La alimentación de la madre y la lactancia: una relación a cuidar
Dice un refrán de Gales: "Si quieres buenos huevos, hay que alimentar bien a la gallina". Este artículo hace referencia a la importancia de una dieta equilibrada para lograr amamantar exitosamente.
Camila Ignacia Gómez González
Cuando nace un bebé, nace sin anticuerpos. Está totalmente indefenso, sin ninguna protección. De allí la importancia, entre otras cosas, de la alimentación con leche materna: cada vez que el bebé lacta, recibe una vacuna de parte de su madre. Por ello es tan importante, entre otras cosas, vigilar la alimentación que se debe mantener mientras se amamanta. Aquí podrás leer algunos aspectos que debes considerar en el transcurso de esta etapa:
Mantén una alimentación equilibrada
Esto te ayudará a tener leche de buena calidad y en la cantidad necesaria para que tu bebé no quede hambriento y tengas que recurrir a leche de fórmula. Además te ayudará a mantener una reserva energética para que puedas realizar con éxito toda la rutina con tu pequeño sin fatigarte.
No sigas dietas estrictas
Tu gasto energético es más alto comparado con el de una mujer que no se encuentra amamantando. Por lo tanto, contar las calorías en este proceso no ayudará. Lo que debes saber, es que mientras te encuentres en este proceso adelgazas gradualmente. En efecto, se estima que en promedio una mujer tarda 410 días (un año y un mes) en volver a su peso de antes de embarazarse.
Come pescado
El pescado aporta nutrientes que favorecen el desarrollo del cerebro de tu hijo, por lo tanto, es importante que lo incluyas de alguna manera en tus comidas. Con todo, debes tener cuidado con incluir ciertos tipos de pescados en tu dieta, algunos contienen contaminantes que pueden dañarte tanto a ti como a tu bebé. Algunos de ellos son: tiburón, pez espada, caballa y blanquillo o matejuelo.
No debes beber alcohol
, pues éste es traspasado por la leche al bebé y puede dañarlo o irritarlo. Entre otras razones importantes para no beber alcohol es que éste puede cortar definitivamente la producción de leche.
Aumenta tu consumo de agua
Generalmente a las mujeres que se encuentran amamantando les da más sed de lo normal, así que no dudes en beber agua cada vez que sientas el deseo de hacerlo. Una señal inequívoca de que estás bien hidratada es el color de tu orina, si ésta es clara, estás por buen camino.
Limita o elimina tu consumo de productos que contienen cafeína
, como el té, café, chocolate, helados de café, bebidas y refrescos energéticos y de cola, entre otros, esto es porque el organismo del bebé no se encuentra preparado para digerir correctamente esta sustancia y puede acumularse en su organismo.
Piensa que lo que comes, va al estómago de tu bebé
Debes estar atenta a no consumir alimentos que sean flatulentos o picantes, la leche materna les entrega una pequeña degustación a los bebés de lo que estás comiendo y por la misma razón posteriormente a tomar pecho pueden tener cólicos o malestares por no poder digerir correctamente lo que ingieres tú.
Ingiere vitaminas y calcio
Éste último debes consumirlo en pastillas si es que no estás comiendo al menos tres porciones de algún alimento rico en este nutriente como lo son los jugos, panes, soya, cereales, pescado y leche.
Debes recordar que siempre que tengas una duda con la alimentación y lactancia debes recurrir a tu médico. Él, al conocerte, podrá determinar qué nutrientes necesitas y los pasos que debes seguir para lograr el bienestar de ambos. Ésta es sólo una pauta general de lo que debes tener en cuenta para lograr una buena alimentación tanto para ti, como para tu bebé.