Lo que el otoño me ha enseñado
Al ver las hojas de los árboles caer este otoño, me he percatado que la naturaleza tiene mucho que enseñarnos.
Denhi Chaney
En lo personal, la temporada de otoño siempre ha sido mi estación favorita del año. Me gusta que, en el lugar donde vivo, no hace ni tanto frio ni tanto calor; el que las hojas de los árboles cambien de colores, que por fin pueda disfrutar de tomar un chocolate, de comer sopas calientes y disfrutar de una cobija mientras veo una película. Sí, me encanta el otoño con todo lo que implica, pero aun así puedo entender por qué a muchos les causa tristeza que termine el verano.
El otoño trae consigo muchos cambios, y son éstos los que preparan a la naturaleza para el invierno. A muchos no les gusta que las hojas se caigan de los árboles, que en este tiempo se tenga que usar suéter, que ya no sea posible meterse a nadar a la alberca o disfrutar de un helado para paliar el calor. Quiere decir menos tiempo afuera y más tiempo adentro, y aunque vemos el sol no es el mismo que se manifiesta durante el verano. Este otoño me ha enseñado muchas cosas; entre los cambios y las hojas en el viento, he aprendido lo siguiente:
Los cambios son necesarios
Durante el otoño las hojas cambian de color, muchos animales migran, el clima empieza a enfriarse comparado con la calidez del verano, entre muchas otras cosas. Esto me enseña que si en la naturaleza los cambios ocurren, sólo puedo esperar que ocurra lo mismo en mi propia vida; estos cambios van a venir y la vida no es algo que está en espera, o en pausa, sino que necesita de cambios aunque sean dolorosos y no convenientes.
Sin el otoño nunca viene la primavera
El otoño me recuerda que es una etapa de preparación para el invierno, y que sin esta temporada la naturaleza no estaría puesta para la primavera. Es decir, no existe la primavera sin el otoño, y viceversa. Así como la naturaleza, nosotros también necesitamos de una etapa en la que nos podamos preparar para una etapa diferente; pero ésta es imposible de obtener sin pasar por nuestro propio otoño.
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Los animales evolucionan durante esta temporada
Durante el otoño muchos animales cambian su forma física en un proceso de adaptación ante las nuevas circunstancias, condiciones de clima y alimento. En esta temporada, por ejemplo, el renacuajo hace la transición a sapo o rana. De la misma forma, espero en este tiempo evolucionar a la etapa siguiente, y de este modo transformarme en una persona mejor, más ágil, con mayores recursos y más capaz de sobrevivir felizmente en esta vida.
Todos necesitan descansar y trabajar
En el otoño algunas manifestaciones de la naturaleza “descansan” para poder tener la energía suficiente para la primavera y el verano, a fin de que crezcan las hojas nuevas y se produzca fruta de nuevo. Durante el otoño, mayor número de hojas de los árboles caen con la intención de guardar energía para las hojas nuevas, que habrán de surgir en la primavera. Sin embargo, muchos animales hacen lo opuesto: el otoño es la época más trabajosa para muchos animales que tienen que almacenar comida para el invierno, como las ardillas. Así como en la naturaleza, es importante encontrar el equilibrio entre descansar para conservar energía y poner las manos a la obra para continuar. Si la naturaleza ha encontrado la forma de encontrar un buen equilibrio, nosotros también podemos.
El otoño me ha enseñado muchas cosas, y es durante mis momentos de reflexión que me doy cuenta de que cada etapa, cada animal y cada árbol tienen mucho por enseñarnos. Te invito a que los observes y a que te des cuenta, como yo, de que todavía tenemos mucho por aprender.
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