La vejez no es discapacidad

El hecho de que alguien llegue a la tercera edad, no significa que deba quedarse quieto. Mira algunas actividades idóneas para mantener la vitalidad.

Lizette Morante

El viejo no puede hacer lo que hace un joven; pero lo que hace es mejor“. Cicerón.

Es cierto que con los años vamos perdiendo algunas de nuestras capacidades: nos movemos más lento, nuestros reflejos no son los mismos y nuestra velocidad y fuerza disminuyen. Sin embargo, cuando las personas llegan a la tercera edad, lo que menos deberían hacer es quedarse quietos. De hecho, es recomendable mantener cierto nivel de actividad física y mental para evitar la depresión y algunas enfermedades.

Así que, si tienes a tus abuelos o padres e esta situación, te sugiero algunas actividades que sin duda les ayudarán a mantener esa ‘chispa’ y disfrutar con plenitud esta etapa de la vida:

Tener una mascota

Cuando los hijos —y después los nietos— crecen, ya no pasan tanto tiempo en casa pero, cuando ya no hay niños en el hogar, una forma de mantenerse activos y de estimular su capacidad de protección es cuidar de una mascota. Quizá un gato, un perro pequeño o algún animal que se adapte a su forma de vida. Y es que el hecho de que un ser dependa de ellos, mantiene a los adultos mayores con energía y gusto por la vida, se sienten útiles y, además, está comprobado que tener una mascota reduce el riesgo de caer en una depresión. Por si todo esto fuera poco, el deber de alimentarlo, llevarlo de paseo y procurarle bienestar mantiene fresca su memoria, los invita a hacer un poco de ejercicio y, sobre todo, les brinda compañía.

Actividades sencillas

¿Recuerdas cuando éramos niños y nuestros abuelos nos daban tareas simples en el hogar para ir aprendiendo y ayudar en casa? Bueno, pues es momento de hacer lo mismo por ellos. Quizá su fuerza no es la misma, pero bien dicen que “Más vale maña, que fuerza”. Muchas veces su experiencia nos ayuda a resolver quehaceres simples.

Advertisement

Puedes hacer que te acompañen al supermercado, que te ayuden a doblar los calcetines, incluso lavar el auto, si no tienen problemas para agacharse o andar de pie.

Acondicionamiento físico

Aunque a los 70 no tengamos la misma fuerza y energía que a los 20 años, es fundamental mantenernos activos en la tercera edad, pues ayuda a combatir la depresión y otro tipo de enfermedades. Y no creas que se trata de que tus abuelos vivan en el gimnasio, sino que se mantengan en movimiento. Ya sea caminata, natación, baile, yoga o, incluso, hay clases de acondicionamiento físico diseñadas especialmente para personas de la tercera edad.

Ejercicios mentales

Es importante mantener en forma nuestro cuerpo, pero recuerda que el cerebro también es un músculo que, si no se usa, se atrofia. Así que es necesario ponerlo a trabajar, ya sea aprendiendo cosas nuevas o retándolo constantemente. Y es que, cuando llegamos a cierta edad donde la vida se vuelve más relajada, dejamos que nuestra mente “descanse”, pero no podemos dejar que descanse demasiado, así que es recomendable incitar a nuestros abuelos o padres a aprender un nuevo idioma o realizar con frecuencia actividades más sencillas, como armar rompecabezas, resolver crucigramas, sopas de letras o juegos de mesa.

Escúchalos

Por ninguna razón nuestros abuelos deben sentirse excluidos de la familia y una forma de integrarlos es dejar que los abuelos participen en la plática diaria y sobre todo, escucharlos. Aunque quizá te sepas de memoria sus historias, deja que las cuenten las veces que quieran. Para ellos es una forma de regresar a su juventud y tú estarás ayudando a que trabajen en su memoria. Además, las experiencias y conocimiento que poseen los relatos de los ancianos son invaluables, demos gracias de que quieran compartirlos con nosotros.

Así que ya lo sabes, aunque queramos proteger a nuestros abuelos, es importante darles cierto nivel de independencia que les deje sentirse útiles y les mantenga con energía y entusiasmo por la vida.

Advertisement
Toma un momento para compartir ...

Lizette Morante

Lizette Morante es mexicana y egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Entre sus pasatiempos están leer, escribir, los deportes y disfruta mucho estar con su familia y su perro.