La adolescencia es tiempo de dudas. Ayuda a tu hijo a fortalecer su fe
En la construcción de la identidad los adolescentes suelen pasar por una serie de interrogantes que pueden fortalecer su fe o debilitarla, saber sostenerles y ayudarles a fortalecer sus creencias es parte vital de nuestro rol como padres.
Marta Martínez Aguirre
¿Te has preguntado qué es lo que más le inquieta a un adolescente?: Entre sus principales preocupaciones está el poder construir su propia identidad a través de ciertas interrogantes que van surgiendo: ¿Quién soy yo? ¿Qué se espera de mí? ¿Existe Dios? Y si es así, ¿cómo le descubro?
Es en esta etapa adolescente donde la fe se fortalece o se desmorona. Estas interrogantes son parte del camino hacia una espiritualidad rica y profunda. ¿Por qué es tan importante fortalecer la fe de un adolescente?, vivimos en un mundo donde los valores se marchitan y el discurso social es amoral y amenaza con destruir la vida familiar y la de nuestros hijos.
Autoestima, voluntad y carácter
van de la mano, sobre todo cuando hay que resolver un conflicto o una situación a la luz de sus creencias. Déjame contarte mi propia experiencia. En mi hogar había normas claras en cuanto a salir a bailar, o salir con los jóvenes del sexo opuesto, y mis compañeras de clase me tomaban el pelo, porque yo prefería tener la edad y la madurez suficiente antes de tener un novio, o ir a bailes y volver tarde a mi casa. Sabía que de continuar en esa postura de defender mis creencias, la amenaza de quedarme sin amistades era una gran posibilidad, pero aún así perseveré en lo que creía correcto. Mi carácter se hizo cada vez más fuerte al actuar en armonía con mis valores. Te comparto algunas ideas que pueden ayudarte:
Tú eres la clave
Tal vez en este instante te estés secando las manos en el repasador y te sonrías, creyendo que no tienes influencia en la vida espiritual de tus hijos. Pero para tu asombro, los padres son la mayor influencia en la espiritualidad de los hijos, y en especial en esta etapa de sus vidas. Los padres que viven su fe y se comprometen con ella, logran que sus hijos se desarrollen como creyentes, con una fe inalterable y pura a lo largo de los años.
Define qué es la “normalidad”
En ese peregrinar adolescente por la construcción de la identidad surge una duda que es casi constante: “¿Soy normal?” Responder esta interrogante puede ser angustiante y doloroso. Es por ello necesario que le ayudes a entender que la normalidad es una construcción subjetiva que no depende de lo que una mayoría dicta o establece en cada época, sino que lo normal está basado en aquello que nos lleva a ser mejores personas y nos llena de gozo y paz.
Comparte la importancia que tiene para ti tu fe
No te avergüences de que te descubra abriendo tu corazón a Dios. Deja que te vea alabar, bendecir y honrar Su santo nombre; asiste a los servicios religiosos de tu comunidad y siempre extiéndele una invitación clara y precisa a que concurra contigo. Recuérdale llevar sus propios libros y anímalo a participar en la congregación.
Ayúdalo a tener lista su ropa de domingo
En esta etapa, la imagen personal es de vital importancia; los adolescentes desean lucir bien y, aunque se resistan, les encanta vestirse formalmente o de forma especial. Por eso ayúdale a estar de forma prolija y adecuada con anterioridad, de este modo el no tener la ropa lista o limpia no será una excusa para negarse a asistir a las reuniones.
Anímalo a compartir sus experiencias espirituales en las redes sociales
Puedes aprovechar la gran oportunidad de animarle a compartir en Internet sus sentimientos respecto a lo que está descubriendo de su vínculo con Dios o de cómo se siente en las reuniones o grupos a los que asiste y participa. Los jóvenes necesitan sentir que ellos también tienen experiencias espirituales gratificantes y que pueden compartirlas con los demás, sin avergonzarse.
Permítele involucrarse en actividades dentro de la iglesia a la que asisten
No tengas miedo de que no tenga tiempo para hacer los deberes o cumplir con sus responsabilidades estudiantiles o en el hogar por asistir tiempo extra a actividades espirituales. Es en esas reuniones donde se fundamenta semana a semana su fe y adquiere el deseo de ser cada día mejor persona y desarrollar sus talentos y habilidades para poder bendecir a otros.
Busquen tiempo para orar unos por otros
El orar unos por otros es uno de los caminos más eficaces para fortalecer la fe de todos los integrantes de una familia. No hay otra experiencia que proporcione más seguridad y sostén a un adolescente, que el saber que en su familia oran los unos por los otros.
Participen juntos como familia en actividades donde puedan aprender más de su fe
Ya sea leyendo juntos las Escrituras o asistiendo a cursos de formación o mirando documentales o películas vinculadas a las propias creencias, todo eso es un eslabón consistente que posibilita no sólo la unión familiar sino que ayuda a que sus integrantes adquieran conocimientos y crezcan en la fe. Aprender juntos es crecer en la fe y desarrollarse como una familia unida y creyente.
Busca oportunidades para que como familia y en forma individual puedan servir dando de sí a otras personas
El servicio amoroso y caritativo es un instrumento valioso que transmite valores fundamentales de amor al prójimo y de constructores de un mundo más justo y solidario siguiendo el modelo de una fe basada en el amor y el respeto por el otro.
Si ayudas a que tu hijo adolescente logre permanecer en sus principios y creencias, es probable que desarrolle un carácter firme, una voluntad indómita y una imagen de sí segura y sólida. También será testigo fiel del amor de un Dios generoso que anhela bendecir su vida. Fortalece la fe de tus hijos y verás cómo celebran y abrazan el milagro de ser hijos de Dios, aún en tiempos de adversidad y pruebas.