Una carta de perdón a tiempo

Para las mujeres, recibir una carta de perdón es quizás uno de los actos de amor más esperados.

Marta Martínez Aguirre

Ya no queda nada a excepción del acantilado y ese amargo sabor a que lo has perdido todo: los repetidos adulterios, las interminables maratones de mentiras y engaños han atravesado la casa y el corazón de tu esposa y de tus hijos. Las horas maravillosas con tu familia, quedaron desfiguradas por los mensajes en secreto de tus amantes. El olor a vicios y cuerpos extraños inundó la sala y te creíste que nadie iba a notarlo. Olvidaste los votos en el altar y las palabras dulces de los primeros años, la pasión se convirtió en leyenda y solo quedó lugar para otro error corrosivo en tu currículum vitae.

Una lista de supuestos malentendidos quedó estampada en la puerta de la heladera y así el amor supercongelado, le puso nombre a la ausencia y aumentó la capacidad para desviar la mirada. Los errores sucesivos ahogaron la posibilidad de diálogo y el infierno comenzó en la soledad de los fines de semana largos, donde cada uno disparaba para otro lado al punto de recorrer caminos separados.

Hasta hoy que te encuentras mirando tu propia imagen en el espejo, deformada por la tristeza y el cansancio de ti mismo. A lo lejos un viejo tango le pone sonido a tu silencio, y en tu garganta carraspean la resignación y la culpa. Entonces, me escribes un correo pidiéndome que te de unos consejos, porque tu familia entera ha partido lejos de tus argumentos más fuleros. Toma papel y lápiz y empieza a reconocer todos y cada uno de tus malos hábitos:

1. Minimizar tus fallas

“Pero tú siempre exagerando. Siempre haces de lo más pequeño una montaña, no es para tanto: apenas vine con unas copas encima”

2. Rol de víctima inocente

“Te olvidas que trabajo todo el día para mantener la familia y apenas descanso. Me tratas como si no te importarán mis necesidades, siempre soy yo el culpable, desde pequeño arrastro con este lastre”

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3. Líder en excusas para no asumir tu responsabilidad

“Reconozco que no estuvo bien chatear con otra persona pero la loca es ella, que siguió mandándome mensajes”

4. Negador profesional

“Pero son invenciones tuyas, yo no estoy haciendo nada malo. Pregúntale a mis compañeros de oficina”.

5. Proyección

“Debe ser tu forma de tratarme la que me está llevando a buscar en otro lado la comprensión. Es culpa. Por eso prefiero estar fuera de casa”.

Ahora estás listo para hacer cambios:

1. Deja de mentir

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Reemplaza tus malos hábitos por la verdad, acepta que fuiste infiel, tus problemas con el juego, esa tendencia a lo prohibido. Si eres de los que niegan los hechos, recuerda que las mujeres pensamos diferente a ustedes: cuando un hombre calla o trata de silenciar las cosas, se convierte en sospechoso. Una comunicación basada en la verdad, por más dolorosa que sea, es preferible a mil mentiras y da lugar a la comprensión y la empatía.

2. Reconoce tus errores

Reconoce el alcance de tus mentiras. Quizás es tiempo que asumas la relación costo/beneficios y emprendas un viaje hacia dentro. Cada mentira que se suma a otra, genera una llama. Si no eres capaz de darte cuenta de ello, tarde o temprano resultarás incendiado.

3. Confiesa

Busca quien sea confiable, y muéstrale tu lado oscuro. Permite que conozca tus sombras, tus miedos y tus angustias, cada vez que dudes en cómo actuar o estés en un lío dile para hablar. Quizás pueda ser tu líder religioso, tu consejero, tu terapeuta.

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4. Ora

Pide ayuda divina. El mismo Dios que creó tus aurículas sabe bien dónde escondes la basura. No creas que Él está demasiado ocupado con los demás como para no inclinar sus oídos cada vez que alguien pide con lágrimas ser escuchado.

Recuerda todo aquello a lo que te resistes termina enquistándose dentro de ti y como un cáncer carroñero termina por tomarte el alma. Sin embargo, no temas, para las mujeres recibir una carta de perdón (no un correo electrónico o un SMS) es quizás uno de los actos de amor más esperados. Si deseas ahondar en este tema, te recomiendo leer estos artículos:

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: