El divorcio no es una posibilidad

Una persona lo suficientemente comprometida no embarcará en la travesía del matrimonio si cree que no está lista, y si lo hace, su decisión es seria, dimensionando la realidad del acuerdo que firma y del deber que adquiere.

Diana Cantor Martinez

Con la mentalidad de “Si no funciona, me divorcio”, muchos llegan al altar. Lo cual trae implícita la falta de conciencia frente al compromiso que supone el contraer matrimonio. Cuando la pareja decide estrechar su vínculo bajo el juramento matrimonial, debe saber que se necesitará más que amor para mantenerse unida, y que el divorcio es la última instancia a acudir ante las dificultades, en apariencia, insuperables.

Esta nota contempla además otros aspectos a tener en cuenta antes de dar el gran paso de unirte bajo la bendición de Dios a la persona que amas, y desechar de entrada la idea del divorcio como opción en caso de que las cosas no salgan como esperas:

El amor en el matrimonio se transforma

Durante los primeros años de matrimonio la pareja experimenta un amor más pasional, más atado a lo físico y a todas esas sensaciones que despierta el enamoramiento. Esto hace que la pareja crea que quizás los obstáculos o adversidades puedan ser superados solo merced al amor. Esta etapa puede ser más larga o más corta según la dinámica particular de cada matrimonio.

Con el tiempo ese amor se transforma, y da paso a un amor de suyo comprometido, que va más allá del simple hecho de gustarse físicamente y de sentir toda esa gama de emociones desbordantes que hacen pensar que sin el otro no es posible vivir. Durante esta etapa se van consolidando los sueños, y se necesita más que amor y afecto para superar las luchas diarias y los grandes problemas.

Al final, si todo ha salido bien, con el paso de los años el amor se volverá más fraterno, la amistad y la compañía serán la manifestación perfecta de un amor maduro que ha sabido mantenerse; será la suma de todos los amores por los que ha transitado la pareja.

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Entender esta evolución del amor te hará comprender que para mantenerte unido a la persona que elegiste –como esposo o como esposa– necesitarás más que el enamoramiento. El amor en sí mismo es un sentimiento que puede llegar a desgastarse si le faltan otros ingredientes necesarios para salir a flote y mantenerse en la navegación. Mira en el artículo enlazado estas diferencias entre hombres y mujeres que te ayudarán a saber de la dinámica de la pareja, La mujer y el hombre son diferentes para bien de todos.  

Compromiso

. A fin de alcanzar el verdadero compromiso que requiere un matrimonio estable y duradero, es vital que los integrantes de la pareja, de manera individual, hayan interiorizado el valor del compromiso, que denota la capacidad de terminar lo que se empieza, de no rendirse, de entregar resultados, de tener plena conciencia de las decisiones que se eligen en la vida, de asumir con entereza las consecuencias que conllevan los actos.

La falta de compromiso, por el contrario, se evidencia en los hombres y mujeres que, a media travesía por facilismo, abandonan el barco matrimonial, sacrificando sueños, pero primordialmente el futuro de hijos que necesitan de padres unidos para crecer sanos en el plano emocional. El compromiso posibilita que la persona se replantee acerca de su concepción y posición frente al matrimonio. Una persona comprometida no embarcará si cree que no está lista, y de hacerlo, que sepa que su decisión es seria, que dimensione la realidad del acuerdo que firma y del deber que adquiere.

Alta tolerancia a la frustración

. Empresas como el matrimonio o la familia requieren personas capaces de tolerar el fracaso, y de no anclarse en la pérdida; capacitadas para aprender de las experiencias negativas y de las decepciones, haciendo de ese aprendizaje un peldaño más en el cumplimiento de sus sueños y de sus proyectos como pareja y como familia.

Espiritualidad

. Las personas espirituales suelen ser más profundas, menos dadas a lo superfluo, a la belleza física, a las sensaciones excitantes. Una persona espiritual encuentra nuevas razones para mantenerse unido a su pareja, y entre más pasa el tiempo más valora el vínculo que los une.

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El matrimonio es una de las experiencias más gratificantes de la existencia del ser humano. Bien llevado, comprendido su verdadero sentido, allana un camino de compañía, amistad, amor y afecto incondicional. Decidir casarse con la persona que se ama implica madurez de pensamiento y compromiso en el actuar, donde, además, el divorcio pocas veces se contempla siquiera como posibilidad.

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Diana Cantor Martinez

Hay un momento de la vida en que descubrimos que necesitamos un cambio para poder avanzar y crecer reconoce el momento y no pierdas la oportunidad.