Educa, no lastimes: los golpes no son la solución
Si crees que un golpe a tiempo es necesario para disciplinar y educar a tu hijo, estoy segura que este artículo es para ti.
Yessica McGregor
¿Has escuchado la frase: “la letra con sangra entra”? Este dicho defiende que la mejor forma de educar es utilizando mano dura e incluso correcciones físicas. Si estás de acuerdo con esta frase, me gustaría decirte que cuando corriges a tu hijo utilizando la violencia realmente no lo estás educando, lo estás lastimando y dañando sus emociones.
Tal vez creas que estoy exagerando, ya que fue común que durante tu infancia recibieras alguna vez un tirón de orejas, una nalgada, un manotazo o algún golpe correctivo. Sin embargo, los tiempos han cambiado y tú como padre no puedes seguir repitiendo técnicas de educación del pasado que no funcionaron. En este artículo vas a encontrar cuatro razones que te convencerán de que los golpes no son la solución.
1. Violencia genera violencia
Los niños aprenden por medio de la imitación, y si se dan cuenta que tú los corriges utilizando gritos y golpes, ellos aprenderán a solucionar sus problemas por medio de la fuerza física y la violencia. Incluso las estadísticas comprueban que las personas que fueron educadas en su infancia con golpes y maltratos, corren mayor riesgo de ser arrestados en su vida adulta por actos violentos y conductas agresivas.
2. El miedo no genera conciencia
Los golpes pueden controlar a tu hijo solo mientras tú lo estás vigilando. Él se va a comportar debido al miedo que le causa que tú le vuelvas a pegar. Lo ideal es que por medio de límites lo ayudes a formar su propio criterio; de este modo te aseguro que aunque no estés presente, tu hijo será responsable en todo momento. Te recomiendo impulsarlo a reflexionar y a entender las razones por las que su conducta fue incorrecta.
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3. Es por tu bien, a mí me duele más que a ti
En primer lugar tu hijo es mucho más pequeño que tú en tamaño y, debido a su corta edad, aún no tiene la capacidad para entender por qué su papá está reaccionado con tanta ira. No te engañes, a nadie le duele más que a tu hijo. No importa lo mal que se haya portado, no se merece que lo castigues de una forma tan injusta sin que él se pueda defender.
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4. La injusticia crea resentimiento
Imagínate que estás en tu trabajo y tu jefe comienza a gritarte y a golpearte enfrente de toda la oficina porque cometiste un error en el proyecto que le entregaste. Como tu jefe es la autoridad no puedes reclamar ni hacer nada en su contra por miedo a que te despida. ¿Cómo te sentirías? Seguramente impotente y enojado.
Quiero que sepas que así se siente tu hijo cuando recibe alguna corrección física de tu parte. Se siente impotente y triste al darse cuenta que está siendo agredido y humillado por la persona que más ama en el mundo: su papá.
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Aunque un golpe sea aparentemente inofensivo te aseguro que puede causar más daños que beneficios en tu hijo. Decide poner un alto a esta terrible práctica, recuerda que para que tu hijo sea una persona respetuosa, primero debe ser un niño respetado.
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