Educa a tus hijos con la filosofía del futbol
El futbol no significa sólo patear una pelota o correr casi en ropa interior con la mirada abajo, hay una serie de conceptos útiles en la vida. El futbol, como la vida, nos da numerosas lecciones. Del futbol se aprende para la vida.
Arturo Leonardo
El futbol no se ciñe a solo patear una pelota, o a correr casi en ropa interior con la mirada abajo. Hay en él una serie de conceptos útiles para la vida. Del futbol se aprende para la vida.
Pues bien, como dicen en México, “a lo que nos truje”. Te habrás dado cuenta ya que soy un gran aficionado al futbol, lo que no me hace ni mejor ni peor persona, no me resta interés por lo que pase en mi país, ni mucho menos el deseo de educar a mi hijo para que sea un hombre de bien, que no le haga daño a otro ser vivo en el futuro.
Aunque no lo creas –o quizá no lo habías considerado–, el futbol tiene una serie de conceptos que puedes aplicar perfectamente con tus hijos; inténtalo, lo peor que puede pasar es que el partido termine y ellos crezcan. En el futbol son 11 jugadores por equipo, entonces vamos a resumir en este número las ideas con las que puedes llevar a tus hijos con la pelota rodando:
- Juega en equipo. Si bien hay tremendos exponentes individuales de la pelota, ni Pelé ni Maradona hubieran ganado las máximas glorias sin un equipo que los respaldara. Dile a tu hijo que cualquier problema que tenga se resuelve en familia: las alegrías saben mejor en conjunto.
- Toca la pelota. Se dice que “jugar fácil es bien difícil”. No hay cosa más aburrida que ver durante 90 minutos a un tipo en solitario queriendo llevarse la gloria; enséñale a compartir, ya sean juguetes, conocimiento o momentos.
- Pide tu cambio. Durante los partidos hay mucha exageración en cuanto a las faltas, pero hay una ley que dice, “Cuando el jugador no se mueve, es que verdaderamente está lesionado”. Explícale que no debe hacer grandes los problemas y que si en verdad hay algo grave, que pida su cambio, que pida ayuda para no lastimarse más.
- Pégale de lejos. El futbol es fácil y complejo a la vez, porque no puedes ganar solo, mas debes de tener confianza en tu talento para disparar a gol. Dile a tu pequeño que no se canse de intentarlo, su meta llegará si no baja los brazos.
- Para meter gol debes estar en la cancha. Un consejo tremendo que recibí: el gol lo conseguirán los jugadores, no el que abandonó al equipo. Explícale que puede llegar a donde él quiera siempre y cuando tome el camino necesario; si busca ser astronauta el estudiar para abogado no sería lo más práctico.
- Para ser titular, debes entrenar. Entrenamiento diario, una y otra vez; solo la repetición hará al especialista, pues el éxito depende de ser constante.
- Falta en el área: penalti. Así sea para jugarlo en la calle, el futbol tiene reglas y la vida también: hay consecuencias en tus actos, algunas más caras que otras. Dile que si no quiere enfrentar la sentencia de la pena máxima, que juegue siempre limpio.
- ¿Trampa? Que valga la pena. Es una realidad que habrá situaciones que requieran de una medida fuera de cualquier protocolo establecido. En el Mundial de México 1986, Diego Armando Maradona usó su mano para meter un gol a Inglaterra, al que llamaron “la mano de Dios”. Minutos después, en el mismo partido, burló a medio equipo contrario para marcar uno de los goles más bellos en la historia del balompié. Si es necesario romper alguna regla, primero hay que conocerla y después hacer que verdaderamente valga la pena.
- Todas las figuras salieron de la banca. Si no hay apoyo moral en las situaciones complejas, entonces el equipo no es fuerte; la banca alienta a los compañeros y espera su momento para dar lo mejor. Coméntale que no será en el instante y momento que él quiere, pero si espera su momento y lo aprovecha podrá convertirse en el capitán.
- El rival es grande. Hay que saber ganar y saber perder. Reconocer al equipo rival siempre será de grandes, y no ser como Cristiano Ronaldo ante el Atlético de Madrid en la pasada final de la Champions League, que mostró una actitud presuntuosa en la cara del vencido. Platícale que todos merecen respeto y que, si tiene la fortuna de saber más que los otros, no lo diga, que es mejor que ponga el ejemplo.
- El técnico enseña, pero no juega. Casi 99 por ciento de los entrenadores fueron futbolistas, saben de qué se trata el deporte y se preparan para las nuevas responsabilidades, pero ya no tienen que meter los goles. Esta es para ti: a los padres nos cuesta trabajo entender que los hijos deben jugar sus propios partidos y cometer sus propios autogoles, pero siempre habrá un medio tiempo para explicar la estrategia y darles ánimos para remontar el marcador.