La importancia de hablarles a los bebés

Hablarles a los bebés forma parte de aquella educación fundamental que debe tener todo ser humano para sentirse querido y protegido. Por otra parte contribuye a evitar que el bebé se angustie por no comprender ciertas situaciones.

Maia Fernandez

El otro día volví a ver en la televisión la película Náufrago (Cast Away). Recuerdo haberla visto en un viaje a España hace más de diez años. Me quedaban pocos días de visita. ¡La verdad es que no es una película para ver antes de viajar en avión!

Pero bueno, realmente esta película, si la analizamos tiene un lindo mensaje y muchos aspectos para reflexionar. Yo me voy a detener en las escenas donde Tom Hanks le dibuja una carita a una pelota de voleyball, lo llama Wilson y le empieza a hablar. Hablarle es una manera que él encuentra para transitar ese momento tan difícil. En la soledad de una isla desierta, lo ayuda a desahogarse para no volverse tan loco. Tanta importancia le da que se convierte en su amigo y, cerca del final, cuando el protagonista se dirige mar abierto para salvarse, la pelota se cae al agua y él hace todo para salvarla, aún a riesgo de ahogarse o perder su balsa.

Reflexionaba entonces sobre la importancia de hablar y de comunicarnos. La palabra es lo que nos diferencia de los animales. Con ella se puede herir pero también se puede dar amor y consuelo. Si es tan importante para los adultos, imagínense lo que es para los bebés. Por eso es que es fundamental hablarles y mirarlos a los ojos cuando lo hacemos.

Para que veamos la importancia del asunto, el otro día me contaron de una mamá que no le hablaba a su bebé. Ella decía, por ignorancia, “yo no le hablo porque él no habla”.

Ese niñito terminó siendo autista. Por otra parte, se han realizado experimentos con bebés a los cuales se les brindaba abrigo y alimento pero no se les hablaba. Esto hizo que fueran niños que no se conectaban con los demás.

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En el libro Frankenstein Educador, el pedagogo francés Philippe Meirieu explica que el bebé necesita ser acogido, necesita que haya adultos que hagan las presentaciones del mundo: “éste es el tío”, ”éste es papá,” “esto es un árbol”, etc. Necesita una mamá (u otra persona que cumpla ese rol) que le hable y que lo aloje. Así se constituye un lazo. Es el lenguaje el que nos ayuda a pensar y construir la realidad.

Hablarle, entonces, forma parte de aquella educación fundamental que debe tener todo ser humano para sentirse querido, protegido y cuidado.

A continuación daré algunos ejemplos de diferentes situaciones en las cuales es importante hablarle al bebé:

1. Si estamos solas con él, decirles: “Mami ya viene, va al baño”, o si lo dejamos con alguien que lo cuide explicarles: “Mamá va a salir pero vuelve enseguida”. La psicoanalista Françoise Dolto en su libro Niños agresivos, niños agredidos cuenta el caso de un bebé que fue sometido a una operación y luego vivió un tiempo con sus abuelos. Los padres no le habían explicado nada de lo que iba a suceder y el niño como síntoma había comenzado a golpearse la cabeza con los barrotes de su cunita. La doctora explica que esto se debía a que necesitaba del abrazo materno, que la había extrañado y que buscaba contención al tocarse con los barrotes. Es por eso que se hubiera resuelto más fácil si los padres hubieran dedicado tiempo a contarle qué era lo que iba a suceder.

2. Si lamentablemente nuestro hijo nos ve en alguna situación tensa o de nervios, decirle: “Mamá estaba nerviosa pero ahora ya se le pasó”, explica la psicoanalista.

3. Enseñarles el lenguaje. Desde los primeros días de nacido es recomendable hablarle para estimular el lenguaje, siendo muy importante llamarlo por su nombre. Esto anima muchísimo al bebé a que, más adelante comience con sus primeros balbuceos.

4.Cuando el pequeño empieza con sus primeros soniditos, imitárselos a manera de diálogo. Así él se sentirá tenido en cuenta.

5. Calmarlo cuando está llorando. Es muy importante además de abrazarlo, decirle palabras que lo ayuden a tranquilizarse.

Es por eso que la palabra, la voz y la mirada de la mamá forman una conjunción especial. Gracias a ellas el bebé se va diferenciando de ella, va conquistando poco a poco un lugar de autonomía, va gestando su singularidad. Hablarle para él es casi equivalente a una caricia, a un mimo, es decirle: te reconozco como alguien importante. En resumen, es necesario hacernos conscientes, si queremos ser buenos padres, de la importancia de la palabra y dialogar mucho con nuestros hijos, independientemente de su edad.

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Maia Fernandez

Maia Fernández vive en Argentina.Considera fundamental la educación de los niños y al arte en sus diferentes manifestaciones como un componente irremplazable de la misma. Blog www.educacionmusicalencasa.blogspot.com.ar