El desayuno, una comida indispensable para tener un buen día
Desayunar es una inversión, dedicamos unos minutos a comer adecuadamente y a cambio obtenemos un cuerpo preparado para hacer frente a los retos diarios.
Yordy Giraldo
“El hambre es mala consejera” escuchaba decir con frecuencia en mi tierra natal cuando una persona tomaba una decisión que en otras circunstancias no tomaría. Y es que cuando estamos hambrientos ser racional no es una opción, por el contrario, nuestro lado más salvaje aflora.
Y es precisamente por la importancia que reviste para nuestro cuerpo y nuestro estado de ánimo que satisfacer nuestra hambre al desayunar es la mejor manera de iniciar el día. Al levantarnos hemos pasado siete u ocho horas en ayuno y nos urge energía para funcionar correctamente.
Un desayuno que se respete debe incluir lácteos, fruta, cereal y proteínas, todo sin excesos. Sin embargo, la mayoría de nosotros o no comemos lo suficiente o, por el contrario, consumimos de más de una sola sentada, y, generalmente alimentos que no aportan lo que nuestro cuerpo necesita.
Desayunar es una inversión. Dedicamos unos minutos a comer adecuadamente y a cambio obtenemos un cuerpo preparado para hacer frente a los retos diarios. Algo lo cual es especialmente provechoso en el caso de los niños, quienes son los más vulnerables ya que su cuerpo está en pleno desarrollo y además se están instruyendo.
Razones para inculcar la buena costumbre del desayuno:
1. El desayuno da energía
¿Alguna vez has pasado mucho tiempo sin comer? Las fuerzas te abandonan, el mal humor se hace presente y te falta disposición para hacer las cosas porque aunque no lo veas así, el hambre saca lo peor de nosotros. ¿No me crees? Relee: Razones por las que estás envejeciendo más rápido que tus amigos.
2. Aporta nutrientes
La comida siempre nos aporta algo, sin embargo, si es perjudicial, insuficiente o a destiempo poco puede hacer por nuestro cuerpo. Por ejemplo, comer mucho para irnos a la cama no nos beneficia porque nuestra necesidad de energía al dormir es mínima, y lo mismo pasa si no comemos suficiente cuando requerimos mayor resistencia.
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3. Mejora el rendimiento escolar
Es lógica pura, cuando nuestras necesidades están satisfechas nos sentimos más dispuestos a realizar actividades, y no sólo nos sentimos así en lo anímico, sino que nuestro cuerpo también se siente de esa manera.
4. Mantiene un peso saludable
Los que NO desayunan en algún punto no soportaran el hambre y comerán lo primero que se les cruce en el camino, algo con lo que no tienen que lidiar las personas que sí desayunan, pues un cuerpo satisfecho no es tan propenso a las tentaciones.
5. Permite pasar tiempo en familia
La comida siempre ha sido ese momento en el que todos se reúnen para compartir los sagrados alimentos y la oportunidad de convivir. Una familia que come junta interactúa más, por lo que promueve la integración, comunicación y la conciliación familiar. Los diferentes horarios que los miembros de la familia tienen, pueden impedir compartir el resto de las comidas, pero el desayuno es algo que podemos programar y llevar a cabo.
Comer tiene la cualidad de que no solo alimenta nuestro cuerpo, sino nuestro espíritu. Cuando estamos ansiosos comemos, lo mismo si estamos tristes o si festejamos algo. Si nos sentimos tan a gusto cuando lo hacemos, por qué entonces no iniciar el día de esa manera. Y tú, ¿Desayunas?