lo pongas debajo del colchón, visualiza el ahorro entre tus prioridades. Las emergencias, enfermedades, accidentes y toda tragedia pueden ser solventadas y hasta minimizadas si se cuenta con el dinero para hacerles frente. Considera seriamente ahorrar una pequeña cantidad quincenal o mensual, por favor.
Relee: El reto de los 10 pesos, o el mejor truco para ahorrar.
5. Tienes una sola entrada
Se dice comúnmente que una persona con problemas económicos gasta más de lo que gana, por lo tanto, la solución a ese problema puede ser: trabaja lo suficiente para ganar lo que gastas. Lo que quiero decirte es que hoy es poco sabio tener una sola entrada de dinero en casa. Platica con tu familia y juntos busquen la manera de obtener un segundo ingreso, esto te dará confianza, te ayudará a pagar deudas, a tener algunas cosas extras y, en caso de perder el empleo, siempre podrás contar con el plan B.
Una vez que pongas en práctica estas recomendaciones comenzarás a ver cambios en tu vida en general: la deuda comenzará a disminuir, tendrás un poco de dinero ahorrado, pero sobre todo dormirás tranquila y tus preocupaciones se irán esfumando. Pronto te verás a ti misma como alguien más segura de sí misma, fuerte y disciplinada, y eso lo vale todo, no tiene precio.