Familias reconstituidas: Cómo adaptarse a un hijo (adolescente) nuevo
Cuando un matrimonio no funciona, los más afectados son quienes menos culpa tienen. ¿Cómo hacer que los hijos sobrevivan a la separación de sus padres, sin perecer en el intento? Te cuento mi historia.
Diana Brante Morales
Vivíamos en una casa antigua, con un patio gigantesco. Mi último recuerdo antes que mis padres se divorciaran es de una Navidad: el sonido de las campanas, el “jo jo jo” a lo lejos y papá y mamá llevándome de vuelta a casa. Luego de eso, ya no quedan imágenes de mis padres juntos. Yo tenía cinco años cuando ellos decidieron terminar su matrimonio. Por supuesto, mi opinión al respecto no fue escuchada en ningún momento. Ambos eran profesionistas y debían trabajar, así que me tocó vivir con mi abuela materna por nueve años. Tras una fuerte discusión, producto de mi “rebeldía adolescente”, terminé viviendo con mi papá, su pareja y sus hijos. Me sentía una verdadera Cenicienta, con madrasta y hermanastras malvadas incluidas. También conocí a mi medio hermano, justo en esa edad perfecta de los niños, cuando todo lo que hacen es gracioso.
La diferencia de edad entre mis hermanastras y yo es de solo un par de años, así que teníamos intereses similares y pasamos juntas la difícil etapa de la adolescencia. Debo admitir que fuimos cómplices de aventuras en reiteradas ocasiones, por lo que en realidad no eran tan malvadas. Mi padre fue el mejor de todos: supo establecer una relación desde cero, en plena edad crítica. Estuvo en mis mejores y peores momentos, apoyándome, incitándome a seguir luchando por conseguir mis metas. Mi madre, por otro lado, se alejó y nuestra relación se vio fuertemente herida.
Para todos los miembros de una familia es difícil adaptarse a la llegada de un nuevo integrante, sobre todo si ya tiene su carácter formado, sus “mañas” y costumbres. Si no sabes cómo lidiar con la llegada de un nuevo hijo o hija a tu familia, aquí te dejo algunos consejos que funcionaron bastante bien conmigo:
Adaptación
Considera que debe haber un periodo donde intercambien costumbres, pensamientos, aficiones. Esto les servirá para evitar conflictos y crear momentos agradables que aporten a la buena convivencia.
Afecto
Demuestra tu cariño con palabras y actitudes. Permite que tu esposo también lo haga. Si provocas situaciones frívolas, será más difícil generar un vínculo positivo con el nuevo integrante de la familia.
Paciencia
No todos funcionamos al mismo ritmo. Quizás la hija de la vecina se acostumbró en dos días, pero tu hijo no. No desesperes, mantén la calma y verás como de a poco se romperán las paredes que los separan.
Actividades familiares
Genera instancias de esparcimiento donde la familia se vea involucrada y puedan crearse lazos a partir de gustos en común. Un paseo o una actividad deportiva es una buena oportunidad de compartir.
Comunicación
Uno de los tres pilares de toda relación es una buena comunicación. Expresa lo que sientes y piensas de manera respetuosa; escucha también la opinión de los otros integrantes de la familia.
Si tienes un nuevo miembro de la familia en casa, dale la oportunidad de formar parte de tu vida. Si lo haces, puedes llegar a tener una hermosa familia con los hijos tuyos, los de él y los de ambos: todos juntos y revueltos.