Envidia: no me imaginaba que era tan simple evitarla
La envidia es un sentimiento muy doloroso y venenoso. En este artículo te contamos cómo hacer para deshacerte de ella. No te lo pierdas.
Maia Fernandez
La envidia es el sentimiento de querer tener lo que el otro tiene. Es una terrible sensación de amargura. El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua la define como “tristeza o pesar por el bien ajeno o emulación, deseo de algo que no se posee”. Némesis, diosa en la mitología griega, personificaba a la envidia y a la venganza a la vez, dándonos a entender que, en muchos casos, la envidia nos lleva a tomar terribles represalias sobre los demás. Es un sentimiento tan horrible y venenoso que lleva a odiar, a enfurecerse, a ver en las personas lo peor.
Cuando envidiamos a alguien lo hacemos desde la creencia, falsa por supuesto, de que el otro tiene lo que nosotros no tenemos. Es desgastante vivir deseando lo que nos falta, queremos tener más de lo que nos da la vida. Nos daña la posibilidad de disfrutar, de gozar por lo que tenemos.
Existen tres maneras de evitarla:
1. Cumple tus sueños
. Ya sean logros materiales, profesionales o espirituales, haz una lista de lo que quieres y lleva a cabo lo posible para cumplir con cada ítem. Trázate metas y no pierdas de vista tu objetivo. Busca a tu alrededor nuevas actividades o pasatiempos. Eso te renovará y te mantendrá lo suficientemente ocupado como para fijarte en lo que hacen o tienen los demás.
2. Realiza tus tareas con alegría
. Ya sea tu trabajo, las labores del hogar, el cuidado de los niños… Sal al mundo con una sonrisa, aunque en tu interior haya dolor. Deja a un lado la monotonía y descubre la belleza de la vida, de TU vida, en cada detalle.
3. Deja de compararte
. Cada persona es un mundo y todos tenemos o hemos tenido dificultades, incluso la persona más exitosa, a la que ves siempre con una sonrisa. En vez de envidiarla, imítala. Ten la suficiente humildad para reconocer sus logros y una gran cantidad de autoestima para valorar los tuyos. Recuerda que la dedicación, perseverancia y disciplina forman parte de la fórmula para el éxito.
La envida es un veneno que nos carcome el alma. Nace de la inseguridad, de las presiones sociales, de una necesidad de llenar un vacío existencial que no se llenará jamás con nada. Porque la hermana gemela de la envidia es la codicia, cuando codiciamos demasiado y somos incapaces de lograr lo que queremos, nace la envidia. Y no es que seamos incapaces, sino que creemos serlo a causa de las falsas creencias adquiridas en nuestra educación, y que forman parte de nuestra manera de ser. Por eso, el primer paso para dejar de ser envidioso es darse cuenta de que lo somos. A partir de ahí podremos cumplir con los puntos que nombraba anteriormente. Por eso, mantente alerta con lo que sucede en tu interior para descubrir la envidia. Felicitaciones si logras descubrir en ti mismo ese sentimiento. La mayoría de los envidiosos pasan su vida sufriendo sin darse cuenta de lo que padecen. Ya lo dijo el escritor francés François de la Rochefoucauld, “La envidia es más irreconocible que el odio”.
Luego, analiza tus pensamientos y tus conversaciones con los demás. Es probable que la ira de la envidia se manifieste en críticas hacia el envidiado. Trata de evitar ese tipo de conversaciones en tu vida, y si surge algún pensamiento negativo al respecto intenta pensar algo bueno de la otra persona, concéntrate en su esfuerzo, en que todos tenemos aspectos buenos y malos en nuestra existencia.
Si consigues cambiar verás que tu vida se torna maravillosa, que podrás lograr lo que te propongas. Porque una vida buena y la envidia no caminan de la mano. Además, tendrás una mejor relación con los demás, ya que la envidia se nota y es muy triste cumplir ese papel. Sobre todo por nosotros mismos y por el bienestar de nuestra familia. ¡Éxito! ¡Hazlo, y te quitarás un peso de encima!
Maia Fernandez
Maia Fernández vive en Argentina.Considera fundamental la educación de los niños y al arte en sus diferentes manifestaciones como un componente irremplazable de la misma. Blog www.educacionmusicalencasa.blogspot.com.ar
