Mi hijo llora cada vez que lo llevo a la escuela. ¿Qué puedo hacer?
¿Tu hijo llora todos los días, a la entrada de la escuela? ¿Ese momento del día es un suplicio para él y para ti? Entonces, este artículo es para ti.
Oscar Pech
“Papá, ¿me acompañas adentro de la escuela?” Decía mi hijo menor. Sin darnos cuenta, ya habíamos hecho de esto, un ritual. Entonces, yo estacionaba el auto, lo acompañaba al interior de la escuela, y él decía: “¿Caminas dos vueltas conmigo alrededor del patio?” Yo sabía que ya era tarde e iba a llegar retrasado al trabajo, pero lo hacía. Todos los días. Después de ello, mi hijo me pedía que lo llevara al interior de su aula. Lo sentaba, me despedía de él con un beso y salía lo más rápido que podía: me era muy difícil contemplar sus lágrimas silenciosas corriendo por sus mejillas. Y por cierto, yo no quería que él viera las mías.
Claro, nos acabábamos de mudar de ciudad, las cosas andaban muy mal en muchos sentidos, tanto en la familia como en cada uno de sus miembros. Todos teníamos que hacer muchos ajustes y sentíamos el profundo dolor de la planta desarraigada. Es cierto, no es el caso de todas las familias, pero esos meses de profundo dolor matutino me han dado para reflexionar por muchos años. ¿Qué hacer si tu hijo llora al entrar en la escuela? Yo te sugiero que primero identifiques la causa: si está en el interior o en el exterior de la institución.
El interior de la escuela
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La maestra
¿Es cariñosa, paciente, cálida con los niños? ¿O es dura, fría y distante en su trato? Si es el segundo caso, te sugiero que busques establecer lazos de confianza y amistad con ella. Apoyar dentro del grupo, incluso invitarla a cenar a tu casa: háganse amigos de la maestra y las cosas serán más fáciles para tu hijo. Ahora, si ella no se deja e irradia una actitud hostil, te sugiero que busques un cambio de grupo (o incluso de escuela) para tu hijo.
Bullying
Esta práctica no es exclusiva de los adolescentes. En este enlace te muestro los síntomas para saber si tu hijo padece de bullying. Si es el caso, habla claramente con la maestra y con la directora de la institución: ellos son los responsables del bienestar emocional y físico de tu hijo en tanto se encuentran en el interior del plantel.
El ambiente
Indaga con cuidado y precaución: ¿Hay algo en la escuela que atemoriza a tu hijo? Si es así, te sugiero que consigas un muñeco o hagas un títere para que sea el confidente de tu hijo. Busca que le acompañe y que hable con él. Puede llegar a ser un talismán de confianza, o una extensión de tu confianza que le acompañe y le fortalezca cuando te encuentras lejos de él.
El exterior de la escuela
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y cambios: Si tu niño es pequeño, probablemente necesita un tiempo para adaptarse a ese nuevo mundo, lleno de circunstancias diferentes: él antes era el centro de las atenciones de mamá, ahora tiene que aprender a convivir con otros niños de su edad. Quizá le sea difícil separarse de ti, compartir, no ser el centro, esperar su turno. Aquí se requiere que tú seas firme: despídete, dile a qué hora le recogerás y vete. El peor error que podrías cometer es iniciar un juego de falsas despedidas ininterrumpidas: a él le incrementas la angustia, y tú te restas autoridad frente a él.
Demasiado apego a la madre
Si ese es el caso, busca que tenga y visite amiguitos, familiares, conocidos. Si el mundo del niño son solo papá y mamá, le va a ser más difícil adaptarse al mundo escolar, lleno de desconocidos.
Sobreprotección
Sinceramente, si tratas a tu niño como si fuera un bebé, no le estás ayudando a crecer. Haz que sienta ganas de ser un niño mayor, y lo que eso implica: eso le ayudará a crecer y ser independiente. Si tú dudas, tu hijo dudará. Si tú tienes miedo, él tendrá miedo, pues el mensaje que le mandas es que estás asustado porque algo terrible puede suceder. Piensa en esta simple regla: Siempre que hay miedo por parte de los padres, hay sobreprotección.
Pérdidas recientes o inminentes
Tu niño puede estar experimentando miedo a perder a sus padres: si han habido ausencias prolongadas, o si ustedes como pareja están pensando en el divorcio, aunque no lo digan, él lo percibe de manera nítida, en los silencios prolongados, por ejemplo. O, como en el caso de mi hijo, puede ser que el niño ha sufrido muchas pérdidas en muy poco tiempo: divorcio o muerte de alguno de los padres, cambios de casa, etc.
¿Cómo ayudarle a pasar
el período de adaptación
?
Al entrar a la escuela
En caso de que tu niño llore
Somos seres sociales. Algunos niños extrañan mucho el entorno de su hogar, pero si les ayudamos a establecer nuevas amistades en la escuela, con sus maestros y compañeros, ir a la escuela puede volverse una experiencia muy feliz.