Lo que toda hija le quisiera decir a su madre

Este es un artículo que toda madre que tiene una hija debe de leer. Mi madre es imperfecta, por lo tanto, soy una hija imperfecta.

Denhi Chaney

¿Qué madre no llega a tener, en algún momento, una relación “complicada” con su hija? Es una realidad que así como no existen madres perfectas, tampoco hay hijas perfectas. En efecto, como mamá estoy llena de imperfecciones, y aunque intento siempre ser una madre orgullosa, esto no siempre es posible, lo que resulta en varias situaciones difíciles conforme la hija crece y desarrolla su independencia.

Se puede concluir que la relación en sí es imperfecta; sin embargo, como madre puedo llegar a tener resentimiento, distanciamiento y tristeza al pensar que mi hija ha cometido errores con el propósito de hacerme la vida imposible, o que no me ama lo suficiente, entre otras cosas que en la mayoría de los casos no resultan ciertas. De modo que aquí te presento algunas cosas que pensamos y sentimos como hijas hacia nuestras madres, sin que tal vez ellas lo sepan:

Te aprecio mamá

Aunque, en efecto, debo de decir cuánto te aprecio más seguido, es un hecho que lo hago –en especial cuando nos convertimos en madres–. Aprecio todos tus esfuerzos, sacrificios, lecciones y consejos (aunque no siempre esté de acuerdo con ellos); te aprecio porque fuiste tú quien me dio la vida, y ese lugar no lo tiene nadie.

No quiero defraudarte

Tal vez no lo sepas, pero si hay algo que busco evadir –y no siempre logro– es defraudarte, porque pocas cosas me duelen más que el saber que no estás orgullosa de mí, pues eso es lo que busco, que te sientas orgullosa de tu hija, no obstante que a veces no lo parezca.

Me duele lastimarte

No hay otra forma de decirlo más que así: “Me duele lastimarte”, y cuando lo hago créeme que la mayoría de las veces no es intencionadamente: nunca quiero verte llorar. Es difícil para mí aceptar el hecho de que por ser imperfecta te voy a lastimar, puesto que pretendo hacer precisamente lo contrario: verte siempre contenta. Por favor, nunca creas que el lastimarte es señal de que no te quiero.

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Tu aceptación lo es todo

Después de saber que me amas, el saber que me aceptas tal y como soy significa el mundo entero, y más. No importa la edad, la necesidad de saber que me aceptas es imprescindible, y no deja de ser por el hecho de que seamos más viejas o porque me haya convertido en madre, tú sigues siendo la mía y lo que piensas en torno a mí tiene su peso y su importancia.

Mientras estas verdades no hacen sencilla una relación que por naturaleza es complicada, mi esperanza es que ayuden a las mamás a entender mejor a sus hijas y que, detrás de muchos malentendidos, existe la hija que busca tu felicidad, y que le importa lo que piensas y lo que tienes que decir. Los conflictos no son señal de pura desobediencia, o falta de cariño, sino que estás lidiando no solo con un ser imperfecto al ser imperfecta tú misma, sino también con alguien diferente, con otra persona más: que es y será siempre tu hija.

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Denhi Chaney

Denhi Chaney es egresada de la Universidad de Brigham Young con maestría en Terapia de Matrimonio y Familiar. Denhi también es esposa y madre de un niño. Puedes contactarla en .