Hablemos de inteligencia emocional. Parte 2

La Inteligencia Emocional, no solamente se trata de conocer las emociones sino de poner a funcionar el razonamiento junto con ellas y así elegir las estrategias para salir avante en situaciones complejas.

Julia Tort

Neuroanatomía de las emociones según Shapiro

Hoy día se sabe que los descubrimientos sobre la inteligencia emocional pueden afectar la forma de ser padre. Los científicos hablan a menudo de la parte pensante del cerebro, o neocorteza, como si fuera algo diferente o separado de la parte emocional o límbica, pero en realidad lo que define a la inteligencia emocional, es la relación entre estas dos áreas. Aunque se considera que la corteza constituye la parte pensante del cerebro, desempeña también un papel importante para comprender la inteligencia emocional. La corteza nos permite tener discernimiento (“i nsight”), analizar por qué sentimos de determinada manera y luego hacer algo al respecto.

En la parte uno de este arículo, “Hablemos de inteligencia emocional. Parte 1”, mencionamos que la parte emocional y la parte lógica del cerebro cubren a menudo diferentes funciones al determinar nuestros comportamientos y, sin embargo, son completamente independientes. La parte emocional del cerebro responde más rápidamente y con más fuerza. La corteza, por otra parte, específicamente los lóbulos prefrontales, pueden actuar como un freno, dándole sentido a una situación emocional antes de que respondamos a ella.

Otro componente del sistema neurológico que se relaciona con la inteligencia emocional, es el que comprende la forma en que las emociones se transmiten bioquímicamente a las diversas partes del cuerpo. En los últimos 15 años, los científicos han logrado identificar una serie de aminoácidos llamados neuropéptidos, que son enviados a través de todo el cuerpo cuando se siente una emoción, indicándole al cuerpo la manera de reaccionar, también son denominados neurotransmisores.

Resumiendo

: La corteza del cerebro, que es la parte racional, se ocupa del discernimiento o comprensión, ayudando a analizar las situaciones para dar una respuesta por deducción, lógica o juicio. Cuando este cerebro pensante actúa sobre el cerebro emocional, la rapidez para recobrarse de una situación sentimental comprometedora es extraordinaria, debido a su poder para detener una “reacción” y convertirla en “respuesta”, otorgando una opción a elegir aquello que conviene, con respecto a sus pensamientos (internos) y acciones (externas) para alejarse de un posible daño profundo. De esa manera el cerebro pensante da la capacidad para controlar las reacciones, comprender que existen trampas o juegos psicológicos y la facultad para resolver antes de suponer. Cuando el cerebro pensante actúa por elección, se suprimen los estallidos emocionales y por consecuencia la vida se hace más ligera, porque se libra de permitir que los incidentes externos lleguen a convertirse en traumas que dejan cicatrices permanentes; de esa manera los convierte solamente en momentos de turbación que serán rápidamente olvidados. Los neurotransmisores son los que hacen sentir malestar en situaciones de exaltación, pero el cerebro racional es el que detiene la reacción y permite tener una respuesta adecuada. Por lo mismo, vale la pena considerar los siguientes principios:

Cuando alguien reacciona, lastima

¿Cuántas veces en tu vida sucede que reaccionas sin pensar, lastimando a las personas que están a tu alrededor?

Advertisement

Responder emocionalmente lleva al remordimiento

¿Cuántas veces te arrepientes y quisieras volver la página atrás para reparar el impulso inmediato de furia que ocasionó tal o cual disgusto con un ser amado?

La respuesta emocional roba el albedrío

Al responder con sinceridad las dos preguntas anteriores, ¿te das cuenta que cuando las emociones gobiernan por encima de la razón es difícil poder llegar a un final feliz?

La razón puede dominar tus emociones

elegir

Esa es una buena noticia, ya que te da la opción de elegir, frenando todo tipo de reacción social incorrecta que estés a punto de cometer, evitando lastimarte a ti y a quienes están a tu alrededor. Las heridas profundas internas que causan daños emocionales perdurables se deben a la intensidad reactiva y a la sensación fuerte que causan los neurotransmisores generados en gran cantidad por el cerebro.

Así es que para la próxima, ya sabes en vez de enojarte respira y piensa inteligentemente qué respuesta eliges dar, en lugar de la reacción que podrías tener, de esta manera también estás enseñando a tus hijos a actuar correctamente ante las circunstancias. La felicidad es un estado de ánimo que no llega de algún lugar o por alguna razón, simplemente se elige.

Toma un momento para compartir ...

Julia Tort

Julia Tort es Lic. en Preescolar y Psicología, asesora y especialista en Estim. Temprana, prenatal, del aprendizaje y liderazgo, escritora y madre de 3 hijos. Actualmente vive en San Juan del Río, Qro. México. E-mail contacto: lic.juliatort@hotmai