¿Estás atento a los que tus hijos hacen?
Los padres están llegando a extremos de negligencia que, de seguir así, lograrán que toda una generación se pierda, sin mayor educación.
Adriana Acosta Bujan
Ser padre, sin importar tus creencias o el culto al que te adscribas, es una bendición para muchos. Para otros tantos, un anhelo casi imposible, ya sea por la situación económica, condicionamientos médicos o fisiológicos. Pero el hecho es que en muchos lugares de todo el mundo, los padres están llegando a extremos de negligencia que, de seguir así, logrará que toda una generación se pierda, sin mayor educación. Inclusive sabemos, a todos niveles, de niños casi abandonados por sus padres en la calle durante la mayor parte del día, o encerrados en sus casas, ya sea por así convenir a los intereses de tranquilidad de los padres, o para evitarse mayores molestias de parte de sus hijos.
Pero, ¿cómo comenzó todo esto? ¿En qué momento se perdió ese afán de extremar cuidados hacia los hijos? ¿Cuándo se convirtieron en un estorbo a la tranquilidad de los padres? Desde mi punto de vista, no podemos seguir permitiendo que generaciones enteras de niños y jóvenes encuentren en la calle lo que no les estamos dando como padres: información sobre la vida, como escoger a sus amistades y cómo enfrentar la vida.
Yo recuerdo vívidamente que siempre tuve una convivencia estrecha con mis padres, con ambos. Siempre tuve la bendición de contar en mis más mozos juegos con mi padre y mi madre. Por eso, hoy te escribo para compartir contigo este sentimiento y pedirte que valores estos pequeños y simples consejos para evitar ser negligente en la educación de tus hijos:
1. Ten siempre contacto visual con ellos
Sobre todo cuando son pequeños, acostúmbrate a llevarle el paso a tus hijos. Aprende de ellos y siempre ten atento un ojo para verlos. Nunca, pero nunca los pierdas de vista, recuerda que los monstruos ya no están en el closet o debajo de la cama, podrían estar al lado de tus hijos y nunca lo sabrás si pierdes contacto visual con ellos.
2. Procura escuchar cuando tus hijos juegan, sin importar qué estés haciendo
Pon atención a esos pequeños pero muy claros signos sonoros de que algo no está bien. Depende de ti cuidar bien a tus hijos, no dejes que la calle lo haga por ti.
3. Refuerza los valores
El respeto es el principal valor que debemos reforzar: no romper cosas ajenas, no crear escándalos, evitar juegos bruscos. Esto hará que tus hijos sean un reflejo de ti y una mejor imagen para tus vecinos. Enséñales a decir “gracias” y “por favor”, son palabras que reflejan educación.
4. Acostumbra a tus hijos a pedir permiso para realizar alguna actividad
Recompensa a tus hijos para que se acostumbren a regresar a pedir tu permiso, así veras que ellos estén bien, con ricas galletas de productos naturales o deliciosas bebidas refrescantes de frutas. Ellos siempre querrán estar en tu casa y nunca los perderás de vista.
5. Si no sabes qué hacer con tus hijos, busca ayuda profesional certificada
No digo que este mal pedir ayuda al vecino, pero en verdad es mejor encontrar apoyo y consejos en terapeutas familiares certificados, que te podrán orientar mejor en qué actitudes y actividades que debes trabajar en pro de tu familia.
Como padres debemos ser observadores, no limitadores. Ser conscientes, no inconscientes de que nuestros hijos necesitan de nuestra protección, guía y consejo. Abundan los ejemplos de los padres que descuidaron a sus hijos y hoy no los tienen más. Y tú, ¿qué prefieres?
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