Cómo proteger a tu familia en un asalto

Vivimos tiempos peligrosos, donde los valores morales son cada vez más escasos y los asaltantes cada vez más recurren a la violencia fortuita. ¿Sabes cómo proteger a tu familia en un asalto?

Oscar Pech

Déjame te cuento una historia. Tengo unos conocidos a quienes quiero mucho. Él es un buen hombre, muy trabajador, pero con el defecto de ser muy impulsivo. Ella es la mujer más dulce del planeta. Está embarazada, y ambos tienen una niña pequeña. Hasta aquí su mundo parecía funcionar de maravilla.

Entonces él perdió su empleo. Siendo una persona impulsiva, él empezó a buscar trabajo de manera infatigable. Para sobrevivir, poco a poco tuvieron que desahacerse de su estéreo, la pantalla plana, la sala, el comedor, hasta que se quedaron prácticamente solo con su camioneta. Una noche él volvía a casa después de buscar empleo, se detuvo a cargar gasolina y allí una pandilla lo asaltó.

No sabemos de cuántos maleantes estaba compuesta la pandilla. Sabemos que siempre se nos aconseja no oponer resistencia en un asalto, y él defendió lo suyo con todas sus fuerzas. En buena medida lo entiendo: ellos lo habían estado perdiendo todo poco a poco, y lo único que les quedaba era su camioneta, que también era su medio de trabajo.

Los asaltantes, decía, llegaron mientras se llenaba el tanque de gasolina. Se hicieron de palabras, sacaron las pistolas. Mi amigo trató de huir, pero le aplicaron la ley fuga y lo balearon. No quiero entrar en detalles: más de cinco balas se alojaron en su cuerpo y más tarde, mientras yo observaba esta situación, no podía dejar de pensar en otro amigo mío, quien también fue víctima de asalto por el taxista que le llevaba a su destino, y sobrevivió, pese a que recibió catorce puñaladas en el vientre, lo dieron por muerto y lo arrojaron a un terreno baldío, de donde salió arrastrándose hasta una avenida principal, salvando así su vida. Ahora, tal vez te preguntes por qué narro estas historias tan crudas (y perdona por mencionar hechos tan desagradables). Si lo hago, es solo para que los consejos que siguen tengan más peso en tu mente, y para que compartas estos puntos con tu familia, a fin de tenerlos presentes en caso de que sufran un asalto:

  1. Obedece y entrega tus pertenencias. Hay una verdad de la que a veces no somos conscientes: no tienes nada, absolutamente nada material, que valga más que tu vida. Si puedes, recuérdate vez tras vez que muchos de los asaltantes en buena medida lo hacen movidos por la adrenalina vivida de ver la violencia de las películas de acción y los videojuegos. Cada vez hay más violencia gratuita en los asaltos, porque el asaltante quiere vivir una película en la vida real, así que cuida de no provocarlos, ni generar violencia.

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  2. Aparenta sumisión. Trata de generar cierta simpatía. De esa manera puedes evitar violencia, y trazar un plan de escape sin que seas lastimado. Piensa que solo debes resistirte y defenderte si es que tu integridad física o la de tus acompañantes está en peligro.

  3. No trates de usar armas. Es un delito portar armas de fuego o armas blancas y, aparte, si las usas y no tienes experiencia en ello, puede ser contraproducente. Lo más que puedes usar es gas pimienta, y por cierto, debes saber que algunas personas son inmunes a él, así que no te fíes de ninguna protección.

  4. Trata de recordar detalles. Observa —pero siempre de reojo, nunca de manera abierta— corte de cabello, tatuajes, rasgos distintivos, cicatrices en los asaltantes, en qué auto se desplazaban, detalles de ese tipo. Esto en caso de que pienses acudir a la policía o al ministerio público.

Vivimos en tiempos peligrosos, donde lo peor que podemos hacer es ser impulsivos o viscerales. Por supuesto, lo ideal es que nunca tengas que emplear estos consejos. Y para que nunca tengas que emplearlos, te comparto este Manual de seguridad personal, con medidas preventivas contra la delincuencia.

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Oscar Pech

Oscar Pech ha dedicado su vida a la enseñanza, la lectura, la escritura y la capacitación en diferentes partes de la República mexicana. Es una persona profundamente comprometida con la familia y los valores morales.