La violencia puede estar en mi casa
¿Quién es el culpable de tanta violencia en nuestros países? Acaso son los gobiernos, la corrupción, la situación económica... De no hallar las raíces de estos problemas, ¿cómo encontraremos la solución?
Myrna del Carmen Flores
La violencia en la sociedad crece. Todos los días escuchamos noticias de hechos violentos. ¿A quién culpar? ¿Cuál es la raíz del problema? Tal vez consideres muchas causas: el nuevo gobierno, o los anteriores; la situación económica, la falta de oportunidades, la corrupción, etcétera. Sin duda, cada una de las opciones anteriores es una parte del problema, pero no su raíz. El origen de todos estos acontecimientos en nuestros países surge, ¿en qué otro lado?, en la familia. Es ahí donde los valores son inculcados, donde aprendemos a diferenciar lo correcto de lo incorrecto, donde podemos evitar que la agresividad que cada ser humano tiene se transforme en violencia.
Porque la agresividad es un instinto innato en los seres humanos. La adrenalina se segrega gracias a una respuesta química cuando estamos en alerta, lo que nos hace ser agresivos. La reacción de una persona al huir de un peligro, por ejemplo, o una madre que protege a sus hijos de algún riesgo, son resultado de la agresividad instintiva. Estas son reacciones positivas de este proceso. Sin embargo, el resultado negativo de la agresividad es la violencia. Una persona violenta busca hacer daño físico, psicológico o social. A un individuo violento le será muy difícil detenerse ante el sufrimiento de los otros.
¿Qué puedes hacer entonces para criar hijos que sepan manejar la agresividad de una manera positiva?
Evita la violencia al educar
He visto madres que le propinan un manotazo a sus hijos como castigo porque pelearon en la escuela. Esto es confuso: les enseña que la forma de resolver un conflicto es a través de los golpes. Si los padres pueden golpear para imponer su autoridad y poder, entonces ellos también pueden imponerlo con otros compañeros.
Los hijos necesitan reglas
En casa debe haber hábitos y horarios fijos. Los pequeños deben tener una responsabilidad fija en las tareas del hogar, deben saber que la falta de cumplimiento de alguna de las reglas de la casa traerá consecuencias. Sin violencia física –como lo expliqué antes–, sino con la pérdida de algún privilegio, como la televisión o un juguete para los menores, o un permiso para los adolescentes. El aprender a seguir las reglas dentro del hogar les facilitará respetar la convivencia en una sociedad.
Tolerancia a la frustración
Los hijos deben aceptar que en la vida no se puede conseguir todo lo que se desea. De esta manera les será más fácil sobrellevar las decepciones sin utilizar la violencia para descargar sus desilusiones.
Para enseñar a respetar, tienes que respetar
Los insultos o descalificaciones pueden ser tan dañinos como un mal golpe. Humillar a los hijos frente a sus amigos, no escuchar sus opiniones, minimizar sus sentimientos o burlarse de sus errores, son conductas que demuestran falta de respeto hacia tus hijos. Esto genera enojo, que tarde o temprano provocará conflictos entre ustedes. Resolver las contrariedades a través del diálogo o consejos familiarespuede ayudarte a crear un ambiente de confianza que te acercará a tus hijos.
Los hijos necesitan saberse amados y aceptados
Un abrazo, un beso, o un “Te quiero” a tiempo pueden evitar criar hijos resentidos o inseguros, que solo puedan sentirse importantes a través de someter a los otros.
Tal vez lo que cada uno logremos dentro de nuestra propia familia sea una pequeña semilla, perdida en un desierto que crece cada día, invadiendo zonas antes fértiles. Pero es un comienzo; poco a poco pueden ser más las semillas que la arena en ese desierto, hasta crear un campo productivo. Es tiempo de retomar nuestros valores y engrandecer a la familia fortalecerá a toda una generación que hoy se encuentra desorientada.