El rendimiento escolar de los hijos, o cómo la madre se vuelve maestra

El rendimiento escolar de nuestros hijos no depende solo de la escuela, sino de la adecuada compatibilidad entre el profesor y los padres, en especial de la madre, quien es la que está más al cuidado de los niños.

Juliana Echeverry

La productividad en la escuela es tarea compartida. El rendimiento escolar de nuestros hijos no depende solo de la escuela, sino de la adecuada compatibilidad entre el profesor y los padres, en especial de la madre, quien por lo general está más al cuidado de los niños.

Los pequeños de hoy desde muy temprano (3 ó 4 años) dividen su tiempo entre la escuela y el hogar, y el buen desempeño escolar dependerá de la labor que haya hecho la madre en casa, porque los primeros años son fundamentales en el desarrollo del niño en cuanto a autoestima, confianza y seguridad.

Estos tres aspectos se complementan entre sí de tal manera que no se pueden dar el uno sin los otros. Si un niño se siente valioso (autoestima) tiene confianza en sí mismo y se sabe seguro, y sabrá desenvolverse con propiedad en la escuela y, en consecuencia, su rendimiento académico será mucho mejor que el de un niño tímido, temeroso y asustadizo. El niño que es tímido es muy posible que tenga miedo a hablar, a preguntar cuando no entienda, e incluso a socializar.

Cómo lograr un alto rendimiento escolar en los niños

Ahora bien, partiendo de la base de que es un niño seguro y estable, aún existen algunas cuestiones importantes a tener en cuenta para mantener el buen desempeño escolar, y son las siguientes:

Acompañamiento de la madre

La madre debe estar siempre al tanto de las actividades del niño en la escuela. Cada día debe preguntarle a su hijo cómo estuvieron las clases, qué aprendió, qué actividades hicieron, qué cosas le parecieron divertidas, etcétera; esto con el fin de enterarse más o menos si el niño aprendió, se divirtió o tuvo una mala experiencia.

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Apoyarlo y ayudarlo en sus tareas

mas no hacérselas

, mas no hacérselas. Una cosa es ayudar al niño explicándole algo que no entienda, acompañarlo y aun prepararle algún refrigerio, y otra muy distinta es hacerle sus tareas. Las tareas en casa son para practicar y reforzar lo aprendido, de tal manera que hacérselas de ninguna manera beneficiará al pequeño.

Estar en contacto con el profesor,

intercambiar ideas y sugerencias entre ambas partes para lograr los mejores resultados en el aprendizaje. Esto es de suma importancia y de gran ayuda para detectar a tiempo cualquier dificultad que se le presente al niño en un momento dado, y buscar los correctivos pertinentes.

Escuchar con atención al niño con respecto a alguna queja referente a situaciones inadecuadas

que estén sucediendo en la escuela con algún profesor o compañero de clase. En la actualidad, dadas las cosas que se ven en cuanto a acoso sexual o de bullying, como madres debemos estar muy atentas a lo que nuestros hijos expresen; aun si no lo dicen por temor, se debe estar atento a cualquier cambio en su comportamiento y llegar hasta el fondo del asunto. Créame, un niño no cambia porque sí de la noche a la mañana. Esté muy alerta. Recuerde que se trata de su hijo, así es que actúe de inmediato, antes de que sea demasiado tarde.

Motivarlos a que estudien y aun animarlos a que investiguen más

acerca de lo que aprendieron en el salón de clases (esto cuando ya sepan leer y escribir).

Inculcarles desde pequeños que un día serán profesionales

Debe tener siempre en mente que su hijo irá a la universidad. Recuerde que los que se preparan, aunque no es garantizado, tienen más oportunidades de desarrollo. Y para que cuando llegue el momento no la tome por sorpresa, comience a ahorrar cuanto antes, ojalá desde que nace, y verá cómo 16 o 18 años después tendrá algo de apoyo para esta etapa.

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El papel de la madre es fundamental para el aprendizaje de los niños y el buen rendimiento escolar, porque es ella quien mejor conoce a su hijo y tendrá que intervenir cuando sea necesario. Piense que dejar la educación de su hijo en manos de terceros es entregarlo a un futuro incierto, y por más que usted se esfuerce por educarlo bien en casa, podría suceder que sus profesores echen por la borda todos sus esfuerzos. No se confíe demasiado.

Toma un momento para compartir ...

Juliana Echeverry

Me gusta escribir, leer, pintar, tejer y compartir con mi familia.