Frases de oro: cómo destruir un matrimonio con pocas palabras

Hay muchas cosas que obviamos en el matrimonio a fin de evitar discusiones, pero hay frases que por más que intentemos olvidar se quedan ahí, destruyendo todo a su paso. Frases de oro: cómo destruir un matrimonio con pocas palabras.

Diana Brante Morales

Nuestro noviazgo había sido de ensueño: caminábamos de la mano por la playa al atardecer, salíamos a tomar helado, paseábamos en automóvil por todo el borde costero, entre otras actividades. No había nada que pudiera arruinar el amor que sin esfuerzo se había dado entre nosotros. Siempre estábamos de acuerdo en todo, no teníamos problemas financieros ni otros capaces de provocar algún tipo de discusión. Éramos la pareja perfecta.

Pero como en todo ensueño, llega el momento de despertar. Una vez que comenzamos a vivir juntos también empezamos el listado de problemas: quién barría el patio, a quién le tocaba pasear el perro o quién no había llenado la despensa. Nada fuera de lo normal, y buscábamos el punto de equilibrio y continuábamos el día viviendo como marido y mujer. A ninguno le molestaba escuchar “Mi amor, es tu turno de pasear al perro” o “No te preocupes, a mí me toca barrer el patio”, pero cuando pasamos a las frases que buscan culpables todo comienza a cambiar.

Si de verdad valoras tu matrimonio, te dejo una lista de frases que NO DEBES DECIR bajo ninguna circunstancia:

Es MI casa

Está bien cuando se lo decimos a los niños para darles a entender que los que damos las órdenes somos los padres, o cuando se lo decimos a terceros que quieren inmiscuirse en nuestros asuntos, pero cuando diriges esta frase a tu pareja le estás dando a entender que su aporte y su opinión no valen nada.

Embarazada, ¿de nuevo?

Es para pensar que no estuvo presente durante el proceso. Esta frase va enfocada al género masculino, cuando se sorprende de que una posibilidad se transforme en un hecho.

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Mejor hazlo así, a mi ex siempre le resultaba

Nunca, nunca, nunca compares a tu pareja (ni con tu ex, ni con tus hermanas, tu madre o tus amigas). Nunca, en ningún sentido. Con ello no solo menosprecias a tu pareja, sino que la comparas con una persona a quien dejaste. Si quieres darle un consejo hazlo, pero evita buscar semejanzas con situaciones anteriores en que no ha estado involucrada.

Todo esto es TU culpa

Cuando estamos enfrascados en algún problema es muy fácil encontrar culpables, en especial en aquellas personas que nos entregan su amor y están presentes cada día. Al recriminarlos les hacemos un daño que jamás sanará por completo.

Menos mal que no salió a ti

Para los padres es un placer que nuestros hijos se parezcan a nosotros, por lo que alegrarse de que no lo haya hecho afecta el amor propio, el orgullo y los sentimientos que tenemos por la persona que emite dicha opinión.

Podría seguir enumerando frases todo el día, pero solo conseguiría aburrirte y ese no es el objetivo. Si te detienes a analizar, verás que todas las frases anteriores apuntan a dañar de manera discreta y directa a nuestro cónyuge. A veces las discusiones dentro del matrimonio se nos van de las manos y arremetemos con toda la artillería verbal que hemos ido adquiriendo con el paso de los años, pero tal como le digo a mis hijos, un “lo siento” no siempre es la solución para arreglar las cosas. A este respecto, recuerdo aquella especie de chiste: “Arroja el plato al suelo. ¿Se rompió? Dile que lo sientes.” “Lo siento.” “¿Se arregló?”.

Si sientes que la incontinencia verbal es uno de los fuertes en tu relación, entonces intenta contar hasta 100 antes de responder, piensa si lo que vas a decir es un aporte y ponte en los zapatos de quien te escucha.

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Diana Brante Morales

Me gusta comenzar cada día como un nuevo día, darme la oportunidad de ser feliz y sonreír por las cosas básicas. Dar sin esperar nada a cambio. Siempre sorprenderme.