La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces. Consejos para alcanzarla.
Todas las mamás concordaremos en algo. Si hay algo que nos exige, nos pide nuestra labor de mamá es una virtud que se llama paciencia: Aquí reflexionaremos y daremos algunos consejos para alcanzarla.
Maia Fernandez
Personalmente siempre me dio mucha curiosidad el origen de las palabras, la etimología, porque nos ayuda muchas veces a comprender o reflexionar sobre su profundo significado.
Creo que todas las madres concordaremos en algo. Si hay algo que nos exige, nos pide nuestra labor de mamá es una virtud que se llama paciencia. Y, como dice el proverbio persa, tiene raíces amargas.
La palabra paciencia viene del latín “pati”, que significa sufrir. De ahí viene la palabra paciente. Paciencia es entonces la virtud de sufrir sin perturbación los infortunios de la vida. Espera y tolerancia.
En cada uno de los trabajos que he realizado a lo largo de mi vida fue necesaria la paciencia para aprender. Por ejemplo, para coser a máquina hay que tener paciencia para coser prolijo y no apurarse, sino corremos el riesgo que se arruine el trabajo. Para aprender a tocar un instrumento musical no se puede aprender sin paciencia. Cuando yo era pequeña, antes de estudiar piano creía que era fácil, que el pianista habilidoso tocaba música y enseguida la aprendía, pero no hay nada más lejano a la realidad. Una nueva pieza musical es estudiada por el músico con dedicación, esmero y paciencia: paciencia de entender que no se puede tocar a la perfección una pieza difícil al instante. Sino que es un proceso largo en el cual hay horas y horas de estudio. Un artista es artista porque ha tenido la paciencia de desentrañar los misterios de su arte. Y esos misterios no son otra cosa que la tenacidad…la prueba y error, esfuerzo y mucho trabajo.
Como docente aprendemos que parte de la didáctica de enseñar está en poder darnos cuenta del nivel de nuestros alumnos, de su edad, de su tiempo de aprendizaje; siendo fundamental la paciencia. Nadie aprende nada bueno con un maestro que es apurado o intolerante con sus alumnos. Dando otro ejemplo, una de las cosas que a nuestra sociedad más les cuesta es ser paciente con los ancianos. Yo me pregunto: ¿tan difícil es respetar a nuestros adultos mayores, ayudarlos con sus limitaciones y tener la paciencia para aceptar que, por ejemplo, no tienen ni la facilidad ni la movilidad que tenían de jóvenes?
Pero creo que ser padre o madre es la tarea que más paciencia nos exige. Paciencia para dar el pecho, para seguirlo cuando comienza a caminar solo, para cuando llora y no sabemos cómo calmarlo, para descubrir sus razones, para cuando está en el proceso de dejar los pañales, saber que cada uno tiene su tiempo y lo que un bebé lo aprendió a una edad otro puede lograrlo tiempo después. Tiempo y paciencia para dormir. A veces acunamos al bebe y en vez de disfrutar ese momento estamos pensando en la comida, en el trabajo en “todo lo que hay que hacer después” y no le tenemos la paciencia necesaria para que nuestro hijito se entregue al sueño, al descanso…y lo que sucede, creo que a toda madre le debe haber pasado muchas veces, lo acostamos creyendo que ya se durmió y no estaba dormido, estaba despierto y hay que empezar el proceso de hacerlo dormir de nuevo. Y a veces, no digo siempre, ocurre porque no tuvimos la paciencia necesaria….
Hay algunos consejos muy sencillos para ir logrando la paciencia, para cultivar ese árbol de frutos tan dulces:
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Ante una situación difícil, si podemos, debemos irnos a un lugar alejado y respirar profundo varias veces para quitarnos un poco la tensión y nerviosismo.
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Contar hasta diez antes de reaccionar mal.
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Buscar el equilibrio en nuestro interior: Cuando estamos en equilibrio, seguras de nosotras mismas y de nuestras metas como mamás, es más sencillo afrontar las etapas de aprendizaje.
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Descansar y relajarnos lo más posible. Por más que haya mucho trabajo en la casa o afuera tenemos que tratar de buscar un momento para descansar un rato, jugar con nuestros hijos, despejar nuestra mente. A una persona tensa y estresada le costará mucho mas ser paciente con sus hijos.
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Pensar que todo pasará. Cada etapa es única y es muy importante disfrutarla. Nuestros niños necesitan nuestro tiempo, muchas veces no es el tiempo que podemos o queremos, entonces hay que saber priorizar.
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Reflexionando, la paciencia es hermana del amor, de la tolerancia, del respeto por el otro y su singularidad, es dedicarse con amor a alguien o a algo.
En todas las facetas de la vida se necesita la paciencia. En el arte de ser madre no es la excepción.