Enseña a tus hijos sobre las emociones con juguetes, cuentos y el ejemplo
No precias ser psicóloga para instruir a tus hijos acerca de lo que sienten, el hacerlo es un regalo que no tiene precio.
Denhi Chaney
¿Cuántas veces hemos visto a un niño gritar, romper o tirar objetos cuando está frustrado y enojado? En muchas ocasiones esta misma acción provoca también frustración en su madre; sin embargo, es importante recordar que los niños –en especial los pequeños– no nacen con la capacidad de entender sus emociones, y mucho menos de controlarlas, únicamente saben lo que sienten y actúan tal y como lo experimentan. Aunque existen sus excepciones, tales como acciones violentas, un castigo no es lo apropiado en esta situación, sino educar acerca de lo que están experimentando y cómo lidiar con ello de forma más efectiva.
Cabe decir que no tienes que ser una psicóloga para aplicar ninguno de los consejos que voy a mencionar; no obstante, sí necesitarás mucha paciencia contigo misma y con tus niños, pues cuando estos están fuera de control es muy tentador seguirles el paso, pero recuerda: cuando un niño está fuera de control lo menos que necesita es una madre que también lo está. A continuación te presento dichos consejos con la esperanza que te sean útiles al enseñar a tus hijos a controlar sus emociones:
1. Consigue “juguetes enojados”
No me refiero a una marca, sino a esos juguetes que le doy a mi hijo cuando está enojado, y que no importa que los aviente e incluso los muerda (sí, me ha pasado). Es importante entender que no tiene nada de malo enojarse ni sentirse frustrado, muchas familias mandan el mensaje implícito de que en ese hogar el sentir tales emociones es malo y está prohibido: es humano sentir TODAS las emociones. Así que manda este mensaje desde que son pequeños. Ahora, una vez dicho esto, es esencial que los niños entiendan la importante diferencia de que el sentirlas es normal, pero el destruir la casa por su enojo, no lo es. Por lo mismo, con niños pequeños –que precisan de un desahogo físico, porque su lenguaje aún no está bien desarrollado– resulta muy bien darles “juguetes” con los que sí puedan expresar su enojo. Buenos ejemplos de ellos son: juguetes baratos, revistas viejas, cartones de huevo vacíos, una almohada; todo con el propósito de que si lo quieren romper, no habrá ningún problema.
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2. Utiliza títeres para hablar de las emociones
Niños pequeños entienden mejor por medio de un juego, y los títeres constituyen un medio ejemplar para enseñarles casi cualquier mensaje, incluyendo las emociones. Utiliza el títere favorito de tu niño y habla con él, frente a frente, de las diferentes emociones que experimenta; con otros títeres puedes crear distintas historias en las que se ve cómo el títere lidia con sus emociones de forma productiva.
3. Compra libros que enseñen sobre las emociones
Pocas cosas maravillan a los niños como escuchar la voz de su madre o su padre leyéndoles un cuento entre sus brazos. Utiliza esta oportunidad para comprar libros que enseñen de forma específica acerca de las emociones; luego, tras terminar el cuento habla, con frases cortas, de lo que significa.
4. Ante todo, sé un ejemplo
Los niños aprenden de emociones al ver como sus padres lidian con ellas. Aprende a tratar con tus emociones de forma productiva, recuerda que esto no quiere decir que está mal que te enojes o frustres, sino que es benéfico que tus hijos vean tal emoción, pero aún más importante es que presencien que lidias con ella de forma efectiva. Y cuando cometas un error, que todos lo hacemos, no dudes en pedir perdón, ya que eso enseña más que mil palabras.
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La noción de instruir a tus pequeños acerca de sus emociones es tan esencial que estoy convencida de que si la mayoría de los padres hiciéramos esto, me quedaría sin trabajo, pues la mayoría de mis pacientes tienen el problema de no saber cómo identificar y luego lidiar con sus emociones. Al tomarte el tiempo de enseñarlas les estarás dando un regalo inmenso a tus hijos y, al mismo tiempo, a sus hijos, y a las generaciones por venir.