Principios para manejar las emociones de manera efectiva. Parte 2 de 2
Hemos aprendido tres principios para evitar reaccionar ante las circunstancias. Ahora te doy dos principios más para salir de esas situaciones negativas de una manera efectiva, inmediata y permanente.
Julia Tort
En la primera parte de este artículo, Principios para manejar las emociones de manera efectiva. Parte 1 de 2, hablamos de tres principios efectivos para manejar las emociones en la vida diaria; aspectos que pueden ayudarte a ti y a tus hijos, a enfrentarse a la frustración y salir victoriosos. Ahora te presento dos ayudas más:
Deja de preguntar: “¿Por qué?”
¿Por qué?
¿Para qué?
¿Cuántas veces bendices a las personas que se cruzan por tu camino y a las situaciones que te acontecen cada día y a cada instante? ¿Crees que todo lo que vives, si no te agrada, es negativo? Todos y cada uno de los segundos de tu vida te gusten o no, son o pueden servirte “para algo”. Es muy importante que enseñes a tus hijos que las adversidades nos hacen abrir y expandir nuestros sentidos, poner alerta nuestra mente y desarrollar las estrategias de acción. Somos seres pensantes y eso implica tener “posibilidades” que se traducen en situaciones de riesgo, reto y sobre todo de salir de nuestra zona de confort y eso generalmente duele (aunque puedes educarte para disfrutar la adversidad).
Si tú quieres que tu hijo pequeño desarrolle su potencial, siempre le pondrás retos, lo enfrentarás a situaciones que puede resolver pero debe utilizar su inteligencia, su pericia, sus habilidades para salir de ahí y tener sus propias conclusiones habiendo obtenido así una gama de experiencias que le dan un aprendizaje que le servirá para siempre. ¡Y lo más impactante es tu hijo que jamás te preguntará por qué le haces, o le quitas, o le pones!
¿Sería lógico interpretar que la vida hace lo mismo con nosotros? Entonces es bueno deja de querer saber a partir de la adolescencia ¿Por qué me sucede esto? ¿Por qué no puedo tener o hacer lo que deseo? ¿Por qué a mí? El “¿Por qué?” te lleva al pasado y puede volverse una trampa de la que jamás se puede salir; un círculo que te tiene una y otra vez dando vueltas dentro de un sentimiento de frustración. Mientras que el “¿Para qué?” es la pregunta correcta: ¡Te pone en un presente orientado hacia el futuro! Es la cuestión que te lleva a descubrir que todo lo que vives tiene un propósito y no siempre lo podrás ver inmediatamente. Enseña a tus hijos que si no lo puedes responder en el momento, es sabio dejar ahí la pregunta, soltarla, y en su momento se manifestará la respuesta por sí misma.
Nadie puede ver en el otro, algo diferente a lo que lleva dentro de sí
Esta ley te ayudará a hermanarte contigo mismo y con los demás. Alguien, cansada de tanto pesimismo y críticas a su alrededor entre sus amistades, decidió hacer un ejercicio: tomó pluma, papel y comenzó a anotar cuáles eran sus pensamientos y sentimientos más frecuentes. Al paso de una semana, hizo un recuento de los pensamientos positivos y productivos y de todos aquellos que fungían como negativos e improductivos. Ella se consideraba estudiosa, dedicada y sofisticada y, con todo, casi se desmaya cuando se dio cuenta de que únicamente un 15% era entusiasta. El ejercicio le solicitaba una segunda etapa, donde ahora debía anotar todo lo que pensaba de situaciones, personas (incluyendo quejas, críticas y bendiciones por igual), al terminar esa semana, pensó: “¡No puede ser, saqué el mismo porcentaje en mis resultados!”.
Este ejercicio le permitió darse cuenta por medio de un registro que podía cuantificar realmente sus pensamientos y emociones viciadas, reconociéndolas, pero lo sorprendente fue lo que descubrió: ¡eran inversamente proporcionales a la manera en que ella veía a las personas y situaciones en su vida! Entonces comprendió por qué le molestaba la actitud de sus compañeras: ella veía un espejo de sí misma, sabía que lo que le causaba fastidio e incomodidad era esa parte negativa suya que la veía en acción en ellas. Es la ley del espejo.
Recuerda estos principios cada vez que estés en una situación emocional comprometedora y procura enseñarlos a tus hijos. Entonces verás que podrás soltar las ataduras que solo tú te has puesto y ayudarás a tus hijos a crecer seguros. Entonces, si consideras que ha tenido valor en tu vida leerlo, apoya a otras personas compartiéndoles este artículo.