Cómo acompañar a los niños cuando pierden a uno de sus padres

Vivir un duelo no es un asunto sencillo, pero cuando el que se ve enfrentado a éste resulta ser un niño, es mucho más complejo. ¿Cómo enfrentarlo?

Camila Ignacia Gómez González

Diego es un niño de cuatro años y tal como a todos los niños de su edad, le gusta mucho jugar, cantar, dibujar y explorar el mundo. Sin embargo, desde hace unos días ha comenzado a demostrar que no tiene ganas de jugar con sus compañeritos, ni amigos. En casa, el panorama ya no es el mismo: su caja de autos está guardada y no ha querido tomarla ni por error. ¿La razón? Su mamá falleció hace unas semanas.

Cómo acompañar a los niños cuando pierden a uno de sus padres

Esta historia tristemente es vivida por muchos niños alrededor del mundo, y si bien es cierto que la maternidad/paternidad idealmente se enfrenta de a dos, por razones muy variadas muchas veces esto no es posible. Esta situación trae como resultado miles de padres y madres enfrentando solos la experiencia más compleja y a la vez la más hermosa la vida puede ofrecer: tener hijos.

Por ello, como sociedad nos enfrentamos a diferentes modelos de familias: dos padres presentes, madre o padre ausente (lo que puede ser dado por diversas razones, por ejemplo, viajar constantemente por motivos de trabajo o hasta la muerte de uno de los padres). Otros en cambio, partieron un día y decidieron no regresar. Independientemente de las razones que hayan tenido para abandonar el núcleo familiar, los sentimientos que quedan en los niños son los mismos: miedo, tristeza, confusión, rencor y preguntas claves cuya respuesta es fundamental para que todo niño pueda formar poco a poco su identidad: ¿de dónde vengo? ¿Cómo sería poder crecer a su lado?, etcétera. Junto a estos pequeños, podemos encontrar adultos llenos de temor, que queriendo protegerles, han recurrido a contar historias a medias, modificadas, o bien, han optado por el silencio, pues no conocen cómo enfrentarse a tan crudo escenario.

Pero, ¿qué puede hacer un adulto en esta situación? La respuesta es una sola: acompañar en el dolor, con la verdad. ¿Cómo? Con algunos consejos que detallo a continuación:

1. Poner nombre a las emociones

Cuando el ser humano experimenta dolor o emociones intensas, tiende a aislarse y a sentirse solo. Por ello, es fundamental que iniciemos el proceso de sanación permitiendo la creación de espacios que dejen expresar al niño lo que siente. Un buen ejemplo es decir: “Sé que extrañas a tu mamá/papá, ¿quieres un abrazo?” Una pequeña frase como esta, nos mostrará receptivos y dispuestos a acompañarle en su dolor.

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2. Responder con la verdad

No es necesario que entreguemos una versión extensa de por qué mamá o papá no están, basta con utilizar sencillas palabras que, poco a poco, otorguen un bálsamo que alivie el dolor que sienten.

3. Las emociones no deben ocultarse

Muchas veces los adultos tendemos a ponernos una coraza que no permite que los demás vean nuestras emociones. Sin embargo, esto no es necesario. Mostrarnos receptivos a un abrazo, a decir “No sé” y dejar claro que, a pesar de la diferencia de edad o experiencia, el dolor es capaz de conectar a grandes y chicos a través del amor.

4. Dejar atrás las culpas

Es normal que los niños experimenten sentimientos de culpa, sin embargo, debemos dejar siempre claro que la ausencia de uno de los padres no es en absoluto su responsabilidad. Que ellos no han hecho nada para provocarlo y que puede haber ocurrido por diversas razones, muchas de las cuales serán desconocidas para todos.

5. Abrir caminos

A medida que los niños vayan creciendo, irán apareciendo diferentes interrogantes. Por este motivo, es muy importante mostrarse abierto a responder sus preguntas y pensamientos, pero sobre todo, a escuchar y acompañar.

6. Demostrar que existen diversas maneras de hacer familia

No todas las familias son iguales y es nuestra responsabilidad hacerle saber a los niños que son parte de una que los ama de manera incondicional, dispuesta a salir adelante con perseverancia y sanando las heridas que deja la ausencia de mamá o papá.

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Poco a poco Diego irá viviendo su duelo. Resulta necesario que lo haga, pero aún más importante es que su papá sepa entregarle las herramientas necesarias para poder salir adelante de una forma sana, sin dejar interrogantes y mucho menos haciéndole sentir que tiene responsabilidad ante los hechos.

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Camila Ignacia Gómez González

Camila, es Relacionadora Pública, con orientación en Marketing, actualmente reside en Villa Alemana, Chile. Es esposa y madre, y ama escribir para ayudar a fortalecer los lazos familiares.