Enciende el fuego de tu vida espiritual

Una vida de espiritualidad plena es aquella que mantiene encendido el fuego de los atributos de Cristo.

Marta Martínez Aguirre

Antes que el sol apareciera en el horizonte, Jaime estaba vestido con sus prendas de lino. El blanco contrastaba con el gris de las cenizas; mientras cubría sus vestiduras, una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar a sus hijos enlodados la noche anterior, corriendo para darle un beso de bienvenida.

Sacó todas las cenizas sin dejar rastros de ellas, se cambió de ropa y arrimó nuevos leños al fuego. Los leños comenzaron a arder lentamente y en pocos minutos se podía sentir el calor abrazador sobre el altar.

Él sabía que ese fuego no podía apagarse, pues Jehová así lo había dispuesto. Respiró hondo y se sentó a meditar sobre su vida, mientras las llamas se elevaban en una danza frenética de rojos y naranjas. Sin lugar a dudas, Dios estaba mirando con agrado su tarea cotidiana y quizá pensó en quedarse con esa imagen para pintar el cielo con los mismos tonos, cuando llegara la primavera a Israel.

Según el libro de Levítico 6:10-13, una de las tareas de los sacerdotes era mantener el fuego del altar en el Lugar Santísimo. Esa llama siempre viva era un bello simbolismo de la presencia de Dios en el Templo.

Luego de la venida de Cristo los sacrificios dejaron de efectuarse, pero la vida de los creyentes siguió preservando la tarea cotidiana de mantener el fuego encendido en su interior. Esa es la clave que hoy traigo para ti, ¿estás manteniendo tu llama encendida? Quizá pueda darte algunas ideas de cómo lograrlo.

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1. Cuida tus ropas de lino

Las vestiduras de lino formaban parte de las vestiduras litúrgicas de los sacerdotes en el pueblo de Israel. Eran un recuerdo de la tarea sagrada que ejercían, de sus convenios con Dios así como de una vida pura y recta ante sus ojos. ¿Te revistes con los atributos de Cristo? ¿Participas de actividades que manchen con cenizas tu vida? ¿Permites que las modas manchen tu fe?

2. Quita las cenizas

Para que el fuego se mantenga encendido, es esencial quitar las cenizas, de lo contrario, el fuego tarde o temprano se apagará. ¿Has quitado las cenizas del enojo, la amargura, la mentira, los celos, la división, el egoísmo, la desconfianza, la impaciencia, la duda, el rencor, la soberbia?

3. Acerca los leños

Cuando colocas leños nuevos al fuego, éste se renueva y aviva. Así tu vida espiritual puede mantener su llama siempre encendida, si eres capaz de reunir los maderos del amor, la ternura, el servicio, la bondad, la paciencia. Así como cada mañana el sacerdote salía a buscar leños para el fuego, no dudes tú en buscar aquellos que no tienes.

Quizás necesites ir en busca de la leña del perdón y así avivar la llama de la paz. De igual forma, la bondad mantiene encendido el fuego cuando hay dolor y tristeza ya que —como toda promesa de Dios— nos brinda fortaleza en medio de las pruebas. Virtudes como la flexibilidad son capaces de brindar calor en el hogar, cuando la rigidez y la impaciencia se hacen presentes; mientras que el combustible del autocontrol nos conforta cuando la violencia y la rabia se apoderan de nosotros y queman con palabras ásperas. Los leños de la pureza, la honradez y la lealtad no deben hacerse demorar cuando la llama comienza a menguar por la presencia de las cenizas de la inmoralidad, la mentira y la infidelidad.

Es posible mantener el fuego encendido dentro de ti, tan solo recuerda quitar las cenizas que lo quieran extinguir. No olvides salir a buscar los leños que te ayuden a tener una vida espiritual que arda constantemente y alumbre a su alrededor.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: