Una sencilla historia que puede cambiar tu matrimonio
Si tu matrimonio necesita un cambio, esta historia y este artículo son para ti. Aprende a escuchar con el corazón.
Diana Cantor Martinez
Makenzie y Steven Schultz, residentes en Cedar Rapids, Iowa (Estados Unidos), decidieron celebrar su aniversario en un restaurante. Posteriormente, Makenzie publicó en su cuenta de Facebook que había dejado cien dólares como propina por una experiencia gastronómica que en realidad había resultado pésima: tardaron veinte minutos en llevarles el agua, cuarenta minutos para el aperitivo y más de una hora para el plato principal.
Mientras una pareja abandonaba el restaurante y otra hacia una llamada a unos amigos para que no vinieran a cenar, los Schultz notaron que solamente había un camararero para atender doce mesas y además el bar. Los esposos pensaban que era fácil quejarse, pero le dieron la vuelta y pensaron: “Trabaja duro. Hace lo que puede. Tiene todas esas mesas a cargo”. En su factura de pago, junto a la propina de cien dólares, dejaron una nota: “Hemos estado en tu piel. Haz lo mismo”. Makenzie y Steven se conocieron cuando los dos eran camareros en un restaurante de Minnesota.
Esta historia fue publicada en la edición para internet de Noticias CNN en español el 29 de Septiembre del 2014 y posee un gran potencial, pues de ella se derivaran muchos aprendizajes. Toda la historia me parece conmovedora, pero en especial la frase contenida en la nota al mesero fue lo que me motivo a escribir: “Hemos estado en tu piel. Haz lo mismo”.
¿Alguna vez has estado en la piel de tu pareja?
En varios de mis artículos he hablado de la necesidad de ser empáticos, pero creo que vendría bien ampliar un poco el tema. Muchas personas confunden la empatía con simpatía y en realidad son dos cosas completamente distintas. Ser simpático hace alusión a ser agradable, amable, cordial; incluso ‘divertido’ puede ser otra de sus definiciones. Por su parte, la empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de caminar con sus zapatos, de comprender por qué actúa como lo hace.
Características de las personas empáticas
Navegando por la web me encontré un artículo titulado 30 Rasgos de un empático ¿Cómo saber si eres uno?, y me parece que varios aspectos allí mencionados coinciden con lo que para mí es ser una persona empática:
1. Es un pacificador
En general, un empático no es violento, ni agresivo; se inclina más hacia ser un pacificador. La desarmonía le incomoda, si se encuentra en medio de una confrontación se esforzará por resolver la situación lo antes posible.
2. Sabe escuchar
De acuerdo con el artículo, una de las características principales de los empáticos es su capacidad para escuchar, pero no de cualquier de manera: es una escucha que va acompañada de compasión. La compasión es también una palabra polisémica y hay quien la concibe como un sentimiento de lástima hacia los otros. Sin embargo, aquí me refiero a la compasión como la generosidad del corazón frente al dolor del otro, que en este caso es tu cónyuge, y el deseo sincero de poder ayudarle a superar el sufrimiento.
3. Encuentra soluciones
Otra de las características mencionadas es que para un empático, donde hay problema, siempre hay una solución. Esto me parece es clave en la vida matrimonial: jamás desesperanzarse ante los problemas, confiar en que siempre habrá una solución.
4. Es un ser sensible
En líneas generales, los empáticos son muy sensibles al dolor y a las necesidades de los demás, por lo que jamás caerán en la cruda indiferencia ante las tristezas y preocupaciones de sus seres amados. Valoran mucho la verdad y se esfuerzan por ser honestos.
Ser empático te hace mejor ser humano
Si en este punto retomamos la historia de los Schultz, narrada al comienzo del artículo, creo que es fácil identificar varias de las características de los empáticos en estas dos personas. Así como el matrimonio Shultz pudo sentir empatía hacia otra persona, tú puedes esforzarte por sentirla hacia tu pareja, en la vida cotidiana.
El matrimonio está compuesto de dos personas individuales, si cada una se preocupa por ser mejor, sin duda el matrimonio va a mejorar. Si logras escuchar a tu pareja con el corazón, si te interesas por sus problemas, por sus tristezas, por sus desánimos, si crees con firmeza que cada problema tendrá una solución y si caminan de la mano del amor de Dios, tu matrimonio puede cambiar para bien. Imagino que estás haciéndote la pregunta: “Y, ¿cómo puedo ser una persona más empática?”. Pues bien, en un próximo artículo te compartiré algunos tips que te ayudarán a serlo. ¡Abrazos!