¿Eres madre o padre? ¡Fortalece tu espíritu!
A veces al criar a nuestros niños en un mundo tan complejo, uno como padre simplemente no sabe qué hacer. Cuando hay confusión o falta de respuestas, mi consejo es que fortalezcas tu espíritu, y entonces el cambio vendrá.
Laura Abbott
Podremos haber escuchado diez mil consejos y en algún momento de nuestras vidas haber pensado que podíamos afrontarlo todo. Pero, en cuanto nos encontramos con la valiosa misión de ser padres, las pruebas se duplican y nuestras fuerzas se ven obligadas a crecer sin excusas ni refugios. Y no es para menos, tenemos entre nuestras manos la obligación y la responsabilidad de otros seres, quienes además son las personas más importantes de nuestras vidas.
Sabemos, sin discusión, que todo lo que hagamos o dejemos de hacer, tendrá repercusión de un modo o en otro en nuestros hijos. Y eso suena a mucha carga. Pero tenemos una solución y a la que sólo podemos apelar con el corazón: fortalecer nuestro espíritu. ¿Qué implica esto?
Fortalecer nuestro espíritu
Significa apelar a una fuerza superior a nosotros, que nos acompañará en las pruebas que se presenten, en todas las etapas de nuestros hijos. Hay una frase conocida en mi país que dice: “Hijos chicos problemas chicos, hijos grandes problemas grandes”. Ante este comentario prefiero pensar en lo que me dijo alguna vez un amigo psicopedagogo: si tú estás presente para tus hijos cuando son pequeños, ellos estarán presentes en tu vida cuando sean grandes.
A aquella fuerza superior, llámala como quieras
Energía superior, fuerza interior, etc. Yo prefiero llamarlo Dios, porque es la forma que aprendí a caminar en la vida. Lo importante es saber que en aquellas circunstancias en que te encuentres confundido, triste, impotente o desvalido, puedes recurrir a aquello que te hace más fuerte.
Ser padres nos enfrenta todos los días a nuevos desafíos
Algunos desafíos podrán ser más fáciles que otros, algunos hasta placenteros. Sin embargo, también nos presenta la posibilidad de encontrarnos con situaciones de la infancia no resueltas, eventos inesperados y preguntas sin respuestas. Sabemos que ser padres no es tarea fácil y que no existen universidades ni normas pre establecidas para ejercerlas. ¿Por qué? Porque ser padres es tan singular como tener enfrente a una personita diferente a todas las demás, con deseos, miedos y aspiraciones diversas. Y en esto no se valen respuestas aprendidas ni reglas exitosas. No, si es que lo hacemos desde el amor que ese ser merece y al que prodigamos todo nuestro cariño y atención.
Lo mejor es trabajar en nosotros para que ellos sean nuestro reflejo
En ello el mayor consejo es fortalecer el espíritu. Lo puedes hacer de la manera en que quieras, mediante la oración, la meditación o el encuentro con palabras que te sirvan para buscar un nuevo rumbo. Cuando los niños no responden a un límite, cuando encuentres situaciones en las que ni tú sabes cuál es la respuesta, busca en tu interior, en el silencio en el que habita Dios o donde el universo te pueda dar una solución. Estas son algunas sugerencias, seguro encontrarás las tuyas y las que más se adecuen a tu forma de ser y vivir.
Lo esencial es saber que si estas centrado, en paz con tu decisiones y firme en tu proceder, tus hijos podrán verlos y el cambio ocurrirá sin tropiezos ni esfuerzos desmedidos. Confía en tu espíritu y los cambios vendrán.