Ella acaba de dar a luz. Ahora nos enseña cuándo una visita es intrusiva

Al tener un hijo, nuestra vida requiere demasiadas adaptaciones. ¿Cómo congeniar la vida con nuestro bebé y las visitas de familiares y seres queridos? Aquí encontrarán algunos consejos y recomendaciones.

Maia Fernandez

Era una madrugada de agosto cuando llevaba 39 semanas de embarazo y me encontraba acostada en mi cama descansando. La noche anterior, mi esposo y yo habíamos cenando en casa como cualquier otra noche. No sabíamos que el día siguiente sería uno de los días más intensos e importantes de nuestra vida. Cerca de las dos de la mañana comencé a tener contracciones. Primero me quedé recostada y después comenzamos con los preparativos. ¡Este sería el día en que nacería nuestro bebé!

Decidir las visitas con prudencia

Esperando en la sala de preparto, mi marido me preguntó: “¿Le avisamos a tu familia?” Habíamos quedado que no les íbamos a avisar enseguida, para tener tiempo de estar solos los tres, pero con tanta emoción le dije que sí les avisara. Nuestra familia llegó inmediatamente después de haber nacido nuestra hijita. La habitación del hospital era compartida y el tener tanta gente visitando fue algo tenso para mi. Además, la enfermera insistía e insistía que debía darle pecho a mi niña y que para eso tendría que sacurdirla para despertarla. Entre mis familiares y desconocidos éramos como 10 personas en la habitación.

En ese momento me dí cuenta que notificarle a mi familia había sido un error porque en estos casos, después de tanto cansancio, necesitábamos estar solos. Por esta razón es recomendable para los padres primerizos, planear darse un tiempo para avisar a la familia. Sé que esto puede ser difícil de entender para algunos familiares y amigos ya que se pueden sentir ofendidos o heridos porque lógicamente ellos quieren conocer al bebé, estar con él y tenerlo en brazos.

Las visitas durante el puerperio

Lo que sucede las primeras semanas de puerperio son de descubrimiento mutuo entre el recién nacido y sus padres. Nuestro bebé pasa del vientre al mundo exterior y necesita un ambiente lleno de calma. Y nosotras como madres, acabamos de pasar por una situación exhastiva con el parto, que llega a agotarnos y hasta estresarnos.

Y el llegar a casa trae aún más aventuras. La familia entera está acostumbrándose a nuevos horarios, la mamá esta aprendiendo a amamantar igual que el bebé. Al principio cuesta trabajo y si nos vemos invadidas de una cantidad de familiares que nos dicen qué hacer, qué no hacer y cómo hacerlo, probablemente entremos en estados de tensión, frustración o nerviosísmo. Es justo tomar algo de tiempo para adaptarnos a esta etapa en la que requerimos estar lo más tranquilas posibles para brindarle la mayor tranquilidad y ternura a nuestro bebé. Nuestro nuevo mundo es el bebé y hay que tratar de hacer lugar y espacio para que se nos respete nuestra oportunidad de forjar un lazo íntimo entre familia. Además tanto la mamá, como el bebé, necesitan de mucho descanso, lo cual es imposible cuando la casa está llena de visitas a todo momento.

Cosas que la familia debe comprender

Los profesionales recomiendan que no haya muchas personas que vayan a visitar y que las primeras 24 horas sean sin visitas aunque esto quizás sea algo difícil de entender para tus familiares, pero tanto tu bebé como tú pueden recibir visitas una vez que tú decidas cuándo es el tiempo apropiado. Además, es importante que no nos aceleremos queriendo cumplir con todo y con todos. Esta etapa es para disfrutarse y lo mejor es compartir con tus familiares y amigos tus sentimientos y lo importante que es para ti tomar las cosas con calma para disfrutar a tu bebé y adaptarte a esta nueva etapa. Así que dialoga con tu familia con anticipación para evitar que surja algún mal entendido.

Maia Fernandez

Maia Fernández vive en Argentina.Considera fundamental la educación de los niños y al arte en sus diferentes manifestaciones como un componente irremplazable de la misma. Blog www.educacionmusicalencasa.blogspot.com.ar